El hallazgo que reescribe la historia del Antiguo Egipto: esto es lo que esconde su primer observatorio astronómico
El gran observatorio astronómico data del siglo VI a.C
Todavía hay mucho que descubrir acerca del Antiguo Egipto. A pesar de que se han llevado a cabo una infinidad de misiones durante estas últimas décadas, en las que hemos podido conocer un poco mejor una de las civilizaciones más antiguas de la historia, lo cierto es que todavía quedan muchos misterios por resolver en las inmediaciones del río Nilo. De ahí que el gobierno egipcio haya pedido a su población que preste más atención a las misiones arqueológicas egipcias y que colaboren en las mismas con el objetivo de que puedan obtener así más datos acerca de la antigua civilización egipcia.
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Hace apenas unos días, concretamente el pasado viernes, el Ministerio de Antigüedades egipcio compartía una nota de prensa a través de sus redes sociales en la que informaba acerca del descubrimiento del "primer y más grande observatorio astronómico del Antiguo Egipto". Un templo, construido a partir de ladrillos de adobe en la región de Kafr Sheikh durante el siglo VI antes de Cristo, que demuestra la manera en la que esta antigua civilización se adentraba por primera vez en el campo de la astronomía avanzada. Entre otras cosas, el observatorio se utilizaba para controlar y registrar el movimiento del sol y las estrellas.
Astronomía avanzada en el Antiguo Egipto
Pero no solo eso. La civilización del Antiguo Egipto también usaba este tipo de edificaciones para establecer el calendario solar y la fecha de ritos religiosos y oficiales, entre los que destacan la coronación de los reyes o el inicio del año agrícola. Por lo tanto, este observatorio astronómico nos muestra la evolución de la civilización del Antiguo Egipto hacia una civilización científica que, sin embargo, no dejaba a la religión a un lado. Entre los mayores hallazgos durante esta misión destaca el de un reloj de sombra inclinado, considerado como uno de los mejores instrumentos para cronometrar el paso del tiempo en la antigüedad.
Un reloj, de 4,80 metros de largo, que se utilizaba tanto para monitorizar el movimiento del sol durante las horas diurnas como para medir tanto la inclinación solar como la sombra de la estrella. Según cuenta el doctor Ayman Ashmawi, jefe de la operación, el observatorio cuenta con una superficie total de unos 850 metros y está compuesto de una entrada lateral este donde sale el sol, una sala de columnas centrales abiertas en la forma de la letra L y una enorme pared de ladrillos de adobe que se inclina hacia dentro. ¿Y qué se ha encontrado en su interior? Además del reloj de sombra inclinado, también se han encontrado un total de tres bloques repartidos por el templo mediante los que medían la inclinación del Sol.
Ciencia y religión se dan la mano
En total se han descubierto un total de cinco cámaras en las que probablemente se almacenaban las herramientas del edificio. También otras cuatro salas algo más pequeñas creadas a partir de ladrillos de adobe y otra más de piedra que representa el observatorio. Por último, en el interior de este observatorio se ha encontrado una sala relativamente grande con tres paredes cubiertas con pizarra amarilla que estaban decoradas con todo tipo de dibujos. Desde paisajes aleatorios hasta ilustraciones de la cabeza de halcón de Horus o de su ojo característico ojo.
Además de todo esto, en el interior del observatorio se han descubierto numerosos grabados en los que se registran tanto las salidas como las puestas de sol durante las distintas estaciones del año. Por lo tanto, el trabajo de investigación realizado en el interior de este observatorio permitió a la sociedad de por aquel entonces conocer un poco más sobre nuestra estrella. Pero esto no quiere decir ni mucho menos que despreciaran la religión. De hecho, en el interior de este observatorio se han encontrado numerosas figuritas que hacían referencia a sus divinidades. Desde una pequeña estatua de bronce de Ozir hasta otra estatua del dios-toro Bata. Todo ello junto a un sinfín de figuras relacionadas con la antigua civilización egipcia. Por lo tanto, estamos ante un hallazgo crucial puesto que profundiza tanto en las prácticas científicas como religiosas de una civilización sobre la que todavía hay mucho que descubrir.
David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología y buscador de historias virales e inverosímiles...