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Economía y negocios

Si los cuidados se pagasen, el PIB español podría aumentar entre un 26,3% y un 28,4%

A nuestro alrededor todos conocemos mujeres que se dedican o se han dedicado a cuidar y que no han recibido ni un solo euro por ello. De terminar con este abuso laboral, podrían aflorar 426.000 millones de euros que ahora se esconden en la economía informal

Imagen recurso de una persona ayudando a una anciana. / Getty Images

Madrid

"Era la mayor de tres hermanos y me tocaba tirar de la familia. Después, tuve cinco hijos, entonces estuve toda la vida trabajando y cuidando a la familia". Es Puri, tiene 57 años y su historia es la de una generación, cuya vida está marcada por los cuidados. "Mi padre estaba enfermo y había que echar un cable en casa, me metí en hostelería hasta que empecé a tener niños". Como ella, en España más de seis millones de personas que se dedican a cuidar. La mayoría lo hace gratis y su actividad no aparece registrada en ninguna parte.

Si los cuidados se pagasen, el PIB español podría aumentar entre un 26,3% y un 28,4%, es decir, aflorarían 426.327 millones de euros, según estimaciones del INE. Con este tanteo que hace Estadística, el Producto Interior Bruto "infravalorado" en lo que respecta a los cuidados dirigidos a otra persona, al mantenimiento de la casa y a la alimentación supondría una contribución similar a la partida destinada a Justicia, Defensa y Pensiones juntas.

Una generación atrapada en los cuidados

Cuando los hijos ya pueden valerse por sí mismos, son los padres los que reclaman ayuda. Los cuidados evolucionan de la misma manera que lo hace la sociedad y en concreto, el ritmo y la esperanza de vida. De ahí, que se amplíe un grupo de población que asiste de manera simultánea a vástagos y progenitores. "La generación de más de 50 tiene padres en esas circunstancias y si a eso le añaden que tienen otro familiar al que cuidar, es muy complicado", es Mónica, se hace cargo de su madre y también de su hermana melliza, de quién es tutora legal.

Es la llamada Generación Sándwich, una generación atrapada en los cuidados cuyas consecuencias se dejan notar en su vida laboral. En el caso de Mónica, ella solicitó una reducción de jornada para estar con su hermana por las tardes, los sábados paga a una persona porque ella tiene que cumplir con su jornada laboral en un supermercado. "Antes estaba a 40 horas, tenía dos pagas extra, y ahora aunque las prorratean es menos dinero y menos cotización", añade.

Según datos del Imserso, ocho de cada diez personas que cuidan son mujeres y la mayoría lo hace en la economía informal. Con datos de la EPA, hay tres millones de mujeres que se declaran inactivas por realizar labores del hogar.

¿Cómo solucionamos esto?

A través de una red de servicios públicos de cuidados transversal. Comisiones Obreras ha presentado un documento con 106 medidas para revertir esta situación. ¿Por dónde empezamos? Por la creación de centros infantiles gratuitos para los menores de tres años y ampliando los cuidados que reciben las personas mayores.

Medidas desde lo público pero también desde lo privado. Cecilia Castaño, catedrática en Economía, experta de Estudios de Género y miembro de Economistas frente a la crisis apunta a un cambio de mentalidad en las empresas. El presentismo ya no se lleva y Castaño señala al "trabajo codicioso de las empresas" y al pago de las "horas asociales".

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