Cuando te hacen emperador pero ya no queda imperio
Si el personaje histórico que vamos a tratar hoy viviese en nuestro tiempo, su 31 de octubre sería el equivalente a ser ascendido en la empresa, para descubrir dos días después que está en quiebra
Cuando te hacen emperador pero ya no queda imperio
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La empresa en cuestión es una de las más grandes que ha visto nunca la humanidad: el Imperio Romano. Y tal día como hoy, fue coronado emperador un chaval de unos 12 o 13 años llamado Rómulo Augústulo. Pese a que él no podía saber que sería el último emperador de la parte occidental del imperio, sus sospechas podía tener. Del inmenso territorio que los romanos habían llegado a controlar quedaba apenas una parte de lo que es actualmente Italia.
Y controlar es un verbo muy generoso, como quedó demostrado al poco de subir al Rómulo Augústulo al trono imperial. No llevaba ni un año en el cargo cuando vino Odoacro, uno de los jefes bárbaros que campaban a sus anchas por la Europa del siglo V, y le dijo que podía seguir vivo o seguir en el trono, pero que las dos cosas a la vez no podían ser. Así que Rómulo se fue sin pena ni gloria a la papelera de la historia.
Visto con la perspectiva del tiempo, su nombre tenía una buena dosis de ironía. Rómulo era el nombre del fundador de Roma, mientras que Augústulo es un sucedáneo del nombre de Augusto, el primer emperador que tuvo Roma.
Lo que le pasó al último emperador romano es un buen consuelo para los que llevamos toda la vida esperando un ascenso que no llega. Ya sería desgracia que llegara y viniese acompañado de la suspensión de pagos. Mejor me quedo como estoy.
SI TE HAS QUEDADO CON GANAS DE MÁS