Ciencia y tecnología

Encuentran las primeras huellas de dos especies de homínidos diferentes "caminando juntos" hace 1,5 millones de años

Es la primera evidencia de "dos patrones diferentes de bipedismo" entre homínidos del Pleistoceno que aparecen en la misma superficie

Las dos huellas (derecha) de Homo erectus y Paranthropus boisei. A la izquierda se ve cómo compartieron camino en el yacimiento de Koobi Fora. | Crédito Kevin Hatala et al.

Madrid

Son dos seres parecidos a nosotros, caminando juntos en una zona fangosa cerca de lo que hoy es el lago Turkana, en Kenia, hace 1,5 millones de años. Uno es un Parantropus boisei, un homínido bípedo que comía raíces, semillas y frutos, y que gustaba de vivir en bosques ribereños. El otro es un Homo erectus, una especie más versátil y probablemente omnívora que usaba herramientas de piedra avanzadas. La ciencia ya sabía que habían coexistido en la misma época tras datar sus fósiles. Sin embargo, no sabíamos que caminaron juntos. Hasta ahora.

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Un equipo de investigadores liderados por el paleoantropólogo Kevin Hatala, especializado en locomoción humana, ha encontrado en el yacimiento de Koobi Fora, en Kenia, la primera evidencia de la coexistencia de dos homínidos del Pleistoceno temprano. Los hallazgos, publicados en Science, incluyen unos impresionantes análisis de sus huellas fosilizadas en el que vemos dos tipos de pies y, por tanto, "dos patrones cinéticos de bipedismo diferentes", es decir, dos formas diferentes de pisar al moverse. En una de ellas, el dedo gordo del pie se comporta de manera diferente, más evolucionada y eficaz. El homo erectus estaba más avanzado.

El yacimiento

Identificado como ET-2022-103-FE22, está en la formación Koobi Fora, una zona de Kenia, en la cuenca del Turkana , enormemente valiosa para los paleontólogos. Las huellas fueron descubiertas en una capa conocida como TS-2, una superficie de limo que, tras cubrirse rápidamente de sedimentos, ha guardado durante miles de años las huellas. Los análisis estratigráficos las sitúan hace 1 millón y medio de años.

¿Cómo se sabe que son distintas?

El estudio habla de "dos patrones distintos de locomoción" y, por tanto, dos homínidos distintos. Aunque las huellas están "en fila" y parecen las de un solo ser, algunas muestran "una mecánica de marcha similar a la de los humanos modernos" en las que se observa un arco longitudinal prominente. Sin embargo, el resto de huellas - a las que llaman rastro HT1- describen un movimiento diferente, con un arco longitudinal menos marcado y -sobre todo- una posición del dedo gordo del pie más amplia y con más variaciones.

La comparación de los dos rastros refuerzan una teoría bastante extendida ya: que el Homo erectus fue el primer homínido en desarrollar la forma de andar que tenemos en la actualidad, mucho más eficiente energéticamente. En este caso, se ve claramente como el otro homínido, el Parantropus boisei, el creador del rastro HT1, tenía una forma de andar menos evolucionada, menos eficaz.

En declaraciones a Science Media Center, Juan Luis Arsuaga, paleontólogo y director científico del Museo de la Evolución Humana de Burgos, señala que el estudio demuestra la "simpatría" -cuando dos especies viven en la misma área y se encuentran- de dos especies de homínidos e indica que una de ellas tenía un dedo gordo del pie más móvil y divergente –es decir, un bipedismo más primitivo y menos eficiente– que la otra, el Homo erectus, diseñada para caminar y correr largas distancias.

Convivieron, pero el erectus caminaba más lejos

El estudio sugiere que los dos homínidos habitaban entornos cercanos a riberas de lagos llenas de vegetación y aguas poco profundas. En el mismo yacimiento, además de huellas humanas, se identificaron rastros de aves gigantes como la cigüeña marabú, bovinos y équidos. Todo apunta, explican, a que las dos especies de homínidos tuvieron "nichos adaptativos que habrían minimizado la competencia directa". La hipótesis es que el Erectus se especializó en "una locomoción más eficiente para desplazamientos largos" mientras que el Boisei se quedaba con los recursos locales.

¿Por qué es importante?

Es una "foto en la piedra" que prueba la interacción entre las dos especies en un intervalo de tiempo concreto, algo que con los fósiles no se puede hacer. Sugiere que la coexistencia prolongada entre H. erectus y P. boisei pudo haber influido en las trayectorias evolutivas de ambas especies. Al final del estudio, los autores se preguntan -y será su siguiente campo de estudio- cómo les afectaron a las dos los cambios climáticos posteriores dado que, seguramente, alteraron la disponibilidad de recursos, llevándoles a un aumento de la competencia .

Javier Ruiz Martínez

Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación...