"Estamos muy mal atendidas, ahora vuelvo a ser la de antes": la menopausia en la sanidad pública
4 millones de mujeres, según el último censo del INE, están en edad de atravesar la menopausia o la etapa previa, la perimenopausia. "Un porcentaje muy alto de ellas van a necesitar tratamiento", según las expertas, que reclaman un abordaje específico en centros de salud y hospitales en el que Sanidad asegura estar trabajando. Recuerdan, además, que la imagen de la menopausia no es una anciana, "es una mujer en su plenitud vital y profesional"
"La menopausia en la sanidad pública"
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MADRID
"Es un proceso gradual. Te van apareciendo síntomas. Yo, por ejemplo, nunca he tenido dolores de cabeza y cuando empecé a entrar en la perimenopausia me daban unas migrañas brutales, se me agarraba al ojo y me duraba pues cerca de una semana. Los cambios de humor son bruscos. De repente estás bien, de repente estás tristísima. No sé por qué lloro, no sé por qué estoy triste, no sé por qué a los 10 minutos me como el mundo. También el cambio corporal: de repente tu cuerpo, que hasta determinado momento ha estado respondiendo a la alimentación o al ejercicio, pues ya no te hace caso y empiezan a aparecer michelines donde antes no los tenías. Y también el insomnio: me iba a dormir y me quedaba mirando al techo". A los 47 años, Marta, que ahora tiene 49, empezó a sentir estos síntomas con los que muchas mujeres de esa edad se pueden sentir identificadas. Estaba atravesando lo que se conoce como perimenopausia, la etapa previa a la retirada definitiva de la menstruación o menopausia, en la que empiezan a aparecer desajustes y afectaciones físicas y psicológicas como las que relata.
Marta (49 años): "Me dijeron que tenía que resignarme a los síntomas de la menopausia"
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Como explica la OMS, "la perimenopausia puede durar varios años y afectar al bienestar físico, emocional, mental y social", pero Marta se encontró con que su doctora del centro de salud "no tenía herramientas" para ayudarla. "Fue como estar hablándole a la pared. No es que no me hiciera ni caso, pero yo creo que esa mujer no tenía las herramientas para contestarme. Lo que me dijo fue que la menopausia era una putada, que me tenía que resignar, básicamente me vino a decir. Y que ya verás cuando empiecen a dolerte las articulaciones. Yo en el momento en el que fui a su consulta tenía 47 años y dije, ostras, si me van a quedar 30 de vida y voy a tener que estar así, yo me niego".
"No estamos a la altura de las necesidades de las mujeres"
Según el último estudio de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), 9 de cada 10 mujeres experimentan algún síntoma durante la transición menopáusica. "Tener sofocos, tener insomnio, tener afectaciones del estado de ánimo o tener afectaciones de tu vida sexual no está bien, no hay que normalizarlo, eso requiere un abordaje", defiende Sonia Sánchez Méndez, ginecóloga referente en menopausia de ASSIR, del área de atención a la salud sexual y reproductiva de Badalona, y miembro de la AEEM, que cree que no se puede banalizar lo que la perimenopausia y la menopausia pueden suponer para la salud de las mujeres. "El insomnio produce un aumento del riesgo cardiovascular, la sequedad vaginal acaba produciendo infecciones de orina, la no atención a la salud ósea, osteoporosis y fracturas, con el gasto sanitario que implica una fractura de cadera", enumera esta ginecóloga, que insiste en que "una gran parte de estas mujeres van a requerir una intervención, y si no se les da atención desde la consulta de ginecología o desde la consulta de atención primaria, o la matrona, quién se la va a dar: un psicólogo que paguen ellas, una nutricionista que paguen ellas. No estamos a la altura de las necesidades de las mujeres".
Sonia Sánchez, ginecóloga: "La menopausia requiere un abordaje, no estamos a la altura de las necesidades de las mujeres"
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Fuentes del Ministerio de Sanidad explican que "se está ultimando una campaña para dar visibilidad a la menopausia" y que están trabajando en una estrategia de salud sexual que se va a dedicar, en parte, "a implementar el manejo de la menopausia en atención primaria y hospitalaria". Mientras tanto, mujeres como Marta o Paloma (40 años) - menopáusica desde los 38 a raíz de una operación por endometriosis - se buscan la vida como pueden -"leer mucho, buscar información, recurrir a fuentes en redes sociales de cierta calidad"- y acaban, en muchos casos, en consultas privadas, como apunta la doctora Sánchez Méndez.
