A lo largo de las últimas semanas, la neurocientífica Raquel Marín nos ha enseñado como diferentes actividades que realizamos de forma rutinaria, casi sin darnos cuenta, influyen de forma directa en nuestro cerebro. Tareas como el dormir, comer, guardar secretos o incluso ser alguien 'excéntrico', pueden producir efectos muy distintos en nuestro sistema nervioso.

El ser humano duerme menos horas que otros primates

Dentro de los primates, los seres humanos son los que menos duermen con diferencia (entre tres y cinco horas menos que el resto) y esto se debe a que con la evolución de la especie ocurrieron dos hechos que hicieron que el lugar del descanso pasase de ser la rama de los árboles a ser el suelo.

¿Dormimos ahora peor que en el pasado?

La luz de la pantalla del móvil es, en muchas ocasiones, lo último que vemos al acostarnos pero sus efectos son más bien adversos: fomenta la vigilia debido a la luz estimulante del móvil.

La herencia epigenética: cómo las malas vivencias pueden llegar a heredarse

Para entender este fenómeno Raquel Marín pone el ejemplo de cómo un conjunto de bebés reaccionan a imágenes, aparentemente para el ser humano peligrosas (serpientes o arañas), llorando cuando nunca han visto unas. Esto es posible debido a que es esa fobia que han heredado de sus antepasados la que les pone en alerta.

Una dieta saludable repercute en la mente y en el cuerpo

La salud alimenticia es cada vez más importante para nosotros puesto que esta no solo influye en nuestra calidad de vida y de pensamiento sino que también puede incidir en el desarrollo de enfermedades mentales.

Guardar secretos tiene efectos nocivos para nuestra salud

Raquel Marín asegura que al guardar un secreto se daña a la calidad de vida y al bienestar, se reduce la resiliencia emocional, el buen humor y la estabilidad ante las malas noticias, se está más irascible y de peor humor. Afecta al sueño, daña la concentración y la forma de tomar decisiones y afecta a la autoestima.

Vivir más años o una menor tendencia a la ansiedad y la depresión, los beneficios para la salud de ser una persona 'excéntrica'

Según Marín, hay pocos estudios respecto a este tema, sin embargo, algunas investigaciones con población con tendencia a tener estos comportamientos excéntricos confirman que estas personas acuden al médico 20 veces menos y viven ligeramente más, teniendo una menor tendencia a tener trastornos como depresión y ansiedad y a consumir menos alcohol.

¿Por qué nos gustan los protocolos y nos creemos los bulos?

Nuestra neurocientífica sostiene que los protocolos funcionan tan bien en los seres humanos porque son como una "carta de presentación" que nos ayuda a integrarnos socialmente, pero también nos ayuda a cuestiones que, a veces nos pueden resultar algo pesadas como la toma de decisiones personales, a ser aceptados socialmente y a empoderarnos de alguna forma frente a los demás.