Tu voz interna: lo que te dices puede cambiar tu vida
Con Raquel Mascaraque, periodista especializada en psicología, analizamos cómo nos influye el diálogo que tenemos con nosotros mismos. Las personas que se hablan mal se vuelvan más vulnerables a sentir estrés, sin embargo, las que lo hacen bien consiguen que su cerebro libere más dopamina, la hormona de la felicidad
Tu voz interna: lo que te dices puede cambiar tu vida
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Esta voz en psicología se denomina como diálogo interno o lenguaje interior. Se ha determinado como una manera de hablar en privado que regula nuestro comportamiento, nuestra toma de decisiones e incluso la construcción de nuestra personalidad.
Desde pequeños, aprendemos a utilizar el lenguaje no solo para comunicarnos con los demás, sino también para "hablarnos" a nosotros mismos. Este proceso se desarrolla a medida que crecemos y aprendemos a interpretar el mundo, asegura Mascaraque. Es decir, que nuestra cultura, educación y experiencias influyen en el contenido y el tono de esta voz interna.
Cómo nos percibimos está muy relacionado con cómo nos hablamos. Si nos vemos como personas seguras y competentes, nuestra voz interna tiende a ser positiva y alentadora. Si tenemos dudas sobre nosotros mismos, esa voz puede volverse crítica o negativa.
Lo que te dices a ti mismo puede cambiar la forma en que ves las cosas
El poder de las palabras y de cómo nos hablamos es quizás más importante de lo que pensamos. Aún así Raquel Mascaraque matiza: ''No hay que quedarse con la positividad tóxica de 'piensa en tus sueños y se harán realidad' y esperar que se hagan realidad desde el sofá de tu casa''. Los sueños hay que construirlos y trabajarlos, y mucho.
El psicólogo ruso Lev Vygotsky investigó si el cerebro actúa igual cuando hablamos en voz alta y cuando estamos pensando, y sí, se activan las mismas áreas. Por otro lado, el psicólogo Charles Fernyhough, destacó que esas conversaciones internas que tenemos pueden llegar a generar 4.000 palabras por minuto, unas 10 veces más rápido que el habla verbal. Por eso es tan poderoso.
Voz interna ''crítica'' con nosotros mismos
Al final, nuestro diálogo interno moldea nuestra realidad y creencias sobre nosotros mismos. Y eso también afecta a cómo sentimos las cosas. Cómo nos hablamos día a día puede fortalecer áreas del cerebro y mejorar el estrés o regular el estado de ánimo o incluso a ser más eficiente. Es por ello que hablarnos mal también nos puede perjudicar.
El profesor de medicina John H. Krystal realizó un estudio para demostrar el impacto de nuestras palabras y como el diálogo interno negativo a diario es capaz de debilitar estructuras del cerebro haciendo que las personas que se hablan mal todos los días se vuelvan más vulnerables a sentir estrés. Sin embargo, si nos hablamos bien y usamos frases positivas trabajamos áreas del cerebro como el lóbulo frontal, que nos ayuda a organizar, gestionar, planificar. Y también hacemos que nuestro cerebro libere dopamina, generando sensación de calma.
Cambiar la forma en la que te llevas años hablando puede no ser sencillo
Nuestra voz interior está muy relacionada a nuestro contexto, y puede que muchas veces esa voz no sea del todo nuestra, sino de un padre exigente o de un profesor frustrado, que nos han repetido tanto un mensaje que nos lo hemos terminado creyendo, por eso hay veces que tenemos creencias autolimitantes que hay que romper.
Algo que puede ser útil según Mascaraque es pensar en nosotros mismos en segunda persona, es decir, hablarme como si le estuvieses hablando a tu mejor amiga. Es alucinante cómo cambia la cosa, la compasión y empatía que tenemos con los demás y lo crueles que podemos llegar a ser con nosotros mismos.
También parece que, a nivel cultural, solo está bien aceptado decir aquello que se nos da mal, pero que cuando queremos decir algo que se nos da bien parecemos pretenciosos o creídos. Estaría bien decir algo que se nos de bien.