Detrás de las cámaras V: qué implica ser diseñadora de vestuario

Todos y todas nos vestimos pero no todos pensamos en la información tanto psicológica como del entorno que mostramos con ello. Laura Cortés sí. A lo largo de sus años de profesión como diseñadora de vestuario, Laura ha confeccionado y diseñado múltiples de los vestuarios que luego vemos en la gran pantalla. Su pasión por la moda y el cine le llevaron hasta esta profesión donde a raíz de sus estudios universitarios (comunicación audiovisual), se dio cuenta de que podía mezclar sus dos aficiones. Y fue su parte creativa la que le ha llevado a estar inmersa entre diseños durante tantos años. Cuando pensamos en las producciones audiovisuales siempre solemos dar más importancia a los ámbitos de la dirección, de la cámara y del montaje siendo otros como el vestuario relegados a un segundo plano, sin embargo, se trata de uno de los componentes más valiosos a la hora de dar vida y sentido tanto a la película como a los personajes. Cortés apunta que poca gente sabe exactamente a qué se dedica el departamento de vestuario y cuando ella dice "que se va de compras" la gente se sorprende por ello pero es clave a la hora de desempeñar sus funciones.

Una vez le llega el guion el primer paso a realizar es la pre-producción que consiste en el estudio del guion y personajes que participan para diseñar acorde a lo que se quiere representar el vestuario que llevará cada uno. Laura Cortés destaca que durante mucho tiempo a esta fase no se le ha dado la importancia suficiente aunque supone la base de todo lo demás. "Para hacer un buen trabajo de rodaje hay que tener una buena fase de pre-producción hecha" comenta, así que se trata de un primer proceso que necesita tiempo, dedicación y libertad creativa. Una vez la fase de creación está lista lo siguiente es la búsqueda y recreación de ese vestuario que puede ser o través de prendas ya creadas donde esta diseñadora suele apostar mucho por moda española, o a través de diseño y confección propia. Finalmente, llegamos a lo que ella a denominado "examen final" o pruebas de vestuario donde verdaderamente se ve si todo lo plasmado en papel cobra vida y cumple con lo estipulado. Todo ello con los dos factores en contra propios de las producciones cinematográficas: el tiempo y el presupuesto. No obstante, pese a la gran preparación previa durante el rodaje siempre ocurren inconvenientes y su solución viene dada por el gran trabajo en equipo. Perfeccionar todo la anterior, construcción de "cuadros" en aquellas escenas que lo requieran, poner a punto el vestuario de una figuración que es vital para dar autenticidad a la historia o llevar a cabo los cambios triples o cuádruples necesarios en las escenas de mucha acción son algunas de sus labores durante el rodaje.

En cuanto a la infravaloración que sufre el departamento de vestuario con respecto a sus aledaños, Laura Cortés considera que su existencia se debe a la frivolidad que hay en torno al concepto y al departamento que muchas veces se le hace de menos. Un sentimiento que se percibe no solo en el equipo de vestuario si no también en el resto de sus compañeros. Un síntoma igual de establecido que el predominio femenino en los puestos de este departamento donde se sigue relacionando el vestuario con "cosas de mujeres" y esto se ve relacionado directamente , concluye Cortés, con que al departamento de vestuario "se le infravalore, se le discrimine e incluso esto repercuta en el tema salarial".

Entre la estética y la verosimilitud baila la confección de un vestuario que está lleno de detalles. El punto de fantasía siempre está ahí y va muy acorde a la idealización que a veces representa el cine pero la diseñadora de vestuario admite que, en ocasiones, las escenografía y los vestuarios van un paso más allá y no concuerdan del todo con el contexto social y personal que se explica en el guion. Es por ello, que un punto medio entre la parafernalia y lo realista es lo ideal en el el diseño de vestuario.