La sífilis tiene su origen en América y llegó a Europa en tiempos de Colón
Un estudio del Instituto Max Planck, avalado por análisis genómicos de cepas antiguas de la enfermedad, confirma que se originó allí y que el colonialismo europeo posterior "la hizo dominante a nivel mundial"
"De Morbo Gallico" es una obra atribuida al médico italiano Niccolò Leoniceno, publicada en 1497. Es el primer registro escrito de lo que se llamó "el mal francés". En este tratado, Leoniceno describe los síntomas observados en sus pacientes: "Lesiones cutáneas, úlceras y dolores articulares". Unos años después, en 1530, otro médico, Girolamo Fracastoro, escribió un texto sobre la misma enfermedad a la que llamó "Syphilis".
Todo tiene su origen en 1495. En esa época, mientras España se regocijaba con el descubrimiento de Cristóbal Colón del nuevo mundo, el ejército francés de Carlos VIII luchaba con dureza en los territorios de lo que hoy es Italia. No tuvieron mucho éxito y tuvieron que retirarse. Y no fue por la fuerza de su rival, el reino de Nápoles, que también. Fue porque sus soldados empezaron a ponerse malos.
Los textos de la época hablan de una enfermedad desconocida que rápidamente se movió por toda Europa. Una enfermedad que "les cambiaba el cuerpo y la mente", el "morbo gálico" del que habló Leoniceno. Hoy en día se considera el primer relato histórico de la sífilis.
¿De dónde vino la sífilis?
Durante mucho tiempo, se ha discutido sobre la coincidencia temporal de este "primer brote" entre las tropas francesas y el regreso de Cristóbal Colón a España después del descubrimiento de América. Sin embargo, hay mucha controversia al respecto y la teoría tiene muchos críticos. De hecho, varios estudios de huesos y dientes de pacientes europeos anteriores a 1492 afirman que "son compatibles con la infección por sífilis".
Sin embargo, los científicos que apoyan la teoría "colombina" del viaje de la sífilis creen que el contacto español con los pobladores de las tierras americanas sí que tuvo que ver con la repentina aparición de la enfermedad en Europa. Un nuevo estudio del instituto Max Planck de antropología, que ha analizado el ADN antiguo de bacterias de la sífilis, le da más base científica a esta afirmación. Lo lidera Kirsten Bos, una antropóloga canadiense, jefa de grupo de paleopatología molecular en el prestigioso Instituto y que está especializada en ADN antiguo y enfermedades infecciosas. Es coautor Johannes Krause, director del Departamento de Arqueo-genética del Instituto.
Análisis de cinco genomas de patógenos antiguos
El estudio de Bos y Krause, a los que se unieron expertos en microbiología, ha recuperado el ADN del patógeno en huesos de varios yacimientos arqueológicos en México, Chile, Perú y Argentina. Son restos óseos donde la infección dejó lesiones compatibles con la sífilis. Cuando la enfermedad está avanzada puede causar inflamación, deformidades, periostitis, y anomalías muy llamativas como la "tibia en sable" o la "nariz en silla de montar".
La microbióloga computacional Lesley Sitter explica que han podido determinar "las relaciones entre formas antiguas de la sífilis y las cepas actuales". "Los datos apoyan claramente la existencia de una raíz de la sífilis en América", añade Kristen Bos. Y añade: "su introducción en Europa a partir de finales del siglo XV es muy coherente con los datos".
En el equipo está también el investigador Rodrigo Barquera, que señala que los "linajes hermanos extintos de la enfermedad son legados modernos de los patógenos que alguna vez circularon en las Américas". El investigador concluye que "los grupos indígenas americanos albergaban formas tempranas de esta enfermedad pero los europeos fueron fundamentales para propagarla por todo el mundo", concluye.
Javier Ruiz Martínez
Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...