Sociedad

"Hay que añadir calidad de vida a los años y no sólo años a la vida": los retos que afronta España como país con más esperanza de vida de la UE

La esperanza de vida al nacer en España es la más alta de la Unión Europea, 85,7 años para las mujeres y 80,4 años para los hombres. Un desafío para el sistema que, según los expertos, hay que afrontar con ilusión: vivir más es una buena noticia

Una persona mayor se asoma por la ventana. Archivo. / Westend61

Madrid

Dentro de 50 años, si se cumplen las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística, una de cada 200 personas en España va a ser centenaria: se van a contar por cientos de miles. Una proporción que hace no tanto tiempo era impensable y para la que el sistema debe adaptarse. "Hay que gastar mejor. Invertir en lo que es más eficaz para mejorar la calidad de vida y su duración. Hay que añadir calidad de vida a los años y no sólo años a la vida", resume Miquel Porta, investigador del Hospital del Mar.

Para eso, reclama más inversión pública en residencias de mayores, pero también medidas que van más allá del ámbito asistencial o médico. "Hay que mejorar las condiciones laborales, los salarios, la alimentación, el acceso a la vivienda y reducir la contaminación atmosférica", va enumerando Porta, para apuntar la idea de que la desigualdad económica en todas las etapas de nuestra vida marca la calidad de nuestra vejez. "En una ciudad como Barcelona hay una diferencia de 11 años de esperanza de vida entre unos barrios y otros. Y hay estudios que apuntan que los problemas de salud que la clase trabajadora experimenta a los 50 años, los tiene 15 años más tarde una persona de ingresos altos", explica el catedrático y autor de 'Epidemiología cercana'.

"La pobreza tiene cara de mujer mayor"

Atacar la desigualdad económica es fundamental para aumentar la calidad de vida de una población cada vez más envejecida, pero también reducir la desigualdad de género. Las mujeres en España tienen actualmente una esperanza de vida al nacer que supera en cinco años la de los hombres (85,7 frente a 80,4): viven más pero con más dolor y más cansancio, como explica Carme Valls, especializada en endocrinología y en medicina con perspectiva de género.

"Cuántas tienen la espalda mal por haber cuidado a un padre o una madre hasta los 90 años teniendo que girarle en la cama, sin aparatos", pregunta Valls de forma retórica para terminar así su reflexión: "en principio, cuidar no te mata, pero te deforma, y tiene un impacto enorme en la calidad de vida". Y estos cuidados los asumen más, de nuevo, las mujeres con menos recursos, que no pueden permitirse contratar estos servicios para atender a sus familiares dependientes. "Si no tienes más que una pensión de 400 euros te cuesta llegar a final de mes, que es lo que reciben muchas mujeres, pensiones que llaman no contributivas, a lo mejor han tenido cuatro hijos, imagínate si han contribuido", relata Valls, que cree que "la pobreza tiene cara de mujer mayor".

Para la autora de 'Mujeres invisibles para la medicina' falta eso que se denomina "ciencia de la diferencia", poner el foco en las enfermedades que afectan de manera específica a las mujeres por cuestiones biológicas. Un ejemplo que cita Valls es el de las enfermedades autoinmunes, como el lupus. "Es la parte de la medicina que menos se ha desarrollado [las enfermedades autoinmunes], y hay diez mujeres que van a desarrollar la enfermedad por cada hombre".

"La socialización es clave para la salud física y cognitiva de los mayores"

Nos pide Paco Tarazona, de la Sociedad Española de Geriatría, que pensemos en la salud como "una hucha en la que vamos depositando las monedas para ir ahorrando, y la forma de ahorrar problemas futuros en edades avanzadas es mantener unos buenos hábitos de salud a lo largo de toda la vida". Entre esos buenos hábitos están los que ya conocemos, como evitar el tabaco y el alcohol, comer bien, y hacer ejercicio físico de intensidad moderada. "Todo esto es una inversión que nos va a permitir evitar enfermedades en las edades avanzadas y, por lo tanto, no sólo alcanzar una edad bastante longeva o incluso alcanzar ese centenario, sino llegar a estas edades con un buen estado de salud y una buena calidad de vida".

Pero a veces olvidamos otro hábito saludable que es fundamental para la salud: la socialización. "Un buen hábito de vida es la socialización. El mantener una red social adecuada, no solo con familiares, sino también con vecinos y amigos, permite una mayor salud tanto física como cognitiva. Y en ese sentido, algunas intervenciones no sanitarias que están realizando instituciones como las universidades, con sus universidades para los mayores, las escuelas de adultos de muchos municipios, algunos centros de día y hogares de jubilados que realizan actividades formativas para las personas mayores son muy útiles porque no solo adquieren una serie de conocimientos que en todos nuestros ámbitos de la vida y en todas nuestras edades tenemos capacidad de seguir adquiriendo conocimientos, sino que también nos permiten socializar y esto es una de las claves para una buena salud", sostiene Tarazona.

Según el último informe del ministerio de Sanidad sobre el Sistema Nacional de Salud, la mitad de las personas de 85 años o más en España tienen problemas de salud mental, sobre todo de tipo depresivo, de ansiedad o problemas de sueño. Y otro dato a tener en cuenta para adaptarnos al futuro que viene es el que maneja el Instituto Nacional de Estadística en sus proyecciones: dentro de 15 años vivir solo va a ser la norma en España, la mayoría de los hogares -7,7 millones- van a estar formados por una sola persona.