Fenómeno
La palabra hoy nombra a lo que aparece, sí, pero además nos sorprende por ser extraordinario, un acontecimiento, sea bueno o malo, bello u horrible
La palabra del día | Fenómeno
Madrid
Hoy es un día de ojeras para muchos: los que estuvieron pendientes del segundo asalto Motos-Broncano y después empalmaron con el primer debate Harris-Trump. Fueron dos fenómenos televisivos, protagonizados por cuatro fenómenos en sus ámbitos. Y por eso es buen día para fijarnos en la palabra fenómeno, que nos llegó reconocible desde el griego (phainómenon), previo paso por Roma (phaenomenon). En Grecia la palabra nombraba todo lo que se muestra, lo que aparece, lo que brilla. Y con ese sentido tan genérico apareció en nuestro diccionario en 1780.
Con el paso del tiempo, los hablantes fueron extendiendo su significado hasta llegar a la polisemia. Y la palabra hoy nombra a lo que aparece, sí, pero además nos sorprende por ser extraordinario, un acontecimiento, sea bueno o malo, bello u horrible. Sucede también con los fenómenos humanos, que pueden ser personas magníficas y sobresalientes en lo suyo o auténticos monstruos. Todos son fenómenos. Esa polisemia del sustantivo se rompe en el adjetivo fenomenal, que se especializó en lo bueno y lo usamos para nombrar lo grande, lo estupendo, lo admirable, lo maravilloso, sean acontecimientos o personas. Así que hoy, al analizar los dos fenómenos televisivos, se produce otro fenómeno repetido: cada cual tiene una opinión sobre qué acepción de la palabra fenómeno aplica a cada uno de los cuatro protagonistas. Así es la vida y así es la lengua, fenomenal.