De Hécuba a Palestina, qué hacer cuando matan a tus hijos y la justicia no te alcanza
La periodista Raquel Delgado debuta en la literatura con 'Ser de fuera', un conjunto de relatos atravesados por la maternidad. Entrevistamos a María Garralón, que interpreta en Mérida a Hécuba, una madre a la que le han asesinado a sus hijos y se toma la justicia por su mano. Hablamos con Jean-Baptiste Andrea, el último Premio Goncourt
De Hécuba a Palestina, qué hacer cuando matan a tus hijos y la justicia no te alcanza
Estamos en pleno mes de agosto, el que concentra mayor cantidad de fiestas populares en toda España del año. Para muchos y muchas habrá sido una noche de verbena, juventud, juergas y orquestas baratas, como escribe nuestra primera invitada, que debuta en la literatura -como Enrique Aparicio la semana pasada- regresando al pueblo. "He intentado no idealizarlo, porque el pueblo no es ese lugar idílico y siempre tranquilo que nos vende la literatura. En los pueblos faltan oportunidades laborales y las pocas que hay, sabemos que son muy duras", nos cuenta Raquel Delgado, que ha publicado con Sexto Piso Ser de fuera, un conjunto de relatos protagonizados por mujeres, aunque el pueblo es casi un protagonista más, y atravesados por la maternidad. "La maternidad es el cuento de nunca acabar, el de todos los tiempos y lugares del mundo", escribe.
Delgado nació en Valladolid en 1988, aunque se crio en un pueblo los primeros años de su vida. Luego se mudó a Vitoria, estudió en Madrid y Pamplona y ahora reside en A Coruña ciudad. Es licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual y máster en Comunicación Política y Corporativa, que es a lo que se dedica. Hace años que escribe, siempre pensando en algún día hacer algo con ello, aunque no en publicar. Ahora debuta en la literatura con Ser de fuera, un conjunto de 9 relatos con la editorial Sexto Piso.
Las protagonistas de todos ellos son mujeres, porque "son experiencias o momentos vitales que son cercanos a mí directa o indirectamente. Me interesaba mucho que el lector percibiera veracidad, que transmitieran sensaciones, sentimientos, situaciones que no solo te creyeras, sino que estuvieras percibiendo que son verdad", explica la autora. Entre esas experiencias la de la maternidad, muy recurrente en los relatos, quizá influida por la relación con su madre y con su hija Inés, a quien dedica y agradece el libro al final, entre otros.
"Hoy, los que somos de fuera, nos quedamos dormidos al instante. Encadenamos un sueño con otro, soñamos con nuestra familia, con la otra familia, con nuestro novio, que vendrá pronto. Sueños pacíficos que, una vez soñados, salen de nuestra cabeza para siempre". ¿Qué es ser de fuera?, le preguntamos. ¿Son todos tus personajes de fuera al final, como Aurora de Campanadas, que también se siente desplazada, incluso de ella misma? "El relato que has mencionado es en el que más se explora el concepto literal de ser de fuera, esta cosa de vivir en otro sitio distinto, pero volver por Navidad, e intenté transmitir ese choque tan grande que supone el volver a casa y lo distinto que es de la vida diaria. Todos los relatos abordan una situación en la que se vuelve al pueblo, se regresa, se vive en el lugar que no es el lugar en el que has crecido, pero también es un poco más amplio, se trata el ser de fuera de alguna experiencia que se está teniendo, como la maternidad, a la que he querido ponerle mucho sentido del humor".
La salud mental y los cuidados, la felicidad, el sexo, el deseo o el amor romántico son otros asuntos que atraviesan los relatos de Raquel Delgado. Toda la conversación en esta entrevista en SER Pódcast.
