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Sociedad

¿Una dieta saludable nos hace ser más listos cuando seamos mayores?

Raquel Marín, neurocientífica, expone cómo la forma de alimentarnos de pequeños puede influir en nuestras capacidades cognitivas en edades avanzadas

¿Una dieta saludable nos hace ser más listos cuando seamos mayores?

La salud alimenticia es cada vez más importante para nosotros puesto que esta no solo influye en nuestra calidad de vida y de pensamiento sino que también puede incidir en el desarrollo de enfermedades mentales. Es bien sabido que la dieta mediterránea es una de las más adecuadas para el bienestar y el desarrollo de nuestro cerebro, sin embargo, algo no tan conocido es que en nuestra forma de alimentarnos puede haber cierta "herencia". Raquel Marín, neurocientífica y autora de libros como 'Pon en forma tu cerebro” o “Alimenta el sueño para un cerebro sano” sostiene que los seres humanos tenemos la capacidad innata de gestionar la comida de acuerdo a nuestro contexto y genética teniendo esto consecuencias cuando seamos mayores. Es decir, la forma de comer que aprendemos de pequeños puede llegar a influir en nuestra capacidad cognitiva y en el desarrollo o no de enfermedades mentales durante la tercera edad.

Un estudio recientemente realizado en Reino Unido corrobora esta idea afirmando la existencia de una relación directa entre la alimentación al inicio de nuestra vida y las habilidades mentales desarrolladas en la tercera edad. Esta investigación se inició en 1946 y durante casi 70 años se realizó un seguimiento de la dieta alimenticia a 3.000 personas. Este estudio sacó conclusiones muy interesantes como que las personas que consumían a largo plazo y desde una edad temprana más pescado, frutas, verduras, legumbres y poco azúcar tenían una mejor capacidad cognitiva y una mayor longevidad. Por lo tanto, este tipo de alimentos parecen atenuar los efectos del envejecimiento del cerebro que comienzan a partir de los 65 años. Cabe destacar que aquellos procesos que conducen al deterioro cognitivo y la demencia pueden comenzar años o incluso décadas antes por ello, un buen hábito alimenticio desde pequeños es muy beneficioso ya que es muy probable que este se continúe durante la adultez ayudando a tener un cerebro mucho más sano cuando seamos más mayores.

Otro beneficio de una dieta saludable es que esta ayuda al cerebro en la toma de decisiones correctas sobre qué comer y fomenta la tendencia a seguir comiendo bien. Un estudio de Harvard demostró esta idea ya que durante una semana sus estudiantes comieron durante una semana comida basura teniendo resultados negativos en su ánimo pero también teniendo una mayor tendencia a seguir comiendo mal. Es decir, hay una correlación en lo que comemos y en lo que el cerebro pida que comamos.

'EL QUE NO LLORA NO MAMA', UN PROVERBIO CON MUCHO SENTIDO

Es habitual ver cómo un bebé cuando necesita alimentarse su forma de pedirlo es a través del llanto. Una forma de avisar a la madre. Asimismo, este reclamo, dice la neurocientífica, tiene su razón de ser y es que el hecho de no pedir suficiente comida por parte del bebé puede influir en cómo la madre reaccione. Esto se explica a través de un estudio científico realizado con ratones que demuestra cómo responde el cerebro de la madre ratón al llanto del hijo. Existe un circuito cerebral que responde a las lágrimas del bebé ratón y que estimula la segregación de leche materna. El estudio demostró que con un llanto de tan solo 30 segundos, el cerebro genera oxitocina y produce leche materna durante 5 minutos en el caso de los ratones. Sin el llanto puede que este proceso no se desarrollase de una manera tan eficaz. Es por ello, que nunca tendrá más sentido que quién 'llora no mama'.