Ilustración

Madrid

Europa ha contenido la respiración ante la segunda vuelta de las legislativas francesas. El triunfo de la extrema derecha habría sido un duro golpe para Europa, propinado en el país de la Revolución, de los valores civilizatorios de la República y de la Ilustración. Hoy nos fijamos en esta palabra que nos llegó del illustrare latino: iluminar, alumbrar, en la Antigua Roma. Por eso el sustantivo derivado, ilustración, dio nombre al movimiento cultural e intelectual que encabezó Francia en el siglo XVIII y que fue causa de profundísimos cambios culturales, sociales, científicos y políticos en Europa y en el mundo. Y por eso la centuria en que se desarrolló pasó a la historia como el Siglo de las Luces.

Esa Ilustración con mayúsculas llegó a nuestro diccionario ya a finales del siglo XX, en 1970. Antes, los académicos habían registrado otros términos en minúscula que también echan raíces en la luz. Con ellos nombramos los dibujos que iluminan un texto, a la persona que brilla y a la que consideramos ilustre, o al individuo ilustrado, es decir, al que ha alumbrado su razón con el conocimiento. Lo que ha sucedido en Francia nos ilustra sobre el difícil equilibrio en el que se desenvuelven las democracias tres siglos después. Los ciudadanos han iluminado el camino con su voto, ahora falta que los políticos ilustrados tengan las suficientes luces como para actuar en consecuencia.