'Ser de fuera', el debut de Raquel Delgado: "Volver a casa es siempre un choque brutal"
Seguimos con otra de las lecturas imprescindibles de este verano. Cuidar de ella, de Jean-Baptiste Andrea, con la que el guionista ha ganado el Premio Goncourt de 2023, el más prestigioso de las letras francesas. Cuidar de ella es una historia de amor, de clase, de arte durante el ascenso del fascismo en Italia. Durante 20 años Jean-Baptiste Andrea trabajó como director y guionista de cine entre París, Londres y Los Ángeles, una época de la que acabó sumamente frustrado hasta que decidió que lo que de verdad quería era escribir. 'Un día quise experimentar la alegría de cuando tenía 9, 10, 12 años y poder escribir sin filtros... escribir yo solo con el papel y es lo que logré con mi primera novela y con las siguientes. Recuerdo verme sentado en mi despacho y decir qué alegría, no la pierdas nunca, es una alegría que tiene que ver con ese proceso de creación de cuando era niño'.
Cuando te dedicas al cine, cuenta Andrea, entre la idea que uno tiene y su ejecución hay cien personas y eso hace perder la esencia. Tenía 47 años cuando dio el salto y escribió su primera novela. No fueron inicios fáciles, hasta 14 editores rechazaron el manuscrito. Ahora el premio Goncourt pone la guinda a una decisión que siempre supo que era la correcta. "La ventaja de la literatura frente al cine es que no me preocupo de lo que quiere el público, escribo lo que a mí me gustaría leer. Al público le gustan las historias, pero no las historias personales del autor. A mí la forma en literatura no me interesa nada, es como en una persona, en una persona me interesa lo que está detrás de la forma. No tengo ninguna preocupación en cuanto a la forma o el género, yo lo que quiero es contar historias".
El jurado del Goncourt destacó la 'imaginación novelesca' de Cuidar de ella, su cuarta novela, que tras una reñida votación logró alzarse con el galardón de mayor prestigio de las letras francesas. Una historia de amor que nos cuenta la relación de un genial escultor y una hija de aristócratas desde que son niños, con el ascenso de la Italia de Mussolini como telón de fondo. "Entiendo el amor en su sentido más amplio, como una energía creadora, pero también destructor. El origen de la historia gira en torno a un misterio, el de una obra de arte que quiere esconder el Vaticano. Es una idea muy potente y antes de ponerme a escribirla ya sabía cuáles iban a ser las últimas líneas del libro".
Andrea se aleja de esa idea tan francesa de la inspiración. La planificación del trabajo no es algo vulgar, asegura el autor, que estuvo diez meses trabajando en la estructura de la novela antes de ponerse a escribir esta historia de lealtades y trasfondo feminista cuya protagonista, inteligente y ambiciosa, acaba toda su vida obedeciendo a los dictados que le imponen y esclava de su propia condición. "Al escribir esta novela, me di cuenta de que los hombres no somos conscientes de cómo las mujeres se ven abocadas a luchar mucho más para conseguir lo mismo. Éste libro habla de ese combate épico de muchas mujeres que yo he visto, mujeres que me han ayudado y empujado a elevarme, éste es el verdadero tema del libro. Me he dado cuenta de que hay cosas que no han cambiado en cien años, algunas han mejorado, pero es mucho más difícil ser una mujer que un hombre. Entenderlo ha sido un shock para mí", le confiesa el escritor a Raquel García.
En un mundo en el que vuelve a amenazar el auge de la extrema derecha, si no prestamos atención, asegura Andrea, podemos volver a hundirnos. Pero el guionista y escritor se siente esperanzado, "tenemos la capacidad de movilizarnos y de decir que no. Aunque a veces tengamos otra sensación, vivimos en un mundo mejor en el que somos mucho más sensibles al sufrimiento y a la violencia", concluye.
