Miedo
La palabra miedo nos llegó del metus latino, raíz también del adjetivo medroso y del verbo amedrentar
La palabra del día | Miedo
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Madrid
Yo no sé si en la Antigua Roma tenían mucho miedo, sí que sabemos que tenían muchos miedos o, al menos, muchas formas de llamar al miedo. La menos reconocible hoy es, precisamente, la palabra miedo, que nos llegó del metus latino, raíz también del adjetivo medroso y del verbo amedrentar. Todas las demás, terror, pavor, horror llegaron intactas al castellano, o casi, en el caso de la palabra temor.
Y por si no tuviéramos suficiente, del griego y de su panteón nos llegaron también el pánico, por el miedo atroz que suscitaba el dios Pan cuando enfurecía, y las fobias, un epónimo de Fobos, hijo de Ares y Afrodita, que era la personificación del temor y del horror. Aunque en nuestro idioma, aparte del temor angustioso e incontrolable por algo, con las diferentes variantes de fobias nombramos la sensación de aversión, asco y repulsión hacia algo o alguien, desde la gordofobia a la xenofobia. El refranero popular aconseja cantar para espantar los miedos. El genio del idioma, para conjurarlo, optó por darle un sentido más al miedo. Y por eso cuando decimos que alguien canta de miedo o que en tal sitio se come de miedo, estamos alabando, recomendando, no espantando. Y cuando Francino suelta algún taco sin estar indignado, es que se lo está pasando de miedo.