Un acueducto romano con 1.863 años de antigüedad saca a Atenas de un gran problema
Ante problemas nuevos, remedios antiguos. Así han pensado en Grecia
En la época del Imperio Romano, años después del gobierno de Trajano, el emperador Adriano puso en marcha una pieza de ingeniería de grandes dimensiones. Encargó construir un acueducto que asegurara el suministro de agua, sobre todo, para utilizarlo en los lujosos baños de los aristócratas de Atenas, si bien, la máxima personalidad de la época no pudo ver su obra terminada y fue su sucesor, Antonino Eusebio, quien la concluyó e inauguró allá por el año 140 d.C.
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Según explican los expertos, la parte principal del bautizado como Acueducto de Adriano consiste en un túnel excavado de entre 1,20 y 1,60 metros de altura y 50 cm de ancho, para el cual se llevaron a cabo perforaciones de hasta 465 pozos a lo largo de toda la trayectoria de la construcción, cada uno de ellos de aproximadamente 1,40 metros de diámetro y de 10 a 42 metros de profundidad. Este daba comienzo por la zona en la que actualmente se instala la Villa Olímpica de Acharnon y finalizaba en Dexameni, en la plaza de Kolonaki.
Bombeaba agua de los acuíferos del suelo de manera natural, así como de manantiales del monte Parnitha y de un gran número de arroyos que se encontraban a lo largo de su recorrido. Esta obra ha sufrido varias etapas, con una primera de funcionamiento de varios siglos hasta su abandono y vuelta a poner en funcionamiento en 1847, siendo su gran resurrección entre 1870 y 1931, con varias adecuaciones hasta que en esa década de los 30 volvió a caer en desuso. Ahora, planean una nueva vida para él que puede resolver un problema importante de escasez de agua en Atenas.
Atenas 'rescata' la obra de Adriano
Según las estimaciones, el nuevo uso en su totalidad del Acueducto de Adriano conseguiría un ahorro para Atenas de alrededor de 1.000.000 de m2 al año. Sí, una obra de 1.863 años de historia puede ser la clave para hasta ocho municipios de la zona, eso sí, tan solo para el agua no potable. Este suministro podría ser idóneo para tareas de riego y limpieza, pues el líquido que transporta, recogido de cavidades naturales, ríos y arroyos, está repleto de componentes altamente beneficiosos para las plantaciones.
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La idea es que cubra unos 24 kilómetros de suministro, pero por ahora son prudentes. La compañía griega EYDAP ha elaborado un estudio para llevar a cabo esta iniciativa de manera correcta y que riegue los municipios de Acharnes, Kifissia, Metamorfosi, Heraklion, Nea Ionia, Chalandri, Neo Psychiko y Ampelokipoi, pero ahora mismo solo se ha puesto en funcionamiento una prueba que abarca unos 4,5 kilómetros, implicando a una parte de Chalandri, donde han sido muy ambiciosos en cuanto a la búsqueda de soluciones con el acueducto como eje central.
Bajo el marco del Proyecto Cultural HIDRANT, con ayudas de la Unión Europea, este municipio ha considerado como "muy importante" esa "reintegración del Acueducto de Adriano en la vida cotidiana de los chalandrianos para sus necesidades de agua no potable es muy importante", según dijo Christos Yovanopoulos, responsable del programa, en declaraciones recogidas por Protothema. "Ahora se está restableciendo el ciclo del agua, que hasta la intervención del EYDAP en Chalandri acababa simplemente en el mar, sin ser utilizada en absoluto a lo largo de su recorrido", explicó mientras apuntaba que el acueducto da a los habitantes "la posibilidad de contribuir al ahorro de recursos hídricos utilizando agua no potable para regar los árboles de su jardín, para zonas de lavado, etcétera".
Miguel Muñoz
(Linares, 1992) Periodista, SEO y redactor en la sección de deportes de la Cadena SER. Graduado en Periodismo...