De Tiresias a Ifigenia, últimos estrenos del Festival de Mérida
En el Festival de Mérida esta semana es el turno de Tiresias, una obra coescrita y dirigida por Carlota Ferrer, con Ana Fernández o Anabel Alonso entre el reparto, esta última interpretando al adivino. "Tiresias es un personaje que aparece en diferentes tragedias, pero siempre es un personaje secundario que aquí hemos convertido en el protagonista porque tiene una vida apasionante. Una vida que es ficción y que es leyenda, pero que además engloba y se encuentra con los grandes personajes de la tragedia griega. Edipo, Creonte, Antígona... y es un hombre que se pasó unos años siendo una mujer y que volvió a ser hombre. Es vidente, es ciego, tiene premoniciones de futuro. Así que lo que vamos a hacer es llevar al espectador de la mano en un viaje a través de esta vida de Tiresias y pasando por todas estas tragedias donde aparecen los personajes que he citado", explica Ferrer.
Recibimos además a María Garralón, que regresa al Festival de Mérida, la semana que viene, con Ifigenia, una obra de Silvia Zarco y dirigida por Eva Romero. La de Ifigenia es la primera muerte violenta de una mujer en la literatura occidental, hija de Agamenón y Clitemnestra. Hablamos con María Garralón del mapa de sangre y violencia contra la mujer que trazan en esta obra, en la que ella interpreta a Hécuba, una madre a la que le han asesinado a todos los hijos. "No aprendemos, no hay más que mirar lo que está pasando. Siguen asesinando a mujeres, a niñas, esclavizándolas, abusando, por el hecho de ser mujeres. Seguimos viendo imágenes de niños pequeños desmembrados en la guerra", lamenta la actriz. Lo estamos viendo en Palestina, por ejemplo, la pregunta que se hace la obra es más que pertinente: ¿qué hacer cuando matan a todos tus hijos y la justicia, ni la divina ni la humana, te alcanza?
Pasamos por la villa marinera de Candás, en Asturias, que acoge una nueva edición del tradicional Salón de Teatro Costumbrista, una cita que reúne a grupos y asociaciones teatrales amateur asturianas en torno a una misma esencia: recuperar personajes característicos de la aldea, siempre con humor y tono amable. 13 compañías se subirán al Teatro Prendes en esta 34ª cuarta edición del Teatro Costumbrista de Candás se celebra este año del 13 al 25 de agosto, con funciones diarias, todas a las nueve de la noche. Compañías de concejos de toda Asturias, Gijón, Langreo, Valdés, Carreño o Siero pondrán en escena títulos como 'Vecines, puerta con puerta', 'Al final de la caleya too llega' 'Espérote en el puertu' o 'Por un puñao de castañes' son obras que reflejan perfectamente cómo son los asturianos, en los momentos alegres y en los tristes, explica Alán Fernández, director del Teatro Prendes.
Y terminamos en Euskadi, en el Museo Guggenheim con la exposición dedicada a la austriaca Martha Jungwirth, que ha definido su arte como una especie de diario que registra su implicación corporal en el proceso creativo.
Lekha Hileman, comisaria de la explicación, explica que la muestra incluye casi cinco décadas de obras, 47 años de trabajo de una manera temática, destacando temas que son y que han sido muy importantes a lo largo de su carrera. Desde sus primeros dibujos, con objetos y personas, en los que ya encontramos un equilibrio entre la abstracción y la realidad, a los últimos años. Dibujo, acuarela y pintura al óleo sobre soportes nada convencionales, como el papel artesanal, libros de contabilidad o cartulinas. Su obra es un diálogo entre la memoria y la representación y se inspira en sus numerosos viajes, en la memoria de ellos, de la arquitectura, de animales y seres mitológicos.
"En las últimas creaciones me he centrado en Goya", explica la propia artista, "el punto de partida fue una exposición sobre él en Suiza, que no pude ver, pero pedí el catálogo, ya que había visto hacía 30 años por primera vez los Goyas del Museo del Prado y me fascinaron. Me dejé inspirar por esos cuadros maravillosos, en los últimos años ha sido importante para mí estudiar o confrontar con la obra de otros pintores", concluye.