La adjudicación del Mundial 2034 en Arabia Saudí trae de vuelta otra polémica medida: prohibido beber alcohol en los estadios
'The Guardian' avanza que FIFA acata la misma prohibición que ya se extendió en Qatar 2022
Interior del estadio Rey Fahd, una de las sedes del Mundial 2034 / Yasser Bakhsh
FIFA ha puesto rumbo de nuevo hacia un Mundial sin alcohol. Todo aquel que acuda a las gradas de la gran cita de 2034 deberá adaptarse a las tradiciones del país anfitrión, Arabia Saudí, así como a la prohibición de vender alcohol que se extiende desde hace más de 70 años. El caso es similar al de Qatar, sede de la última Copa del Mundo en 2022 y que ya negó la entrada de bebidas alcohólicas a los recintos, aunque en esta ocasión las restricciones podrían ser incluso más duras debido a la legislación actual.
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En cualquier caso, ha informado 'The Guardian' que la FIFA no presionará para que se levanten alguna de estas medidas durante el tiempo de celebración de este torneo. Ello implicará una particular 'ley seca' en todos los estadios, aunque también podrían existir trabas para consumir alcohol también en el ámbito privado. Y es que, mientras que en Qatar se aceptó la venta de alcohol en las 'fan zones', estando también permitida en los bares de algunos hoteles, la negativa saudita está mucho más extendida. Sólo un local en toda Arabia Saudí tiene permitida su venta y a clientes muy selectos, tales como diplomáticos no musulmanes, y además bajo estrictos controles.
De momento, la posición respecto al consumo fuera de los recintos deportivos es menos clara. El gobierno no ha metido en su actual agenda el estudio de un posible levantamiento pensando en los aficionados. Sin embargo, a falta de una década para la celebración y con la mayoría de estadios a medio construir, no está completamente descartada este 'no' rotundo al alcohol.
Estas medidas ya generaron un conflicto de intereses durante el último Mundial, ya que su principal patrocinador era la marca de cervezas 'Budweiser'. Por ese motivo tuvieron que llevarse a cabo negociaciones entre la organización, la empresa y la diplomacia qatarí, caso que no tiene previsto repetirse para el espectáculo de 2034.
La FIFA, incluye en sus líneas 'The Guardian', ha tenido un aprendizaje de su anterior experiencia con una organización en oriente próximo. Y es que recuerdan cómo el visto bueno a la venta de cervezas en los estadios Qatar se echó atrás escasos días antes por una decisión del emir Tamim bin Hamad Al-Thani. El cambio de opinión le costó a FIFA unas pérdidas que rondaron los 40 millones de libras, ya que hubo que retirar todos los miles de barriles desplazados a los campos.
Qatar prohíbe la venta de alcohol en los estadios del Mundial
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Críticas por las violaciones de derechos humanos
Dicha problemática, no obstante, queda en un plano muy secundario en relación a las primeras protestas que escudaron las más críticos con esta elección. Con las violaciones de los derechos humanos siempre en el punto de mira, los últimos eventos trasladados a Arabia Saudí no han conseguido erradicar las medidas más graves. El país, de hecho, ha sido recompensado con esta organización el mismo año en el que registra el mayor número de ejecuciones desde 1990, siéndose considerada esta elección como una estrategia de 'sportswashing' de medidas planetarias.
