'Lacrima' y 'El Picao' dos obras teatrales que unen el Festival de Teatro de Aviñón y el Festival de Teatro Clásico de Almagro al son del encaje de bolillos
Fernando Sánchez-Cabezudo conversa junto a Irene Pardo, directora del festival de Almagro, e Irati Morán, directora de 'El Picao,' sobre la conservación de la tradición que realizan las tejedoras siendo 'Lacrima' una de las obras de la próxima temporada del Centro Dramático Nacional
'Lacrima' y 'El Picao' dos obras teatrales que unen el Festival de Teatro de Aviñón y el Festival de Teatro Clásico de Almagro al son del encaje de bolillos
Un encargo extraordinario, una casa de alta costura parisina y una treintena de costureros, patronistas y bordadores son los que protagonizarán Lacrima la obra de Caroline Guiela Nguyen que ha coproducido el Centro Dramático Nacional cuyo estreno será la próxima temporada. Caroline Guiela Nguyen, autora y directora de esta obra, es conocida por otras obras como 'Fraternité' (2019) donde la memoria es la gran protagonista o 'Saigon' (2017) donde Nguyen fue nominada a los premios Molière, la principal ceremonia de premios teatrales franceses. Se trata de una directora que destaca por su gran delicadeza por los espacios, la profundidad de las historias y de los personajes que hacen de sus obras un relato que no deja indiferente a nadie.
Y es Lacrima, la obra que une a través de un curioso paralelismo narrativo el Festival de Teatro de Aviñón (donde se representó esta obra) y el Festival de Teatro Almagro que recientemente ha finalizado y ha presentado de la mano de Irati Morán la obra 'El Picao'. Dos festivales teatrales muy dispares entre sí pero que han decidido reivindicar la figura de las tejedoras siendo estas el sostén y el cimiento de la cultura tradicional.
Irati Morán directora de la obra 'El Picao' habla de cómo "las mujeres de todo el mundo han estado siendo las portadoras de la tradición oral, artesanal y cultural de sus casa" siendo esta práctica borrada de la historia. Aunque en 'Lacrima' se habla más del secreto de las tejedoras de Alençon, la obra el 'El Picao' se centra más en cómo son esas mujeres. La actividad de tejer, comenta Morán "siempre ha sido un espacio seguro y un encuentro íntimo para mujeres" que resultaba ser seguro, como un refugio. Es a partir de esa reunión donde los personajes tomarán las riendas de las conversaciones para que conozcamos sus historias, muchas de ellas ligadas al entorno, a Almagro contadas a través de canciones jácaras y tejidos.
Irene Pardo, directora del festival de Almagro, propuso a la directora llevar a cabo esta obra con el finde juntar lo clásico con lo popular poniendo ambos elementos en valor, siendo las mujeres quienes lo construyen las que lleven la voz cantante. Y para traer la tradición qué mejor que la puesta en escena a la la vieja usanza, como antes: a la fresca. Generando un espacio y encuentro que difícilmente podría atesorar un museo.
LA HISTORIA DEL ENCAJE DE BOLILLOS
La actividades realizadas tradicionalmente muchas veces se desconocen sus orígenes a ciencia cierta. En ocasiones, se practican de generación en generación otras como seña de identidad del lugar, sin embargo, pocos saben su procedencia, difusión y comercialización. El encaje de bolillos es de esas actividades artísticas cuyos inicios son desconocidos. Hay que remontarnos hasta el siglo XVI en Almagro, con la llegada a España de los holandeses que fomentaron la difusión del encaje dada la tradicional vinculación lanera de Castilla con aquella región de Europa.
No obstante, el encaje de bolillos como tejidos para confeccionar la ropa vivó una época de auge en los siglo XVII, XVIII y XIX donde se desarrollaron en especial el uso de las espléndidas mantillas de blonda. En estas dos obras teatrales el encaje de bolillos sirve de excusa y de acompañamiento a las mujeres, especialmente, en los entornos rurales. Algo muy común hasta el siglo XX donde el aprendizaje de esta actividad artística se transmitía de madres a hijas, heredando los conocimientos, patrones y diseños. En la actualidad, el encaje y la blonda constituye una artesanía que tiene un gran reconocimiento e identifica a la ciudad de Almagro como cuna del encaje.