"Tengo una ruta por los sitios donde llorar bien y llorar a gusto": pasear, personas que pasean y cosas que encontramos por el camino
Aimar Bretos entrevista a Adriana Herreros, autora de la newsletter 'Campo Visual', en la que lleva un diario de todos sus paseos
Madrid
Adriana Herreros es la autora de la newsletter 'Campo Visual', en la que lleva un diario de todos sus paseos, de lo que ve, de lo que piensa y de lo que aprende en sus salidas a pasear. Así lo describe: "Paseos, personas que pasean y cosas que me encuentro al pasear". En 'Hora 25' entrevistamos a Adriana Herreros para que nos hable de todas esas reflexiones que le surgen mientras pasea.
¿Qué diferencia hay entre caminar y pasear? "Pasear es un acto más consciente. Quiero hacerlo. Caminar podría ser simplemente lo que hacemos cualquier día cuando recorremos una distancia. Usamos nuestros pies, nuestras piernas para recorrer una mínima distancia para llegar a un sitio", responde Adriana.
Las entrevistas de Aimar | Adriana Herreros
18:27
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Escribir sobre pasear
¿Por qué empieza a escribir Adriana Herreros sobre sus paseos? "Yo soy de andar y de optar por ir andando a los sitios desde hace mucho tiempo. Pero sí que hubo un momento, en esa época gris y oscura de la desescalada post-pandemia, que me dediqué a hacer paseos un poquito más largos. En uno de ellos, trascendí un poco, superé las lindes de la ciudad, fui un poco más allá y fui consciente de que simplemente con tener el tiempo, las ganas y mis piernas podía llegar bastante lejos. Pasé un poco de ir andando a querer pasear y pensar y reflexionar sobre pasear", así describe la paseante el inicio de su diario 'Campo Visual'.
Y continúa: "También hubo una anécdota con una amiga en la que hablábamos de las huellas que dejamos en la ciudad. Las calles donde hemos vivido, donde hemos trabajado, los barrios en los que hemos querido o nos han querido, en los que hemos llorado... Yo había llegado a mapear los sitios donde había llorado. Una especie de ruta por los sitios donde llorar bien y llorar a gusto. El primer paseo iba a ser ese: la ruta del llorar bien, del llorar a gusto".
La mayoría de los paseos de los que habla Adriana en su newsletter son por la ciudad de Madrid, la ciudad en la que vive. "Tengo calles vetadas, por las que no puedo pasar", nos dice Herreros. "De hecho, si tengo que pasar por ahí doy una vuelta gigante y no lo hago. Por alguna vivencia. Las ciudades las hacemos muy nuestras. Me resulta extraño esas personas que van siempre en coche, que pasan por la vida de puntillas y por las ciudades sobre ruedas. No pueden tener paseos mal, pero tampoco paseos del amor ni nada. Tengo paseos mal y calles por las que no paso, muchas relacionadas con el mundo laboral".
Un paseo de verdad
"Yo paseo por muchos motivos. Uno de los fundamentales es para desentumecerme, no solo mentalmente sino también anímicamente. Si me encuentro mal, si me encuentro acongojada, paseo. En esas ocasiones no pienso, me dejo llevar, hago lo del andar por andar, pongo el piloto automático", reflexiona Adriana Herreros. ¿Un paseo con el piloto automático no es un paseo desperdiciado? "No, no. Para muchos autores es el paseo canónico, el verdadero. El paseo en el que nada de lo temporal, de la actualidad o de los problemas que te apremian intervienen. El paseo verdadero, enajenado, en el que no piensas, solo disfrutas, el paseo improductivo, ineficaz, placer puro, hedonismo, estar por estar. Un paseo no produce nada, en todo caso puede producir pensamientos, experiencias o llegadas. No produces nada. Para mí es activismo".
Adriana nos cuenta que no suele escuchar música mientras pasea: "Me gusta escuchar. Cuando paseas estás en el mundo. Tú en él y él en ti. Entonces para mí es muy importante que todos los sentidos estén muy activados. Algunas veces sí he recurrido a los cascos y a la música, no quiero ser purista, pero sí que creo que el paseo perfecto tiene que ser con todos tus sentidos muy despiertos. Es la manera de tomarle el pulso de verdad a los barrios, a las ciudades y saber qué pasa". Pasear significa moverse por el espacio, pero también por el tiempo: "Pasear te lleva a descubrir la memoria de algunos barrios".
Brechas de género y clase
¿Quiénes son los que históricamente se han podido dedicar a pasear? ¿Hay brechas de clase? ¿De género? "De género desde luego", responde firme Adriana. "Que una mujer ocupe y esté en el espacio público no es que haya estado mal visto, sino que incluso en algunas épocas de la historia ha sido ilegal. Las mujeres no han podido ocupar su sitio en el espacio público, de ahí expresiones como 'mujeres de la calle'. Que una mujer estuviese ocupando un lugar en la calle sola y sin ningún objetivo, andando, era una cosa que ha habido que ir conquistando".
De clase también, nos dice la autora de 'Campo visual': "En la época victoriana, por ejemplo, existía un paseo que podían darse las clases desocupadas, que no tenían oficio y que digamos que el networking de la época era eso: ir a un parque y encontrarse, saludarse y conocerse. La gente ocupada y trabajadora no podía pasear. No sé por qué me he ido tan lejos, a día de hoy también es complejo para mucha gente buscar el tiempo y el espacio para pasear".
En una de las entradas de 'Campo visual', Adriana dice: "Sola, tomo posesión del trocito que me toca y venzo la alargada sombra del temor (sí, el temor que está siempre cuando paseas sola) y la vergüenza de saberme observada". Aimar Bretos le pregunta entonces si siente vergüenza cuando pasea: "Sí. No solo ya al pasear, sino en cualquier situación que estás sola en el espacio público y a lo mejor no son las condiciones adecuadas, que siempre deberían de ser las condiciones adecuadas para que una mujer ocupara el lugar en el espacio, pero hay ocasiones en las que no lo son y sí que te sientes observada, interpelada en muchos casos".
Josema Jiménez
Periodista de Sanlúcar de Barrameda. Trabajo en la Cadena SER desde 2018. Antes en Hoy por Hoy, ahora...