Sin luz, a las puertas de un huracán y con desinformación al no poder cargar los móviles: cómo sobreviven 10 millones de cubanos al gran apagón
El país lleva desde este viernes sufriendo apagones eléctricos continuos que no terminan de solucionarse
Madrid
Los cubanos están acostumbrados a los apagones intermitentes y han agudizado el ingenio hasta límites insospechados. Con perchas de alambre, son capaces de crear una antena parabólica con la que reciben señal de radios de Miami, capaces de cargar baterías para que funcionen los transistores con una fermentación de maíz, pero la carencia de suministro eléctrico durante cuatro días ya les ha puesto al borde del abismo.
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Es el ingenio de la necesidad, del hambre, de la penuria de un país que lleva 70 años sumido en un régimen comunista que no ha evolucionado y que sigue justificando todas sus penurias en base a un bloqueo norteamericano. Pero ahora, el gran apagón, como llaman ya a esta oscuridad energética que dura cuatro días, solo es achacable a la miseria del gobierno de Díaz-Canel, heredero del castrismo y del inmovilismo.
Dos centrales térmicas se presupuestaron en los últimos 15 años, una de los chinos y otra de los rusos. Ninguna de las dos afectadas por el bloqueo norteamericano. Pero ninguna funciona. Y las que estaban en marcha, no se han actualizado, no han pasado la ITV en muchos años, hasta que han colapsado. El sistema cada vez requiere más energía, porque muchos tienen familiares fuera de Cuba que les mandan divisas para comprar electrodomésticos de gran voltaje y en Cuba no hay suministro para eso.
Por el momento, algunas regiones del país comienzan a recibir suministro eléctrico, aunque todavía hay cinco millones de personas sin luz. La central de Matanzas, que es la principal suministradora, está empezando poco a poco a recuperar la normalidad.
Sin energía solar
Un país que tiene sol prácticamente los 365 días al año no ha permitido la entrada de energía solar, a la que han propuesto proyectos empresas españolas. Algunos han conseguido hacerse con placas solares portátiles y son los que estos días están incluso cobrando por cargar los móviles de los vecinos. En Cuba siempre hay alguien que hace negocio de la miseria de los demás.
La crisis energética en la isla ha hecho la vida cada vez más compleja para los residentes, que ya sufrían una grave escasez de alimentos, combustible, agua y medicinas. Y, por si fuera poco, el oriente de Cuba esperaba este domingo el impacto del huracán Óscar, en medio de un apagón general, la desinformación y el desabastecimiento de alimentos. Las provincias en fase de aviso de huracán son Guantánamo, Santiago de Cuba y Holguín, mientras que Las Tunas, Camagüey y Ciego de Ávila están en Fase de Alerta.
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"Hambre es lo que hay y ya llevamos dos días sin comer"
Fernanda Locabe, que vive en Holguín, nos contaba que "la situación incluso se está poniendo peor, porque comienza a llover, no hay nada que comer y tampoco con qué cocinar". "No hay nada en la bodega: ni arroz, ni azúcar ni aceite, ni café, absolutamente nada. Hambre es lo que hay y ya llevamos dos días sin comer. El pollo que teníamos se nos echó a perder. Los que tienen dinero pueden comprar gasolina y con ella mantener el refrigerador en marcha, pero nosotros nada de nada".
Las colas para poder tener un poco de pan pueden durar todo el día en los escasos lugares que siguen produciéndolo. Y lo peor es que ni el Gobierno sabe cuándo esto podrá normalizarse y el suministro eléctrico vuelva a operar, aunque sea con altibajos. Los servicios básicos de hospitales están operativos con plantas externas y también algunos hoteles de lujo de La Habana tienen suministro con placas solares y plantas externas.
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Victoria García
En la SER, desde hace casi tres décadas, con...