Lo primero que hizo Dua Lipa nada más llegar a España fue ir a ver a Pedro Almodóvar. El director dio suerte a la artista británica que anoche en el Mad Cool hizo una de esas actuaciones que ponen de acuerdo a todo el mundo. En el festival madrileño, poco a poco, va cogiendo peso, a pesar de las críticas a la organización del año pasado y de la rebaja de cabezas de cartel. Dua Lipa era el nombre más popular de la primera jornada, donde estaban también grupos míticos para una generación como The Smashing Pumpkins y Garbage. Pero el baile puede con todo y eso lo supo aprovechar con su aparición especial. De origen albanés, Dua Lipa, tiene algo que engancha, con su música, su personalidad o sus videos. Así, más de 50.000 personas se congregaron en el festival, según datos de la organización, y ella presentó su último álbum Houdini, que hace referencia a la magia y a los trucos. Su actuación fue más diferente que la de 2019, antes de la pandemia, donde todavía no era la estrella global que es ahora, que ha perfeccionado su show de música y baile sobre el escenario. «Me siento muy afortunada y bendecida. La gente aquí en España tiene muchísima luz y amor, me llenan de energía», decía en español a mitad de su actuación, emocionada y entre un gran aplauso de vuelta por parte de sus admiradores que ya venían dispuestos a darlo todo, sobre todo después de las buenas críticas de su actuación en el festival de Glastonbury, donde ya ubicó en el escenario una gran estructura metálica que la acompaña, con dos escaleras que se retuercen de manera transversal al escenario. Lo ha corroborado el explosivo arranque con la reciente «Training Season», extraída de su tercer y último álbum, «Radical Optimism» (2024), rodeada por sus músicos, sus dos coristas y sobre todo por una decena de bailarines que no paran en todo el número. La energía no decae, a pesar de las tres transiciones que interrumpen las canciones en vivo, montadas para ofrecer otra perspectiva de sus temas con curiosas proyecciones y, aparentemente, para darle un respiro a la protagonista, ya que no ha habido cambios en su vestuario inicial, compuesto por minifalda y top plateados. No se sabe si por las reseñas mediocres que ha recibido «Radical Optimism», pero el repertorio parece más diseñado como una gira de grandes éxitos, lo que redunda en obtener el favor del público. Es más, de los 17 cortes del repertorio del concierto, si hubiese un protagonista, sería «Future Nostalgia», del que suenan hasta 7 canciones, frente a las 5 de su último álbum, además de sencillos como su versión disco del «Sacrifice» de Elton John, rebautizada como «Cold Heart», o su colaboración con Calvin Harris «One Kiss». Tras haber convencido de sobra con su directo (sin tanta voz pregrabada de la que abusan otros artistas), cierto es que el broche lo pone el reciente «Houdini», pero tras poner a los asistentes en ebullición con sus golpes de melena y dos de sus grandes éxitos, «Physical» y «Don»t Start Now. Mad Cool arrancaba varias horas antes de la actuación de Dua Lipa, cuando sobre el Iberdrola Music arreciaban unos 34 grados de sol sin nubes a la vista, lo que ha pesado al público e incluso a algunos músicos del cartel. Un calor que también ha sufrido la estadounidense Janelle Monáe, recuperada tras su baja inesperada en 2023, con un gran «show» en el que no han faltado referencias directas a la situación en Gaza, la homofobia o el fascismo y en el que ha vestido, entre otros modelos, un traje que simulaba una vagina. Acompañada por bailarinas, sección de metales, bajo, guitarra y batería, ha ofrecido un arrollador directo con su estilo heredero del soul y con altas dosis de hip hop, aunque apenas ha conseguido que el público olvidara el abrasador calor y se involucrara todo lo que cabría esperar. «Si me veis actuar raro, ya sabéis por qué es», ha señalado justo después Shirley Manson, la voz de Garbage, envuelta en tules que solo dejaban al aire sus níveos brazos escoceses, «poco acostumbrados» a los rigores del sol español. La de esta banda que ya lleva 30 años visitando este país, como ha recordado su cantante y compositora, ha sido una de las apuestas por la nostalgia, pues aunque el grupo haya seguido lanzando material, los asistentes solo han reaccionado con clásicos como «I Think I»m Paranoid«, »Cherry Lips«, dedicada al público LGTBiq+, »Only Happy When It Rains« o »When I Grow Up. En una jornada con mucho talento emergente en los escenarios menores como el de la catalana Julieta o la sudafricana-británica Kenya Grace, la nostalgia de The Smashing Pumpkins también ha sido la opción para cerrar esta apertura en torno a la medianoche, en un intento por minimizar las quejas de los vecinos cercanos a Mad Cool.