"Hemos visto muchos llantos, pero entre los niños se veía alegría": la vuelta al cole en los municipios más afectados por la DANA, otro paso hacia la normalidad

Valencia

La provincia de Valencia intenta recuperar algunos de los elementos que formaban parte de su normalidad antes del paso de la DANA, aunque sus vecinos saben que nada va a volver a ser como era. Pero van recuperando ciertas cosas, como algo de movilidad: carreteras que empiezan a funcionar hoy, nuevas líneas de autobús... Y algo fundamental para los niños, el colegio.

Hoy vuelven a clase 70.000 niños de toda la provincia. Es una manera de recuperar una de sus rutinas básicas, incluso en lugares que todavía están muy afectados por la DANA como son los municipios de Aldaia, Benetússer, Paiporta, Chiva o Cheste, por citar algunos de los que van a necesitar el trabajo de meses (y la reconstrucción de años) para sentir que todo vuelve a ser como antes.

Uno de esos lugares donde este lunes se ha dado un paso para regresar a la vida tal y como era antes del temporal es el colegio público Ausiàs March, de Aldaia. Allí, cerca de 400 escolares han vuelto a sentarse en unas aulas con el material destrozado por el agua. Se daba la circunstancia de que no estaban solos, y es que el centro ha acogido a muchos otros alumnos de otros colegios que han sido arrasados.

Juan Magraner, de Radio València, ha sido el encargado de contar en Hoy por Hoy cómo era esa fotografía de una vuelta al cole atípica. Las madres y padres le reconocían estar "un poquito asustadas" por si vuelve a suceder otro imprevisto, aunque admitían que es lo mejor para que los más pequeños sintiesen que lo peor ya ha pasado.

Unos pequeños que se contaban, entre ellos, cómo habían pasado la DANA. Y es que "hay mucha necesidad de sacar fuera todo lo que ha ocurrido", como aseguraba Magraner, que también pudo hablar con el director del colegio. Miguel Montesinos recordaba que muchos de los docentes también se han visto afectados por el temporal y que la vuelta a las clases ha sido "atípica" para todos, desde los más pequeños hasta los profesores, pasando por los padres.

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"No sabemos cómo van a venir los niños", ha proseguido, estimando que irían a clase la mayoría "porque hay muchas ganas de normalidad, de rutina, de salir del barro". Además, insistía en que algunos docentes no podrían acudir porque habían perdido su vehículo y todavía no tenían forma de desplazarse.

Entre los asistentes, en la puerta del colegio, "hemos visto muchos llanos, sobre todo de mamás y papás. En los niños, al contario, lo que se veía era alegría", ha afirmado Montesinos, que admitía que la vuelta era otro paso hacia una normalidad que costará recuperar, también en un centro en el que el material y el mobiliario se ha deteriorado cuando no destruido.