"Me di cuenta de que éramos muchas y estábamos muy mal atendidas"
Después de encontrarse con que su ginecóloga tampoco le ofrecía ayuda -"me dijo que a partir de ahora tenía que matarme de hambre y hacer mucho ejercicio"-, Marta decidió buscarse la vida por su cuenta. "Me puse a buscar información en redes sociales y dio la casualidad de que a los pocos días una mujer maravillosa que lleva una página de Instagram daba una charla en Madrid y te podías apuntar. Pregunté si podíamos llevar a hombres y me dijo que por supuesto, que había que llevarlos para que también entiendan un poco por dónde estamos atravesando". En aquella charla, Marta conoció a la doctora que, asegura, le "salvó la vida", y se dio cuenta de que no estaba tan sola como pensaba. "Hablaban de sus testimonio, de cómo se sentían, y yo me di cuenta de que éramos un montón, que estábamos pasando lo mismo y que estábamos muy mal atendidas".
Paloma, que ahora tiene 40 años, está en menopausia desde hace dos, como consecuencia de una operación por endometriosis en la que le extirparon los ovarios. Ella también echa de menos más información y acompañamiento, aunque en su caso, como ha pasado por quirófano, sí ha tenido revisiones y se ha hecho su primera densitometría para vigilar la salud de sus huesos, porque durante la menopausia las mujeres pierden densidad ósea. "He hecho igual que hice con mi enfermedad [la endometriosis], leer mucho, buscar información, y entender que no todo es el tratamiento médico, tenemos que poner mucho de nuestra parte. Si te dicen que entrenar fuerza o salir a caminar o que te dé el sol es importante, hazlo. Eso a mí no me lo ha dicho ningún médico. La parte de ten una alimentación saludable, haz ejercicio, exponte al sol, esa parte no me la han dado como consejo. Simplemente, esto es lo que te ha tocado y esta es la medicación. Si con este suplemento no vas bien, podemos ir a una terapia hormonal sustitutiva. Pero nadie te dice lo que tú puedes hacer en tu día a día".
Paloma (40 años): "Notaba ciertas lagunas de memoria o no poder organizarme como venía haciendo hasta ahora"
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La de Marta Marcè (39 años) es una menopausia más precoz todavía que la de Paloma: a los 26 años, por una cirugía de cáncer de ovarios. "Cuando me dijeron que estaba en menopausia, lo primero que hice fue preguntar a los médicos que tenía en ese momento a mano, tanto mis ginecólogas como en oncología. Y me dijeron que no iba a menstruar, que no iba a ser madre. Ya está. No imaginaba la envergadura que tenía, la cantidad de síntomas que podría tener, la implicación en mi salud. Y es algo que he tenido que ir aprendiendo: cómo los estrógenos en realidad tienen relación con casi todos los órganos y tejidos del cuerpo". Durante los cinco años posteriores a su operación, Marta M. fue experimentando cada vez más síntomas, "los sofocos, cambios en el sueño, síntomas más metabólicos, cómo se acumulaba más grasa en el abdomen, mi cuerpo cambiaba, falta de memoria, falta de concentración, la piel diferente y mucho más seca, no solo la piel, también las mucosas", problemas para los que sus médicos no le daban soluciones. "Cuando preguntaba qué puedo hacer, me decían: cuando tengas osteoporosis, pues ya te medicaremos, si tienes colesterol, te medicamos, si entras en depresión, te medicamos. Pero no me dieron ninguna respuesta de lo que yo podía hacer, ni alimentación, ni ejercicio, ni nada. Entonces me sentí súper poco acompañada, súper sola. Pensaba además que era la única en el mundo que tenía menopausia precoz". Igual que Paloma y la otra Marta, ella también decidió buscar soluciones por su cuenta, y actualmente se dedica a compartir sus aprendizajes con otras mujeres, a través de la divulgación.
"La imagen de la menopausia no es una anciana, es Sofía Vergara: una mujer en su plenitud profesional y personal"
La menopausia -la retirada de la menstruación durante, al menos, 12 meses consecutivos- suele experimentarse entre los 45 y los 55 años, pero todavía quedan resquicios de su asociación tradicional a la vejez. "Yo hago la broma a mis estudiantes de medicina o mis residentes de ginecología, y les digo que yo tenía la imagen de que la menopausia era la reina de Inglaterra y vosotros ahora tenéis la imagen de que la menopausia es Sofía Vergara. Ese es el quid de la cuestión completamente. Dejáis de ver a una anciana para ver a una mujer en su plenitud personal, profesional y, por supuesto, vital, y ese es el cambio de paradigma", defiende la doctora Sonia Sánchez Méndez. Pero la percepción negativa de la menopausia persiste en el imaginario colectivo y en el silencio con el que muchas mujeres afrontan esta etapa. Pilar, que ahora tiene 57 años, acaba de estrenarse en la menopausia, y reconoce que no hablaba demasiado del tema con sus amigas, más allá de alguna pregunta que ella les hacía, ya que ha sido la última en perder la menstruación. "Sí que me considero ya una señora mayor. Y sé que esto es la última etapa. Yo pensaba que me iba a suponer una depresión tener la menopausia, no estoy en ese momento, la tengo y ya está, pero sí pienso un poco que es verdaderamente la última etapa de mi vida", explica Pilar que, además, no identifica síntomas asociados a esta fase más allá de los cambios físicos que todas las mujeres relatan. En su caso, no ha contado todavía a su médico de cabecera que cree que está en menopausia, y siente que tiene mucha información al respecto a mano. "Yo creo que cuando nos vamos acercando al momento de que sabemos que va a llegar la menopausia nos preocupamos, más o menos. Por ejemplo, yo no he hecho ejercicio en la vida y ahora voy a pilates 2 días por semana, he empezado a nadar, porque ahora mismo estoy en lo mejor de lo peor. Yo creo que sí tenemos información. Al final todas hemos tenido madres, hermanas, tías, y sabemos lo que es la regla y sabemos que vamos a ser menopáusicas", explica esta mujer que no echa de menos un abordaje específico en la sanidad pública y que cree que "no hay que quitar esa carga de negatividad a la menopausia porque existe".
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Para Marta (49 años), encontrar soluciones a los síntomas asociados a la menopausia le ha cambiado la vida hasta el punto de sentir que está en su mejor momento: "me siento bien conmigo misma, me siento muy segura. Antes no me sentía así, cuando estaba en esa etapa en la que no sabía lo que me estaba pasando. Era muy difícil mi relación conmigo misma y eso entorpeció un poco la relación con los demás. Pero hice todo lo posible por salir de ahí y creo que lo he conseguido". Así se siente ahora, después de pedir cita a través de su seguro privado con la doctora que había conocido en una charla, y que, después de probar otras alternativas, le ha recetado un tratamiento hormonal sustitutivo. "Yo tengo mucha suerte porque mi empresa me paga un seguro privado y yo puedo hacer uso de ese seguro privado para acceder a especialistas que a lo mejor por la Seguridad Social tardan mucho o no tengo acceso. Y yo pensaba en todas esas mujeres que no tienen acceso a un seguro privado y que tienen que esperar meses para que las atiendan y que a lo mejor no han dado con la especialista adecuada o el especialista adecuado". Tampoco Marta M. (39 años) se quiso "conformar" con la respuesta de sus médicos al impacto de su menopausia precoz: "he estudiado nutrición y lo he aplicado a la menopausia, a la perimenopausia. Vi cómo cambiar los hábitos de alimentación, aprendí sobre el ejercicio, cuál es el más específico que necesitamos en este momento. Y cambió radicalmente también la calidad de mi vida, la gestión del estrés. Aprendiendo poco a poco sobre esta etapa he podido adaptar mis hábitos y vivirla con mucha salud y plenitud".
Marta M. (39 años): "No me dieron ninguna respuesta, me sentí súper poco acompañada, súper sola"
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"Se está atiborrando a las mujeres en menopausia de ansiolíticos y antidepresivos"
Banalizar la menopausia, reducirla a la falta de menstruación o el final de la vida reproductiva, o a los sofocos, puede generar frustración en las mujeres que van a pedir ayuda, como explica Sonia Sánchez Méndez. "Siempre va a haber una mujer en menopausia que va a acudir a consulta y te va a pedir ayuda. Yo pienso que todos los ginecólogas y ginecólogas deberían saber responder. Y a los médicos de atención primaria se les puede exigir que tengan la sensibilidad adecuada para saber derivar y aconsejar adecuadamente, y cada vez lo están haciendo más", explica esta ginecóloga, para la que ese cambio en la respuesta de los centros de salud "vale oro: médicos que dicen 'hace años te hubiera dado antidepresivos y ansiolíticos, pero por qué no te pasas por la consulta de referencia de menopausia de ASSIR, porque lo mismo lo que te pasa simplemente es la menopausia y ella te puede ayudar'. Le estás reconociendo a esa mujer que lo que le está pasando es algo que necesita atención, no se está banalizando la menopausia y sus síntomas, como se ha hecho, y sobre todo, no se está atiborrando a las mujeres de ansiolíticos y antidepresivos, que también es algo que nos pasa en España".
Paloma (40 años), ya va "llevando mejor" algunos de los efectos de la menopausia que le ha provocado su operación de endometriosis, pero reconoce que le ha costado adaptarse, sobre todo, a la falta de memoria y concentración, y al impacto psicológico. "Soy una persona muy organizada y notaba ciertas lagunas de memoria o no poder organizarme como venía haciendo hasta ahora", explica, e incide en la importancia de cuidar la alimentación, el ejercicio físico, "y entender y comprender que todas las mujeres vamos a pasar por esto, que a mí me ha llegado con mucha antelación, pero que no acaba la vida. Una mujer menopáusica no tiene la regla: no puedes tener hijos pero tu vida continúa". Y esta comprensión, este acercamiento a la menopausia por la que todas las mujeres van a pasar, es algo que, en su opinión, podrían abordar los centros de salud. "Creo que se podría hacer a través de las matronas de los centros de salud, que no tiene por qué ser en un hospital. Talleres, trípticos que te den a leer, charlas. Yo apostaría por una atención cercana: en el centro de salud con la matrona".
Lo que vale y lo que no durante la menopausia: cuidado con las pseudoterapias
Si hay un aspecto en el que coinciden todas estas mujeres, expertas o no, es en que el primer paso para atravesar de la mejor manera posible la menopausia es tener unos hábitos de vida saludables. "Siempre tiene que ser lo primero: dejar de fumar, consumir alcohol lo mínimo posible o dejarlo, una correcta educación nutricional, las mujeres a partir de los 40 necesitan cambios en la alimentación, reducir el consumo de hidratos de carbono y adecuarlo a su actividad física, aumentar el de proteínas, también el de calcio y vitamina D, tener horas o momentos reservados para la práctica de ejercicio, concretamente ejercicio de fuerza para mantener una correcta salud muscular. Con esto se alivian muchos síntomas", explica la ginecóloga Sonia Sánchez Méndez, que recapacita y se corrige: "en realidad deberíamos hacerlo toda la vida así, desde niñas". Esta prevención va más allá del ámbito sanitario y exigiría un esfuerzo a muchos otros niveles, como el educativo, y un gasto personal que no todas las mujeres se pueden permitir, como reconoce la doctora: "tú depende de quién, le dices 'tienes que comer entre cuatro y cinco veces pescado azul a la semana, verdura, nueces, avellanas, aceite de oliva, fruta', y te ponen cara de 'si a duras penas puedo comprar el pollo, el arroz y las patatas'".
Pero lo cierto es que, según esta experta, gran parte de las mujeres en menopausia o perimenopausia van a necesitar "tratamientos farmacológicos, hormonales o no hormonales", y es tajante respecto a la terapia hormonal sustitutiva: "es un tratamiento eficaz y seguro si se utiliza adecuadamente. Y ya está: no hay nada más que decir". También cita tratamientos no hormonales que ayudan a combatir síntomas como la atrofia vaginal o los sofocos, dirigidos al tratamiento concreto del síntoma. "Y se pueden utilizar tratamientos antidepresivos, pero ya como tercera o cuarta línea, pero no como primera, como se ha utilizado algunas veces en nuestro país: que no puedo dormir, pues hala, un sedante; que estoy nerviosa, pues un ansiolítico o un antidepresivo", insiste la doctora Sánchez Méndez, que advierte de que la falta de atención a la menopausia está dejando espacio a un negocio que "lo único que busca es sacarle el dinero a las mujeres con historias que no están avaladas científicamente". En este sentido, la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia ve un interés comercial claro en explotar esta fase por la que pasan todas las mujeres. "No dejamos de recibir inputs de empresas que se ponen en contacto con nosotros para que les validemos su producto, y hay cosas que no tienen ningún sentido".
En definitiva, remata esta ginecóloga, "hay un montón de terapias, hay un montón de opciones de manera que se puede llegar a hacer un traje a medida para la menopausia de cada mujer. Pero no se está haciendo. Y no es difícil, te aseguro que tratar el cáncer de ovario es mucho más difícil".