El caso Nevenka: la tendencia a prejuzgar a las víctimas

Todos tenemos prejuicios de los que muchas veces no somos conscientes, en este caso hablamos de prejuicios sobre las víctimas de un delito, especialmente cuando se trata de juicios o crímenes mediáticos.

Solemos escuchar después de que se analice el testimonio de una víctima frases como: no me la creo por su forma de vestir, porque no ha llorado, porque parecía fría en su relato o porque es incoherente o ilógico. ¿Hasta qué punto nuestros prejuicios socioculturales y heteropatriarcales condicionan nuestra visión?

EL CASO NEVENKA

Félix Martín utiliza como punto de partida en este Juzgado de Guardia la película 'Soy Nevenka', que se estrenó en septiembre de 2024. Esta producción cuenta la historia de Nevenka Fernández, concejala del Ayuntamiento de Ponferrada que en el año 2000 sufrió abusos y una persecución por parte del alcalde.

El hecho de denunciar esta situación llevó a Nevenka a perder el apoyo de su entorno, la sociedad de Ponferrada le dio la espalda y los medios la sometieron a un importante juicio público.

En la denuncia Nevenka reconoció haber mantenido una breve relación sentimental con el político. Señalaba que ella había decidido poner fin a esa relación y que desde entonces vivía un infierno: notas manuscritas, mensajes no deseados en su teléfono móvil, cartas, desprecios en público y amenazas, todo con la intención de que retomara la relación con él.

Tras la denuncia Nevenka Fernández pagó un precio muy alto: su entorno, con excepciones, no la apoyó o guardó silencio, la sociedad de su ciudad le dio la espalda aclamando al alcalde en manifestaciones. También se hicieron comentarios hirientes o sarcásticos en medios de comunicación e incluso en el juicio esos prejuicios machistas fueron puestos de manifiesto por el propio fiscal.

¿CÓMO FUE EL JUICIO DEL CASO NEVENKA?

Nevenka es una pionera, fue la primera persona en llevar a un político influyente ante los tribunales por acoso sexual y laboral.

El fiscal incumplió el deber que tiene de velar por las víctimas y tratarlas con el respeto que se merecen y cometió importantes errores:

a) Utilizó en muchos momentos un tono de voz tan vehemente que llegó a disculparse: "Es mi forma de hablar, si he sido un poco desconsiderado, con toda humildad pido perdón".

b) Hizo comentarios absolutamente inapropiados: "Jamás me he encontrado con una testigo con esa soltura, con esa memoria, usted ha podido tener una psicosis o una depresión postraumática, pero le aseguro que la cabeza la tiene muy bien amueblada. La felicito, porque en su narración no ha dejado detalle, incluso de hechos acaecidos hace dos o tres años. Veremos si los detalles se ajustan o no a la realidad". Acto seguido, la dosis de sarcasmo dio paso a una especie de interrogatorio policial.

Seguidamente el fiscal en un interrogatorio muy poco delicado llegó a hacer el siguiente comentario "¿Por qué usted, que ha pasado ese calvario, le tocan el trasero y tiene que aguantarse porque es el pan de sus hijos; usted, que no es una empleada de una farmacia o de cualquier sitio, por qué no dice 'se acabó, me voy', y ahí se queda el puesto de concejal?" En ese momento, entre sollozos, según relatan las crónicas, Nevenka respondió: "Me estaba jugando mi dignidad".

Al día siguiente de estos hechos el fiscal fue apartado del asunto.

Las ideas preconcebidas de la sociedad de ese momento influyeron en la imagen que se tuvo de la víctima. Félix Martín asegura: 'La justicia no puede permitir bajo ninguna circunstancia que una víctima se sienta avergonzada o culpable por declarar, eso sería el fracaso de la justicia, esta debe ser la enemiga de la hipocresía'.