La extrema derecha prorrusa irrumpe en Rumanía y gana la primera vuelta de las elecciones
Un candidato independiente ultranacionalista con el que no contaban las encuestas se enfrentará en segunda vuelta con la dirigente del centro-derecha que ha recibido el respaldo mayoritario del voto emigrante
Las elecciones en Rumanía no estaban en la lista de aquellas que podían preocupar a Bruselas por la posible influencia de candidatos prorrusos, pero los resultados de la primera vuelta abren una nueva brecha en un país miembro de la UE y de la OTAN. El candidato de extrema derecha y prorruso Calin Georgescu, que no contaba con opciones según las encuestas de los días previos, ha sido el sorprendente vencedor de la primera vuelta y se enfrentará en la segunda a la candidata conservadora Elena Lasconi.
El actual primer ministro, Marcel Ciolacu, ha sufrido una derrota sin paliativos que saca a la socialdemocracia del gobierno del país. De hecho, el propio Ciolacu ha anunciado que abandonará la presidencia de su partido por estos resultados.
Georgescu ha hecho una campaña basada en la exaltación de los valores nacionales con una importante presencia en redes sociales, sobre todo en Tik Tok, un cóctel que ha convencido a una mayoría de rumanos que han asumido sus mensajes acerca de un país que ha presentado como paralizado y sin preparación por culpa de los políticos tradicionales.
Lo que decía nada más votar recordaba a mensajes de otros líderes populistas de la zona como el húngaro Viktor Orbán: "Votarme a mí es votar por la nación, por los que sufren injusticias, por los que son humillados y por los que sienten que no importan", dijo.
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El cargo de presidente en Rumanía contiene una capacidad ejecutiva relevante, ya que puede tomar decisiones relacionadas con la seguridad nacional, la política exterior y también realiza nombramientos en el Poder Judicial. La segunda vuelta del 8 de diciembre será inédita para el país, por primera vez sin presencia en ellas de la izquierda desde la caída del comunismo, y con un papel decisivo para la amplísima diáspora rumana, cuyo voto ha sido decisivo para dejar fuera a los socialdemócratas de la votación final.
En el caso de ganar Georgescu en la segunda vuelta, la OTAN se podría encontrar con un problema en un país en el que ha sustentado buena parte de su respuesta ante la amenaza de Rusia. Rumanía ha apoyado a Ucrania desde el inicio de la invasión con la entrega de artillería, vehículos blindados o munición, y ha denunciado en más de una ocasión el vuelo de proyectiles rusos por su espacio aéreo. En Bucarest también se está entrenando a pilotos ucranianos para que se hagan cargo de los cazas F-16 y también se ha comprometido a entregar un sistema de defensa antiaérea al ejército ucraniano.
Reportaje EP126 | Mapa de la ultraderecha en Europa
Populismo y negacionismo
El nombre de Calin Georgescu irrumpe en la política europea con características parecidas a otros populistas como el húngaro Orbán o el eslovaco Fico. Su mensaje ultranacionalista se ha fundamentado en la crítica a la pertenencia de Rumanía a organizaciones supranacionales como la OTAN y en el inicio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia argumentaba que se estaba manipulando la información a nivel internacional para favorecer a la industria militar estadounidense.
En Rumanía se le ha vinculado en ocasiones con los argumentos de los llamados Legionarios, la organización pronazi de la época de entreguerras, ha mostrado abiertamente su admiración por Donald Trump y en su momento restó también relevancia al impacto del coronavirus.
Además de recopilar el descontento interno con los partidos tradicionales, la victoria de Georgescu se ha visto también cimentada por el respaldo mayoritaria de la amplia diáspora rumana en el extranjero. España es uno de los principales países receptores de esa emigración, más de 600.000 rumanos y rumanas residen en nuestro país.
Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó...