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Club de fans de Triángulo de Amor Bizarro y una baraja de tarot

La banda gallega toca toda su discografía en tres conciertos reinados por el azar para celebrar su 20 aniversario

Los fans de Triángulo de Amor Bizarro 'pelean' por llevarse el setlist del concierto en Madrid

Los fans de Triángulo de Amor Bizarro 'pelean' por llevarse el setlist del concierto en Madrid

"Podría ver un concierto de ellos todos los días de mi vida y no me cansaría", decía un adepto de Triángulo de Amor Bizarro mientras hablaba con varios colegas. No estaba loco, simplemente acababa de salir de la Sala Copérnico de Madrid tras ver por segundo día consecutivo a su banda favorita. 24 horas después, lo volvería a hacer. "Te pago si me dejas escribir lo que he sentido hoy", seguía. No acepté su suculenta oferta, pero sí apunté toda la emoción que desprendía. Recorriendo unos metros más de la calle Fernández de los Ríos nos encontramos con otro grupo que ya disfrutaba de una caña postbolo. "Claro que vamos los tres días, nosotros somos fans de verdad".

A todos los suscriptores de la banda gallega les debió de llegar la alerta: no podían faltar a la gira única que Isa, Rodrigo y Rafa habían preparado para celebrar su 20 aniversario. Hasta la fecha han pasado por Bilbao, Barcelona, Valladolid, Santiago, Granada y más ciudades donde, en cada una de ellas, una baraja de tarot elegía qué dos discos iban a tocar de forma íntegra, pero solo en Madrid se podía disfrutar de toda su discografía con tres fechas seguidas y ni remotamente parecidas entre sí. De ahí el "vamos a los tres días", porque un verdadero seguidor se compra el bono de los tres conciertos sin pensárselo. O lo que es lo mismo, renueva religiosamente su suscripción al club de fans de Triángulo de Amor Bizarro.

Después de desplegar su Victoria Mística y SED, su álbum más reciente de 2023, los fieles regresaron a Copérnico para intentar cumplir ese sueño de verles cada día de su vida. A la entrada todo el mundo fue recibiendo una carta de la baraja de tarot y, adentrándose en la sala, un oráculo iba desvelando el significado de cada una de ellas. Allí estaba, elevando al cielo todos los naipes que hacían referencia a las 63 canciones que Triángulo de Amor Bizarro tocaría entre esas cuatro paredes entre el jueves, el viernes y el sábado. Frases de cada uno de los temas, como "llevar navaja siempre es conveniente", que retumbaron entre el público, hasta que un ente vestido como un médico de la peste negra salió entre las sombras a sacar la primera carta de la noche.

La fortuna eligió Año Santo e Isa Cea, vocalista y bajista de la banda, preguntó inocentemente con qué canción empezaba este disco. Un zarpazo demoledor para empezar el bolo. Acostumbrados a terminar con De la monarquía a la criptocracia ahora era la encargada de abrir una noche de catarsis e emoción. Del "que simplemente te has ido" al "que esta vez no te sigo", pasando por el "arréglame, arréglame, arréglame". La fiesta estaba servida y el concierto acababa, literalmente, de empezar. El segundo trallazo, Amigos del género humano, vino seguido. Todo su disco de 2010 de pe a pa. Una fortuna para muchos que les han ido disfrutando a lo largo de los años y que han visto cómo temazos de la talla de La malicia de las especies protegidas, El radar al servicio de los magos, Super Castelvania IV y El baile de los Caídos se han ido cayendo poco a poco de los setlist. Les vimos en el Canela Party, donde la locura se instauró entre disfraces y abrazos, y solo tocaron un tema de este LP. Un dato que sirve para explicar por qué sus fans se lanzaron como un perro a un hueso cuando vieron la posibilidad de disfrutar de esta gira única.

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Tras terminar el noveno corte del segundo disco de los gallegos, la máscara oscura y bizarra volvió a aparecer sobre el escenario y sacó la última carta. El 4º, señaló con sus manos. O lo que es lo mismo: Salve discordia. El grito de celebración se escuchó. Para muchos, el disco, de 2016, más redondo de Triángulo de Amor Bizarro, y así lo demostraron de nuevo con las dos primeras canciones. La batería de Rafa Mallo se preparó para lo que le venía y Rodrigo Caamaño cogió aire. El pogo ya no resistió y el público empezó a saltar por los aires. Desmadre estigio y Gallo negro se levanta llevaron hasta el límite a todos. "¡Y solo llevamos dos!", dijo Isa viendo el panorama.

Barca Quemada, Seguidores y Baila sumeria les siguieron. Vellos de punta mientras muchos rememoraron conciertos pasados. Porque esta gira es para eso. Y es que con letras como estas —"Cuando te follen las fuerzas y no puedas volver, encontrarás lo que buscas", "yo estoy sola tú estás solo, no estemos solos nunca más" y "la ciencia es mentira sin ti"— cómo no vas a abrazar a la gente. Te haces amigo hasta del tipo que lleva empujándote durante todo el concierto. Quizás sea el mejor disco de amor español de la última década porque para ser romántico no hace falta ser explícito, puedes escribir "habría votado a la derecha por ti" como hizo Triángulo de Amor Bizarro en Qué hizo por ella cuando la encontró.

Pero también cuentan con mazazos políticos como en Euromaquia y su "Europa es una zorra y está matando a su juventud" y con la crítica a la explotación laboral de Robo tu tiempo (del LP Victoria Mística) que entró en unos bises épicos que terminaron con la ayuda de Carlos Hernández Nombela, ingeniero de sonido y productor de cuatro de los discos de los gallegos, que saltó a las tablas a tocar junto a ellos el El crimen: cómo ocurre y cómo remediarlo que pertenece al debut de la banda en 2007, de donde también es su conocidísimo El fantasma de la transición, que fue la siguiente. Con Vigilantes del espejo y ese grito de vitalidad para los cuarentones se cerró el círculo vibrante. Pese a llegar al final, en plena despedida muchos saltaron de alegría mientras sonaba la gallega A cantiga de Juan C. Y esto solo significa una cosa: satisfacción.

Porque Triángulo de Amor Bizarro no solo tiene letras que son cuchillos, también son un reloj suizo. Ni una duda en una nota, ni en ninguna frase. Y eso que tienen que desempolvar canciones que llevan años sin tocar sobre el escenario. Les hemos visto en salas grandes, en festivales enormes, en rincones más pequeños, les hemos disfrutado sentados en la pandemia y siempre pasa lo mismo: es la banda española que mejor combina. Un sonido que roza la perfección, una comunión brutal con sus seguidores y unos valores que no han cambiado ni un poco desde que se juntaron por primera vez a hacer música hace 20 años. ¿Os acordáis de ese chico que nos encontramos a la salida de Copérnico? Quizás tenga razón, porque yo también quiero disfrutar de un concierto de Triángulo de Amor Bizarro todos los días de mi vida.

Íñigo Renedo

Íñigo Renedo

Redactor de deportes en la Cadena SER que también forma parte del programa de música indie 'Fuego y...

 
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