Andrés Iniesta anuncia su retirada del fútbol y apunta a los banquillos: "Desde ya estoy con el curso de entrenador"

Madrid

Andrés Iniesta, el futbolista que dio a España su primer mundial en fútbol, cuelga las botas. Lo hace a los 40 años, tras una dilatada carrera en la que, tras salir del FC Barcelona, le ha llevado a países como Japón o Emiratos Árabes. El genio de Fuentealbilla firmó su primera actuación estelar en el torneo de Brunete organizado por la Fundación El Larguero de José Ramón de la Morena, todavía con la camiseta del Albacete Balompié. Era un niño la primera vez que participó. Tenía 9 años, uno menos de los que solían los chavales que participaban en aquellos torneos televisados por aquel entonces por Canal, y el Barça ya puso sus ojos en él —dato que desvela Alfredo Matilla en Relevo—. Al año siguiente, el club azulgrana le echó el guante. Se terminó llevando el gato al agua ante el interés de clubes como el Valencia, el Atlético de Madrid o el propio Real Madrid.

Ingresó en La Masía en el año 1996 y ascendió todos los escalones de las categorías inferiores del FC Barcelona hasta llegar al primer equipo. En el año 2001 comenzó a aparecer en los entrenamientos del equipo senior, pero su puesta de largo se hizo esperar. Debutó un 29 de octubre de 2002 en el estadio Jan Breydel de Brujas. Lo hizo de la mano de Louis Van Gaal. Tenía 18 años cuando el técnico neerlandés le dio la alternativa. Lo hizo como titular, con el dorsal 34 en la espalda, y formando en el doble pivote con Gerard López. Aquel día, el Barça ganó gracias a un solitario gol del argentino Juan Román Riquelme.

"Jugamos en el doble pivote en Brujas. Éramos un equipo muy joven, equipo con muchos canteranos y sí que recuerdo a Andrés en aquel once. A partir de ahí, ya entró en la dinámica del primer equipo. Era de esos jugadores que, cuando uno empieza a ver entrenar, ya piensa que no lo vas a olvidar nunca. La sensación que tuve cuando le vi entrenar es que iba a ser un jugador diferencial durante muchos años (...) Andrés era un chico tímido, pero que se transformaba en la previa de los partidos. Era muy activo. Recuerdo conversaciones con él cuando jugábamos de centrocampistas para dividirnos el espacio, para buscar soluciones... Era super próximo, buenísimo a nivel talento. Toda la timidez que tenía fuera la tenía de competitividad dentro", ha asegurado este mismo martes Gerard López en El Bar de Sique Rodríguez.

Ese talento y esa competitividad ha sido el sello de la dilatada carrera de Andrés Iniesta. Y, tal y como pensó Gerard, el manchego llegó para quedarse. Defendió durante 16 temporadas la camiseta del primer equipo del FC Barcelona, club con el que levantó cuatro Champions League, nueve títulos de LaLiga, seis Copas del Rey, tres Mundiales de Clubes, tres Supercopas de Europa y siete Supercopas de España. Especialmente icónico fue su gol en Stamford Brigde para clasificar al Barça de Pep Guardiola para la final de la Liga de Campeones en Roma. Una competición que los culés levantaron en la mítica temporada del Sextete.

La sociedad Busquets-Xavi-Iniesta de la que el manchego formó parte en el Barça no solo dominó el fútbol a nivel de clubes. A nivel de selecciones, el manchego fue uno de los miembros más destacados de la generación que se proclamó campeona de Europa en 2008 y 2012 y campeona del mundo en 2010. Ahí, en Sudáfrica, Andrés Iniesta se convirtió en Iniesta de mi vida, en el futbolista que, por primera vez en su historia hacía a España campeona del mundo en fútbol, un hito solo repetido en nuestro fútbol por Olga Carmona en 2023.

