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Austria, Polonia o Luxemburgo rechazan el plan de Alemania para establecer controles en sus fronteras terrestres

Varios países fronterizos con Alemania avisan de que no aceptarán en su territorio a quien Alemania no deje entrar y creen que el gobierno de Scholz está actuando de manera precipitada

Punto fronterizo entre Alemania y Polonia en Frankfurt am Oder / Maja Hitij

El anuncio del gobierno de Alemania de implantar controles temporales en las fronteras terrestres con sus nueve países vecinos ha despertado recelos en varias de esas naciones. El gobierno de Olaf Scholz admitió ayer que la medida tenía implicaciones directas para buena parte de Europa, por lo que se comprometió a dialogar con sus vecinos al tiempo que comunicó ya su decisión a la Comisión Europea.

Lo que han demostrado las últimas horas es que esa negociación no va a ser nada sencilla para Alemania. Austria es el país que más frontera comparte con los germanos, más de 700 kilómetros, y aunque el gobierno de ese país, en manos de la derecha, aplaude que Alemania incremente su control en las fronteras, avisa ya de que ellos no van a ser más hospitalarios con los inmigrantes. "Para nosotros no hay margen de maniobra", ha explicado el ministro del Interior austriaco Gerhard Karner en relación con la inmigración irregular, "no acogeremos a nadie que sea rechazado por ser ilegal en Alemania. No aceptaremos a nadie que intente regresar a Austria", ha advertido.

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Más de 500 kilómetros de frontera hay entre Alemania y Países Bajos. De hecho, existe incluso una institución que gestiona la colaboración entre municipios a ambos lados de la frontera y que acoge a 24 localidades neerlandesas y 104 alemanas. El encargado de ese organismo directamente acusa al gobierno de Scholz de "tener una reacción de pánico" al endurecer de esta manera los controles fronterizos después del atentado de Solingen reivindicado por el Estado Islámico. Desde el lado neerlandés se preguntan qué pasará con los transportistas que tienen que cruzar la frontera varias veces en un mismo día.

Idéntica preocupación se expresa desde Polonia, cuyo primer ministro Donald Tusk ha calificado de "inaceptable" el anuncio de Alemania y anticipa que su gobierno va a realizar consultas de urgencia con los demás países fronterizos afectados. El gobierno de Luxemburgo se defiende argumentando que ya hace lo que debe para evitar el tráfico ilegal de personas y pide que se evite cualquier medida que pueda interrumpir el tráfico transfronterizo.

Advertencias en el Bundestag

El gobierno alemán por su parte va a dedicar esta semana a realizar consultas con los distintos partidos políticos de cara a la implementación de esta medida de mayores controles a partir del próximo día 16. Antes, se ha celebrado hoy una sesión especial en el Bundestag con motivo de los 75 años del primer pleno en esa cámara.

Entre abucheos de la extrema derecha han participado distintos intervinientes que han alertado sobre el riesgo para la democracia de los mensajes racistas y del auge de los ultras en el este del país. Entre los que han tomado la palabra destaca Gerhard Baum, ex ministro y superviviente de los bombardeos sobre la ciudad de Dresde en la II Guerra Mundial. Su mensaje ha resonado alto y claro en las paredes del parlamento alemán: "La ilusión de una nación étnicamente pura debe terminar”".

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Antonio Martín

Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó...