"Es un milagro": encuentran con vida a un hombre en un bote inflable tras 66 días a la deriva

Madrid

Hace ya varios meses, concretamente a principios de agosto, el ruso Mikhail Pichugin emprendía un viaje en un bote inflable junto a su hermano de 49 años y su sobrino de 15 para ver las ballenas que frecuentan las inmediaciones de las islas Chantar. Sin embargo, un fallo en el motor de la embarcación provocó que estos quedaran a la deriva sin nada más que comida para dos semanas y unos 20 litros de agua, tal y como recogen los medios locales. Como estos no volvían, los familiares dieron la voz de alarma a las autoridades locales, quienes comenzaron a buscar sin suerte a los tripulantes de este bote.

Después de una búsqueda que se ha prolongado durante estos dos últimos meses, Mikhail Pichugin ha sido encontrado con vida gracias a la tripulación del barco 'Ángel' que detectó el pequeño bote inflable en su radar. A pesar de que en un primer momento pensaron que se trataría de una boya o de un trozo de basura, estos decidieron encender el foco para verificar qué era realmente. Y se encontraron al hombre completamente agotado sobre su bote a unos 1.000 kilómetros de su punto de partida junto a los cadáveres de su hermano y su sobrino, quienes no pudieron sobrevivir tras dos meses a la deriva.

El naufrago perdió 50 kilos

Tras ponerse en contacto con el náufrago, este les explicaba que no le quedaban demasiadas fuerzas. Sin embargo, sacó lo poco que le quedaba para agarrarse a la cuerda que le permitió ser rescatado. ¿Y por qué han tardado tanto tiempo en dar con él? Según ha dado a conocer el capitán del barco, porque la actividad pesquera en el mar de Okhotsk es bastante baja durante estos meses: "Si hubiera una flota importante de barcos, el bote habría sido visto y encontrado rápidamente".

Tras rescatar al náufrago, este ha sido trasladado de inmediato al hospital regional de Magadán en estado grave para recuperarse de la odisea con claros síntomas de deshidratación e hipotermia. En declaraciones a los medios de comunicación, Pichugin ha reconocido que tanto su hermano como su sobrino murieron del agotamiento incapaces de hacer frente a las condiciones más extremas: "Teníamos los pies mojados, hacía mucho frío y nos quedamos sin comida".

Así pudo sobrevivir

El protagonista de esta historia ha reconocido que ha llegado a perder 50 kilos como consecuencia de tantos días a la deriva. De hecho, su mujer considera que el hecho de que pesara 100 kilos al inicio de la travesía ha podido resultarle de gran ayuda para superar esta situación: "¡Es una especie de milagro!". ¿Pero cómo ha podido sobrevivir a esta odisea realmente?

Según cuenta el médico que le ha tratado durante estas últimas horas, una de la estrategia clave fue la distribución estricta de los suministros disponibles: "Es posible que se haya dado cuenta de que no sabía cuándo sería rescatado y, por lo tanto, intentó alargar la comida y el agua lo máximo posible. Esto ayudó a reducir su tasa metabólica y que su cuerpo funcionara al mínimo".