La importancia de su familia

En 2018, Iniesta dejó el FC Barcelona y la primera línea del fútbol mundial y puso rumbo a Japón. Firmó por el Vissel Kobe japonés, club en el que permaneció hasta el verano de 2023. Tras un año jugando en la liga de Emiratos Árabes, Iniesta dice hasta aquí. "Nunca pensé que llegaría este día. Todas estas lágrimas que hemos echado durante estos días son lágrimas de emoción y de orgullo. No son lágrimas de tristeza, son lágrimas de ese niño de Fuentealbilla que tenía el sueño de ser futbolista y lo conseguí, lo conseguimos. Después de muchísimo trabajo y sacrificio y de nunca rendirse. Esos valores han sido imprescindibles en mi vida y por eso hoy me siento muy orgulloso de todo ese camino. Me siento muy feliz de haber conseguido el sueño de ser futbolista profesional porque era lo que más quería. Hoy es como un cuento. He vivido las mejores cosas que se pueden vivir a nivel humano y profesional. Me encantaría que hiciésemos un recorrido por ese cuento", ha comenzado entre lágrimas un Iniesta, cuyo primer mensaje ha ido dedicado a su familia.

"Es un primer paso, como bien sabéis, tengo 40 años, me habéis visto hablar muchas veces, sabéis la importancia que tiene para mí la familia, siempre ha sido mi motor y fortaleza, donde siempre me he apoyado. Tengo la suerte de contar aquí con muchas generaciones de esa gran familia y eso es algo muy bonito. Mi hermana, mis padres lo han sido todo para mí, por todo lo que me han enseñado y transmitido durante todo este tiempo. Hoy tengo mi maravillosa familia con Ana y nuestros seis peques y son el motor que da sentido a todo lo que hacemos", ha apuntado el futbolista, que ha dedicado una mención especial a su padre. "Ha sido mi inspiración. Siempre hemos tenido una conexión muy especial desde que con dos años empecé con los balones de plástico. Mi pasión por el fútbol y lo que he hecho en el fútbol se lo debo a él. Muchas gracias por los consejos, los silencios y por todo lo que ha significado para mi en la vida y en el fútbol", ha añadido.

La Masía y el Barça

"Tengo la suerte de estar con esas cuatro personas que hicimos ese viaje. Mis padres, mi abuelo y yo. Es muy bonito que casi 30 años después estemos aquí en este momento tan importante y especial. Este viaje comporta todo. Comporta todo el trabajo, sacrificio y humildad. La Masía me cambió para siempre. Es el lugar donde mejor podía estar para potenciar todos los valores que creo que hay que tener en la vida y agradecido a toda la gente y todos los profesores, compañeros... es una etapa que marco nuestras vidas. Para mí venir al Barça era un sueño. Me focalicé para cumplirlo. Para que ese esfuerzo de un niño de 12 años, venir a Barcelona y lo que significa para la familia, no podía desviar el foco. Llegué al mejor lugar posible para realizar todos los sueños que tenía por delante".

En el día de su adiós, también ha querido agradecer al Barça y a La Masía por la formación y la transmisión de valores que recibió durante toda su carrera. "La Masía me cambió para siempre. Es el lugar donde mejor podía estar para potenciar todos los valores que creo que hay que tener en la vida y agradecido a toda la gente y todos los profesores, compañeros... es una etapa que marco nuestras vidas. Para mí venir al Barça era un sueño. Me focalicé para cumplirlo. Para que ese esfuerzo de un niño de 12 años, venir a Barcelona y lo que significa para la familia, no podía desviar el foco. Llegué al mejor lugar posible para realizar todos los sueños que tenía por delante", ha reflexionado Iniesta, que ha querido poner el foco en el día que fue reclutado para entrenar con el primer equipo. "No puedo olvidar ese momento en el que Carlos Naval, con 16 años que yo tenía, llamó a La Masía y preguntó por mí porque Lorenzo Serra Ferrer quería que fuese a entrenar con el primer equipo. No sabía donde meterme, me temblaba todo. Es algo que siempre quedará en mi cabeza. Ver el Camp Nou cada noche, mañana y tarde desde La Masía y tener la oportunidad de estar con esos jugadores y compañeros como Xavi, Puyol, Víctor Valdés, Guardiola... fue increíble. Con Luis Enrique, un día que estaba esperando para ir al primer equipo, pasó con el coche y me conocería de oídas. Bajé con él. No sé cuántos días estuve sin abrir la boca en el vestuario... y él fue quien me hizo la asistencia del primer gol. Fue entrenador... Simboliza un poco el paso de un chaval que pasa por todas las categorías inferiores y pasa al primer equipo", ha recordado antes de centrarse en el que para muchos es el mejor Barça de la historia.

"Nos divertíamos mucho. Fue mágico como nos lo pasábamos. Lo que me llevo de toda esa época fue lo que disfrutábamos, no solo los que estábamos dentro, también la afición. Al final, es una época que simboliza todo para mí. Poder estar en el club de tu vida, poder haber crecido en todas las categorías inferiores y vestir esa camiseta es algo único y algo con lo que me quedaré siempre. Hoy hay muchos representantes de aquel Barça. Se están empezando a hacer las cosas muy bien y volviendo a que la gente se vuelva a sentir orgullosa de su club. El Barça me cambió la vida y lo ha sido todo para mí. No puedo olvidarme del grupo de jugadores y de entrenadores", ha asegurado tras proyectarse vídeos de Van Gaal, Pep Guardiola o Luis Enrique.

La Selección, su "otra piel"

Por último también ha querido despedirse de La Roja. "Mi otra piel. Seguramente nos remontamos a los últimos logros, cosas que han ocurrido, pero para mí, empieza con 15 años. Todas esas tardes de entrenamientos, todos esos torneos y compañeros con los que he crecido hasta llegar a lo profesional. Mi camino es un agradecimiento muy grande a todas las personas que me he ido encontrando. Para mí, la Selección es otro nivel. Eres un elegido entre miles de jugadores. He tenido el honor de haber estado en la, hasta hoy, mejor época de la Selección. No me puedo olvidar de todos los jugadores que han pasado por la Selección y que lucharon para conseguir esos éxitos. Una mención especial a Luis Aragonés, a Vicente del Bosque y a Lopetegui por ese cariño y respeto que me han tenido. Todo se resume con una foto: ese gol del Mundial. Pero ese gol lo marcamos todos. Toda esa gente que luchó por conseguir eso. Yo tuve la oportunidad de estar ahí para hacerlo, pero la magia de todos lo hizo posible. Dani Jarque también nos ayudó. Aprovecho para mandar un fuerte abrazo para su padre. Un honor y un privilegiado de haber estado en esta época de nuestro país", ha apuntado antes de anunciar su punto... y seguido.

Seguirá en los banquillos

"Estar en el césped se acaba con esta etapa. El juego continúa —nombre con el que anunció este acto— es un juego de palabras. Parece que no puedo estar muy lejos del fútbol. Ha sido mi vida, lo seguirá siendo y en cierta manera, la construcción de lo que será el días después se ha ido haciendo paso a paso. Estamos trabajando en diferentes proyectos. En este siguiente paso tengo la motivación que he trabajado en todo este tiempo para seguir formándome. Necesito aprender, equivocarme y formarme en el proyecto de los clubes que tenemos y nuestras academias. Me encantaría seguir manteniendo. Desde ya estoy empezando con el curso de entrenador. Quiero formarme en esta siguiente etapa de esa manera. Los que me conocéis, sabéis que soy bastante cabezón en ese sentido. Intentaré volver a hacer un gran trabajo. No será detrás del balón, sino en otro lugar. Seguiremos viéndonos. Seguiréis escuchando cosas de mí. Con muchas ganas. Si hay algo que puede definir mi carrera es orgullo. No hay otra. Orgullo de haber peleado y trabajado hasta la última gota y día que fui futbolista. Eso es lo más grande para mí. El resto es historia. Son títulos, momentos malos que todos tenemos que pasar. El orgullo ha sido lo que me hace estar muy feliz. Con pena porque habría jugado hasta los 90 años. Pero orgulloso", ha sentenciado.