Cronología de cómo Biden se quedó solo ante el abismo: el giro de guion entre los demócratas en su batalla contra Trump

Menos de un mes para que se produjera un torbellino para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Los demócratas apostaron por el mandatario en un principio para dar la batalla electoral contra el republicano Donald Trump en las presidenciales del 5 de noviembre. Sin embargo, esa confianza se fue desvaneciendo, aumentando la preocupación por la capacidad de Biden para dirigir un país como es Estados Unidos y la presión para que se aparte. Varios factores han jugado en contra del presidente estadounidense, que se ha visto obligado a anunciar su retirada después de que los demócratas perdieran la paciencia. La noche del 27 al 28 de junio marcó un antes y un después para el Partido Demócrata. Biden y Trump se vieron las caras por primera vez en la campaña, protagonizando un debate televisivo, en el que el presidente de EEUU salió mal parado ante un Trump impasible. Despistes, giros argumentarios, equivocaciones y hasta atisbos de quedarse dormido. Después de ese gran debate, saltaron las alarmas en el Partido Demócrata al ver a un Biden débil frente a su rival. Desde entonces, han sido muchas las voces críticas, tanto dentro del partido, como de medios de comunicación, expertos y politólogos, que han insistido en un relevo. El mes de julio ha sido clave en la campaña y definitorio. Cada vez eran más congresistas y senadores los que pedían a Biden que se retirara de la carrera presidencial y pasara el testigo a algún candidato capaz de hacer frente a Trump. El mandatario estadounidense se fue viendo acorralado por su propio partido y fue rebajando su discurso. En los primeros días tras el debate aseguró que no renunciaría y se mostraba convencido de ganar los comicios. Sin embargo, consciente de que iba perdiendo todo o casi todo el apoyo de los suyos, fue abriendo la posibilidad a una retirada a tiempo. El intento de asesinato a Trump en un mitin de Pensilvania la semana pasada también ha marcado un hito en la campaña. Trump no solo salió ileso, sino que ha reforzado su popularidad en las encuestas y tiene las de ganar. Cuatro días después del atentado y en este contexto, Biden reconoció que se plantearía retirarse de la carrera electoral si los médicos le diagnosticaran «una afección médica». «Si tuviera alguna condición médica que surgiera, si alguien, si los médicos vinieran a mí y me dijeran, tienes este problema y aquel problema, entonces lo consideraría», dijo en una entrevista con Ed Gordon en BET News este jueves. Casualidad o no, a las pocas horas de desvelar sus planes, Biden anunció que se contagió de COVID y canceló todos sus actos de campaña. Pesos pesados de su partido, como el expresidente Barack Obama aseveró que el octogenario debería reconsiderar su candidatura, mientras salían senadores y congresistas en masa a pedir su renuncia. Biden hizo oídos sordos y este viernes prometió retomar su agenda la próxima semana, tras superar la infección, desoyendo a su partido y empeñado en ganar a Trump. «Estoy deseando volver a la campaña electoral la semana que viene», afirmó. Casi 40 miembros del Congreso pidieron la retirada de Biden, lo que constituye más del 14% de los integrantes de la bancada demócrata en ambas cámaras. Muchos de los legisladores pidieron a Biden poner fin a su campaña y utilizaron la expresión «pasar el testigo», expresión que se convirtió en una especie de lema entre los demócratas, precipitando a Biden hacia el abismo para ganar la batalla a Trump. El candidato republicano, por su parte, ha sabido aprovechar la situación para reforzar su imagen y ha calificado a Biden de «enfermo, débil y patético» en el último acto electoral. «Los jefes del Partido Demócrata están frenéticamente intentando derribar los resultados de las primarias de su propio partido para sacar a Joe Biden de las papeletas», ha dicho, augurando la retirada de Biden, y posteriormente, asegurando que «es el peor presidente de la historia del país» y que no estaba capacitado para presentarse otra vez a unas elecciones. El nombre de Kamala Harris es el que más suena como posible candidata a sustituir a Biden y presentarse a las elecciones presidenciales contra Trump. La vicepresidenta cuenta con el 79% del apoyo de los demócratas para asumir la candidatura, según la encuesta de The Economist / YouGov. Asimismo, este sondeo indica que el 28% de los votantes demócratas cree que Harris tiene más posibilidades de ganar a Trump que Biden. El propio Biden ha trasladado su apoyo a la vicepresidenta y ha pedido al partido que la respalde. «Hoy quiero ofrecer todo mi apoyo y respaldo para que Kamala sea la candidata de nuestro partido este año. Demócratas: es hora de unirse y vencer a Trump. Hagámoslo», ha dicho, tras anunciar su abandono. Kamala Harris cuenta con una larga trayectoria política en Estados Unidos. Es vicepresidenta desde 2021 y fue la primera mujer en conseguir un puesto de tanta responsabilidad en la historia del país. Además, es negra y su discurso reivindicativo cala en la sociedad. Ha sido senadora durante seis años y cuenta con experiencia en la administración de la Casa Blanca. La edad también influye, pues es una generación más joven que Trump y Biden y es la candidata que puede devolver la política al estado de las propuestas, de comenzar de nuevo y de su mensaje, «el futuro es ahora». Otra de las opciones sería convocar elecciones primarias dentro del partido para elegir a un candidato con el respaldo de los demócratas, aunque el reloj juega en contra debido a que la cita electoral es en apenas cinco meses.

Cronología de cómo Biden se quedó solo ante el abismo: el giro de guion entre los demócratas en su batalla contra Trump

El presidente estadounidense ha anunciado la retirada de su candidatura tras semanas de presión de su partido por su debacle en el debate contra el candidato republicano y las dudas sobre si está capacitado para gobernar

Sandra Fernández Pérez

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