Una doctora revela el truco fácil que podemos aplicar todos para aliviar el bruxismo

El cuidado de la salud dental es de suma importancia, ya que la boca es una puerta de entrada hacia el cuerpo y corremos riesgo de tener problemas víricos y de cualquier tipo. Hay muchas patologías derivadas directamente de la dentadura y la odontología se antoja primordial no solo para tratar los problemas que van apareciendo, sino también para que nos den los mecanismos para prevenir estos a través de acciones y rutinas diarias que nos liberen un poco de todo ello.

Tan importante es este cuidado que hasta recientemente algunos estudios han encontrado cierta relación entre el estado dental con enfermedades como el Alzheimer, más concretamente con dolencias derivadas de la periodontitis. Pero ese no es el caso que nos ocupa, sino el de otro problema que está muy extendido, el bruxismo. Se trata de un trastorno que consiste en apretar, crujir o rechinar los dientes de forma inconsciente y se asocia generalmente a la noche, aunque hay personas que realizan esta acción también durante el día.

Diferentes expertos relacionan estas acciones directamente con la alineación de los dientes, pero también con la salud mental. Como vemos, nuestros dientes y encías pueden englobar muchísimas más cosas que un simple dolor en la boca, así que hay que cuidarlos correctamente. Así, el bruxismo es bastante molesto y, como de manera general es inconsciente, muchas veces solo podemos intentar aliviar lo que nos deja, contracturas en la musculatura de la cara y malestar, de esta forma, nos han dado un truco de lo más conveniente.

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Alivia el bruxismo

De tanto apretar se puede generar dolores en los músculos de la mandíbula, por ello, en las redes sociales de The Face It Method, donde intentan aportar consejos para el cuidado y bienestar facial, han publicado un vídeo con un truco para relajar las dolencias que podamos tener por el bruxismo. La Dra. Sylvia Lavalle de Zamacona lo protagoniza y pone en relieve sus beneficios y los pasos concretos a seguir con el propósito de liberar los problemas derivados de esta práctica generalmente inconsciente a través de una especie de masaje.

"Una de las formas más sencillas para relajar la mandíbula cuando no tenemos ni mucho tiempo ni técnica, ni instrumentos es simplemente utilizando nuestros pulgares", explica Sylvia, que enseña cómo poniendo los dedos gordos de nuestras manos en el punto concreto de la mandíbula y ejerciendo presión podemos encontrar mucho alivio. "Aquí hay una cuenca. Este es el hueso y aquí es el músculo masetero. Hay gente que lo va a tener más al frente o un poquito más atrás, aprieta fuerte y ahí lo vas a sentir".

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La doctora realiza todo el proceso mientras lo va comentando, así que una vez colocados los pulgares, con la "boca un poquito abierta", se ejerce presión y luego se gira hacia el frente. "Ahí estoy haciendo presión en el pterigoideo y luego lo giro. Vean como hacia acá, agarrando el hueso, lo van a sentir ahí. Dejo sostenido, voy hacia atrás, llego acá como al oído, presión y suelto. Súper sencillo", muestra, para advertirnos que se puede "repetir las veces que tú lo sientas necesario y vas a ver cómo te va a relajar bastante toda esta musculatura y descansar mejor".