¿Por qué sentimos vergüenza ajena?
Raquel Mascaraque, periodista especializada en psicología, vuelve esta semana a 'Si amanece' para explicarnos cómo nos afecta el cambio de hora en invierno y para enseñarnos si la vergüenza ajena existe en todas las culturas
¿Por qué sentimos vergüenza ajena?
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En el cambio de horario de invierno, parece que es bueno tener una hora más de sueño, excepto para las personas que trabajan por la noche que tienen que trabajar una hora más y no están tan contentos.
Siempre nos han dicho que el cambio de hora vino porque nos permite ahorrar energía, pero en 2018 una encuesta de la Comisión Europea mostró el rechazo contundente de los ciudadanos: el 84% estaba a favor de eliminar los cambios de hora, pasando a un horario fijo durante todo el año. En España, el resultado fue aún más contundente: un 93%. Al final no se hizo nada y el cambio de hora sigue sucediendo.
¿Qué puede haber de bueno y/o de malo en este cambio de hora?
Al amanecer más temprano, recibimos más luz natural por la mañana. La luz matutina es crucial para regular nuestro ritmo circadiano, lo que nos ayuda a despertar con más energía. Sobre todo en otoño e invierno, cuando los días son más cortos. Pero esto también quiere decir que cuando la gente a las 18:30 salga de trabajar, ya va a ser completamente de noche, y eso, es bastante desolador.
Hay expertos que dicen que estos cambios nos pueden hacer sufrir alteraciones en el sueño, sobre todo a personas con insomnio o apnea del sueño, hasta que el cuerpo se acostumbra. Un estudio de la European College of Neuropsychopharmacology reveló que el cambio de hora en otoño está vinculado a un incremento en los casos de depresión, particularmente en países con inviernos largos y oscuros.
Otro dato curioso es que durante los días posteriores al cambio de hora en primavera, los accidentes de tráfico aumentan un 6%. Y que también el día posterior se producen más infartos, pero que esto no pasa por ejemplo en el cambio de hora de invierno.
Luego hay otros estudios que lo defienden y que dicen que no afecta para tanto y que incluso es bueno por la rotación de la tierra.
Cambiando de tema: ¿La vergüenza ajena existe en todas las culturas?
Sí existe, es como un marcador el cuál es el límite para que no te aíslen socialmente, y eso depende mucho de la cultura y de las costumbres de cada país.
Estas son situaciones o cosas que se hacen en España pero que en otras culturas quizá den mucha vergüenza ajena.
- La modestia. En culturas como la japonesa, la modestia es fundamental y el exhibicionismo se ve de manera muy negativa. La forma de celebrar el fútbol por ejemplo es diferente a en España, se hizo muy viral una reacción de los aficionados en el Alemania - Japón que al meter el segundo gol el equipo alemán , la afición nipona aplaudió muy educadamente. O por ejemplo, como recogen toda la basura del estadio que generan antes de irse.
- El afecto físico. En España ves a una pareja de la mano o darse un beso en público o los recibimientos en los aeropuertos a tu prima que lleva un año fuera, con globos, abrazos e incluso algún disfraz, y no hay problema. Pues en algunos países como China o en Tailandia, las muestras de cariño demasiado efusivas, como abrazos prolongados, besos apasionados o caricias, pueden generar incomodidad o vergüenza ajena. Suelen ser más reservados en este aspecto.
- El tono de voz. En España, es habitual que las personas hablen en voz alta en lugares públicos, como restaurantes o en la calle. Sin embargo, en países nórdicos como Suecia o Noruega, la discreción y el respeto por el espacio auditivo de los demás son muy importantes.