Pacense

Madrid

Hace un mes estuvimos en Andújar y recordamos cómo su gentilicio culto, iliturgitano, nació de un error: considerar que la actual población se asentaba sobre la romana Iliturgi. Falso. Pues hoy, en Badajoz, nos encontramos con un error parecido. Porque su gentilicio culto, pacense, proviene de la creencia de que aquí hubo un asentamiento romano llamado Pax Augusta. El error del asentamiento fue desmentido por la ciencia, pero el gentilicio quedó asentado. Aunque para los naturales de aquí tenemos otros dos gentilicios, badajocense y badajoceño. Y si uno va cogiendo confianza podemos referirnos a los pacenses como belloteros y a los de Cáceres, llamarlos mangurrinos, por el mangurrio, la parte alta, esa especie de sombrerete que tienen las bellotas.

Pacenses son también los ciudadanos de la bella ciudad portuguesa de Beja, escrita con jota. Y lo suyo sí que está documentado porque la actual ciudad se elevó sobre los cimientos de la Pax Iulia romana. Y como esta es una tierra de conquistadores, los nombres de un puñado de ciudades extremeñas viajaron por el mundo. Hay una decena de ciudades llamadas Badajoz, Cáceres o Mérida fuera de España. A las que hay que sumar cinco Trujillos y tres Medellines en América, en recuerdo de Pizarro y de Hernán Cortés, nacidos en el Trujillo y el Medellín extremeños.