¿Cómo evito engancharme al móvil a pesar de la vuelta al trabajo? Una psicóloga responde

Madrid

El uso continuado del teléfono móvil puede ser preocupante cuando se convierte en una adicción. Depender de este dispositivo puede perjudicar a nuestras relaciones con los demás, reducir la capacidad de concentración e incluso que no gestionemos adecuadamente las emociones, positivas o negativas, que provoca el entorno en el que vivimos. La buena noticia es que se puede evitar, ¿cómo? poniendo límites.

Andrea, una joven de 25 años, nos cuenta que "cuando llego a casa y empiezo a ver las redes sociales, entro en un bucle de scroll infinito. Paso vídeos sin sentido y noto que el cerebro se queda en stand by". Como ella, los españoles pasamos unas tres horas cada día mirando la pantalla del móvil. Una cifra que es mayor entre los más jóvenes.

¿Qué recomiendan los expertos?

El móvil nos conecta y nos desconecta y esto hace que nos perdamos parte de nuestra vida. Estamos en el trabajo y miramos el teléfono móvil, de cañas con los amigos, viendo una película en el cine, leyendo o incluso cenando en familia, la capacidad de atención se ve afectada con esa conexión y desconexión. La psicóloga Elena Daprá habla de tres fases: "La primera es una fase de pérdida de atención y concentración; una segunda fase de ansiedad y depresión y una tercera de adicción".

Recomienda acudir en cualquiera de las tres fases a un especialista, "porque ya estamos cambiando nuestros hábitos de vida y cuando algo me impide llevar una vida normal es necesario que un especialista nos ayude a recuperarla, aunque sólo sea para darnos una serie de tips".

Poner límites es la clave. "Hacer el ejercicio de estar aquí y ahora, de vivir el presente y vivir como lo que somos, seres sociales. La atención y la concentración se puede recuperar. Quitarnos las notificaciones, esconder las apps, pero sobre todo poner límites para estar en el momento presente".

Estos son algunos de los consejos para evitar que el teléfono móvil, las redes sociales o la tecnología en general lleguen a controlarnos hasta el punto de dejar de disfrutar nuestra vida diaria.