Pocas escritoras más exitosas en español hay ahora mismo que Elísabet Benavent. Una autora superventas que ha visto cómo muchas de sus obras pasaban a la pequeña o a la gran pantalla, como toda la saga de Valeria -que pronto estrenará en Netflix su cuarta temporada-, Un cuento perfecto -que se puede ver en la misma plataforma- o Fuimos canciones -también de Netflix, en este caso una película-. Y no pocas son los y las fans que se mueren por conocer a Benavent, una persona cercana y que no duda en charlar con aquellas personas que se le acercan a pedirle un autógrafo o, incluso, a contarle su historia de superación gracias a sus novelas. Historias que, eso sí, se queda para sí misma, como reconoce en una charla en Hoy por Hoy, dirigido en verano por José Luis Sastre. Benavent, en una entrevista dentro de la sección Des-conocidas que se puede disfrutar al completo aquí, deja reflexiones muy interesantes como que la sociedad tiene hoy en día «una idea del éxito que puede engañar bastante a las nuevas generaciones» al estar «muy ligada a la fama, la notoriedad y el dinero». Sin embargo, ella cree que el éxito debe enfocarse «a no tener que tomar antidepresivos, gestionar bien nuestras relaciones personales y no meternos en la cama y tener pensamientos intrusivos que nos hacen no dormir tranquilos». La escritora, que enfoca su vida de manera positiva, recalca que el éxito es ser «una buena persona», algo que se ha dejado un poco de lado, y admite que las cosas le van bien –«no voy a ser buenista»– aunque no teme a que uno de sus libros fracase, porque «no se trata de un sprint, sino de una carrera de fondo», y en lo profesional el éxito es tener «una carrera de largo recorrido». Una carrera que se fundamenta en las críticas, especialmente en las constructivas. «Las que están hechas con cariño y educación son las que te hacen tener una carrera más larga», asegura a la vez que insiste en que se queda más con los elementos negativos que con los positivos que recibe en las firmas, aunque también recuerda que los escritores son «muy sensibles a las críticas». Con lo que se queda de esos momentos, sean firmas, encuentros por la calle o casuales en otros sitios, es con cuando alguien le dice «que se ha sentido empoderada leyéndome o que ha tenido la valentía de romper una relación tóxica», porque «te queda una sensación de decir, bueno, quiero seguir haciendo sentir así».