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Sociedad

Otros efectos de la DANA: el síndrome del cuidador

Raquel Mascaraque, periodista especializada en psicología, vuelve esta semana a 'Si amanece' para explicarnos cuáles pueden ser los efectos psicológicos al ayudar en una catástrofe como la de Valencia. Tristeza, irritabilidad y problemas para dormir serán algunas de las consecuencias

Otros efectos de la DANA: el síndrome del cuidador

A raíz de la tragedia en Valencia Raquel Mascaraque ha recibido varios mensajes de personas que han estado allí físicamente y que sienten que lo que hacen o han hecho no es suficiente, que se han tirado horas limpiando o achicando agua y parece que las calles están igual. Se sentían desesperados y frustrados.

En un post de la psicóloga Alicia González esta hablaba sobre el síndrome del ayudador o cuidador en crisis. Una respuesta común cuando trabajas en entornos tan duros como pueden ser los desastres naturales. Esto sucede porque se mezclan expectativas inalcanzables como el poder salvar, cuidar de la gente que lo ha perdido todo y ese sentimiento de inmensidad de estar viviendo una situación tan devastadora de una forma tan inesperada.

Esto puede hacer que se desarrolle un estrés traumático secundario, porque aunque no hayas vivido directamente el trauma puedes sentir los efectos de las personas que sí lo han vivido y esto puede generar mucha ansiedad o síntomas depresivos.

El hecho de estar viviendo un desastre natural y estar en contacto directo durante un periodo largo de tiempo con las personas afectadas también puede desarrollar fatiga por compasión, que es ese agotamiento que se puede sentir al ver que no logras salvar o aliviar al 100% el dolor y la vulnerabilidad de los demás. Y es que esa no es tu misión y eso no lo vas a poder conseguir. Por ello es muy importante que tengas autocompasión.

También tenemos que tener en cuenta el agotamiento físico y emocional que va a afectar a tu capacidad de gestión a medida que pasan los días por estar tan involucrado y con la presión que se auto imponen por sentir la responsabilidad (que tenemos que recordar, no es suya) de salvar vidas o por lo menos mejorarlas.

¿Qué más síntomas son normales?

Tristeza muy profunda, problemas para dormir e irritabilidad. Aunque no hayas vivido como tal el trauma, estás expuesto a mucho sufrimiento y es importante recordar que haces todo lo que puedes en un entorno muy complicado. Tienes mucha empatía pero esta no es tu responsabilidad, según Raquel Mascaraque: ''se está romantizando lo de ''el pueblo salva al pueblo'', pero debes aceptar tus límites y no forzarte porque no puede ser que te sacrifiques por el pueblo''.

Si sientes que estás llegando a un límite no pasa nada porque te alejes, es importante protegerse para poder seguir apoyando desde otro lugar.

Y no tengas miedo de compartir y hablar sobre todo lo que estás sintiendo, compartir estas emociones con personas que han vivido lo mismo te descarga un poco de esa intensidad emocional, es como si de alguna manera pudieras compartir el peso que llevas a la espalda.

Y aunque no veas resultados inmediatos, cada gesto de apoyo que estás teniendo importa, y muchísimo. Pero todas estas personas que están yendo a ayudar, sin ningún tipo de formación, están presenciando escenas terribles que ya son difíciles de sobrellevar para personas que se han preparado durante años para ello, así que ''abrézate mucho y cuídate'', añade Mascaraque.

También habría que añadir que no hay que estar pendiente de la información de forma constante. Si necesitas desconectar, hazlo, eso también es cuidar tu salud mental. Y por último, aunque mucha gente está ofreciendo apoyo emocional a las víctimas, Raquel Mascaraque recomienda que si no eres psicólogo especializado en emergencias y trauma, quizás sea mejor que apoyes desde otro lugar. Nuestras intenciones son buenísimas, pero puede que ambas partes salgan perjudicadas.