¿El frío une más a las parejas?
Raquel Mascaraque, periodista especializada en psicología, analiza cómo con la bajada de las temperatura y una menor cantidad de horas de luz en invierno, el contacto físico puede ayudarnos a mejorar nuestros niveles de serotonina y cortisol
¿El frío une más a las parejas?
Con la llegada del invierno, Raquel Mascaraque ha investigado si el frío hace de alguna forma que nuestro cerebro active su instinto de supervivencia y eso nos haga relacionarnos más y más ''cerquita''.
Hay un estudio muy curioso que habla de que en otoño e invierno hay una mayor eliminación de serotonina en nuestro cerebro que en primavera y verano, esto puede ser debido a que hay menos luz solar.
Efectos de la serotonina en nuestro cerebro
La serotonina interviene en la regulación de funciones físicas como la alimentación, la sensación de energía que tenemos y en el estado de ánimo. Esto explica el motivo por el que algunas personas sanas experimentan un estado de ánimo y una energía baja en invierno, y que haya episodios depresivos en esta época en algunas personas vulnerables.
Este puede ser unos de los motivos por los que intentamos conectar más con la gente en invierno. Además, la menor cantidad de horas de luz también afecta a la melatonina, que es una hormona que nos dice cuándo nos tenemos que ir a dormir.
Al haber menos luz, esto nos genera esa introspección de querer quedarnos con alguien en casa, poner luces tenues, la chimenea de Netflix en la tele y ese tipo de actividades que incitan a la intimidad, mientras que en verano, solemos hacer más planes al aire libre.
Pero también tenemos la psicología evolutiva del invierno, y es que en el pasado, si querías sobrevivir durante estos meses, tenías que tener contacto humano, y puede que esa necesidad ancestral siga grabada en nuestro cerebro y de alguna manera nos incite o anime a arrejuntarnos con otras personas.
¿Cuál es el beneficio del contacto físico?
Muchos. En 1958, el psiquiatra Harry Harlow y el psicólogo John Bowlby, quisieron poner a prueba la teoría del apego. Utilizaron a una colonia de macacos que habían crecido sin su madre y colocaron dos estructuras en el recinto: una era metálica y fría, pero proporcionaba alimento, y la otra no suministraba comida, pero estaba cubierta de una tela suave y cálida. Pues los macacos pasaron más tiempo con la segunda aunque esta no solucionará sus necesidades básicas.
Y es que está demostrado por la ciencia, el abrazo atenúa el estado de ánimo bajo, algo que de por sí ya pasa en invierno por la falta de serotonina, y nos ayuda a gestionar mejor el conflicto personal. Cuando te tocan, los niveles de cortisol, la hormona del estrés, se reducen, conseguimos estabilizar nuestra frecuencia cardíaca y hacemos que nuestro cerebro segregue oxitocina, esto nos genera seguridad y confianza.
El papel de la cultura
Nuestro cerebro se moldea, por lo que construye según nuestras experiencias y lo que vivamos. En España somos muy de hacer muchas fiestas y reuniones en esta época del año, la cena de navidad con la gente del trabajo, la cena de navidad con los amigos, la cena con la familia o el amigo invisible. Culturalmente asociamos navidad a juntarnos con gente que no vemos el resto del año.