Tribunales

El comandante de la Guardia Civil del 'caso Koldo' empleaba a sus agentes como recaderos de la trama

Rubén Villalba, implicado en la organización criminal, utilizó hasta a 9 agentes del servicio de Información de la Guardia Civil como taxistas, recaderos, para recoger e ingresar sobres con dinero negro o limpiar de escuchas a los vehículos del corruptor Aldama

El presidente del Zamora CF, Víctor de Aldama, a la salida de la Audiencia Nacional. / SERGIO PEREZ (EFE)

Madrid

El comandante de la Guardia Civil implicado en el caso Koldo empleaba a sus agentes del servicio de información del Instituto Armado como taxistas o recaderos del asesor de Ábalos. Lo mismo le recogían en el centro de Madrid y le llevaban a un domicilio o a la estación del tren, que le entregaban sobres en La Chalana, practicaban barridos de seguridad para Víctor de Aldama o ingresaban dinero en efectivo en las cuentas del comandante investigado.

El sumario recoge las declaraciones de 9 agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil, subordinados del comandante Rubén Villalba, detenido e investigado en la causa. Los agentes relatan cómo trabajaron al servicio de la trama por orden de su comandante.

Taxista y recadero de Koldo

Uno de ellos llegó a hacer de taxista para Koldo, yendo al barrio de Malasaña a recogerle en un vehículo camuflado y trasladándole a la estación de tren de Chamartín. Otro le llevó un sobre al restaurante La Chalana. Los agentes llegaron a simular un barrido de micrófonos en las oficinas del corruptor Víctor de Aldama para tranquilizarle y quitárselo de encima, debido a que lo reclamaba porque era un maníaco de la seguridad, pero sí limpiaron efectivamente de posibles escuchas sus vehículos.

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También entregaron a Aldama los teléfonos en b securizados para evitar ser rastreado y recogieron los sobres con dinero que el corruptor entregaba a cambio para el comandante.

Consultas ilícitas de bases de datos y dinero negro

Supuestamente también realizaron consultas en bases de datos sobre personas de interés para Aldama, aunque desconocían el fin ilícito ya que la orden partía de su superior jerárquico. En una ocasión, uno de ellos declara que acompañó al comandante a las oficinas de la UCO para preguntar por Claudio Rivas, socio de Aldama y en la actualidad en prisión por el fraude en el impuesto de hidrocarburos que también investiga la Audiencia Nacional.

El comandante Villalba utilizaba además en ocasiones a sus agentes para depositar en el banco el dinero negro que le pagaba Aldama, a razón de 2.000 euros mensuales. Estos agentes, a quienes se supone un alto nivel de capacitación, no hacían preguntas. Se trata de un cuerpo militarizado. Cumplían órdenes.