El dueño de un restaurante da una lección al desvelar por qué no puede poner las bravas a 14 euros: "No podrías comértelas"
Además de tener mucho éxito en sus negocios, es un reconocido 'influencer' gastronómico
Si hay una cosa que destaca en España es su gastronomía. Tanto las personas que residen aquí como las que vienen de visita disfrutan de los platos típicos que se sirven, de su hostelería y de las nuevas formas en las que se redefinen las recetas tradicionales, además de innovar manteniendo como base la cultura de nuestras comidas. Así, vemos cómo en todos los rincones de nuestra geografía encontramos bares y restaurantes que tienen cientos de comensales cada día, hay auténticos lugares de culto a la hora de ponerse a comer.
Más información
Uno de los que en los últimos tiempos se ha convertido en un gran referente en internet en cuanto a este asunto es Rafa Antonín, más conocido en redes sociales como Rafuel, un chef que, además de tener varios locales en Barcelona, se ha convertido en un auténtico 'influencer' gastronómico que tiene más de un millón de seguidores en sus redes sociales, donde publica una buena serie de recetas y los platos más característicos que pone en sus negocios, los cuales triunfan entre los numerosos clientes que congrega.
Según sus propios perfiles oficiales, es dueño de La Taronja, al cual define como "un bar de toda la vida", y de Casa Rafuel, ambos ubicados en Barcelona. Allí ofrece comidas de todo tipo, con un perfil tradicional, que triunfan tanto como sus cuentas de difusión en redes, sobre todo una receta concreta de la que se siente muy orgulloso y que es uno de los pilares de sus restaurantes: las patatas bravas. Sobre ellas y más secretos de sus fogones se refirió en una entrevista Mask Off Podcast.
No a las patatas bravas caras
Rafuel se sentó a hablar de los entresijos de su cocida tradicional y cuenta cuáles son los platos que más éxito tienen en sus locales. "Las albóndigas, los callos con garbanzos, el rabo de buey...", comenta, aunque asegura que hay una estrella absoluta que, como hemos dicho, son las patatas bravas. "Cada día, la gente viene y repite. Lo primero que piden son las bravas, y junto con las bravas, la cerveza", asegurando que venden "muchísimas", de hecho, en tono gracioso, explica que cree saber el motivo si alguien no las elige.
"Si hay alguien que no las pida, es porque acaba de ligar y lo tiene muy claro", comenta entre risas mientras asegura que en sus locales "con tres platillos, comes". Sus precios son asequibles, tal y como afirma, porque aunque considera que su cocina es de calidad, entiende que no puede pasarse con a la hora de poner cantidades monetarias. "Yo no puedo poner unas bravas de 14 euros cuando tú ganas 1000 euros. Porque te gustaría comerlas pero no te las puedes comer", sentencia Rafuel sobre una tapa española muy típica en torno a la que gira buena parte de su éxito empresarial.