La psicología señala lo que significa que una persona siempre llegue temprano

En nuestro día a día solemos tener una serie de rutinas, creencias y acciones que se dan por supuestas y que todas las personas, en mayor o menor medida, intentan cumplir. A veces son simplemente convenciones sociales como dar los buenos días, saludar con dos besos o dando la mano y un largo etcétera que van relacionadas más bien con aspectos de conductas denominadas como de buena educación que otra cosa, es más, si no se hacen con asiduidad pueden llegar a provocar malestar en el resto de las personas.

Una de las acciones que más molestan en el día a día es la de quedar con alguien y que llegue tarde. Esperar desespera, se suele decir, y hay gente que lleva el tema de la puntualidad hasta el extremo, siendo un detalle que les marca hasta sus relaciones sociales, llegando a desechar amistades simplemente por este hecho. Hay quien, para no caer en esto, llega antes de la hora marcada, evitando sí o sí la posibilidad de no predicar con el ejemplo. Y, como todo, siempre hay aspectos escondidos en nuestras acciones.

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Psicología de la puntualidad

Habría tres tipos de personas: las que siempre llegan tarde, las puntuales y las que están en el sitio demasiado pronto. Los profesionales en psicología apuntan a que llegar temprano a un lugar predeterminado sugiere varios rasgos de personalidad, como que son responsables, organizadas y confiables, así como que tienen un mayor autocontrol y mejor sentido del tiempo. Diana DeLonzor, experta en gestión del tiempo, explicó en The New York Times que "son más cautelosos y tienden a imaginar los peores escenarios, necesitando tiempo suficiente para afrontar cualquier problema que pueda surgir".

Este rasgo, además, suele ir de la mano con una mayor intolerancia sobre las personas que no son puntuales por considerar esto como una falta de respeto. El psicólogo Oliver Burkeman comentó en BBC que llegar siempre demasiado pronto "denota una preocupación excesiva y un deseo de complacer a los demás", pero eso no es todo, sino que "si llegas temprano, parece que tienes una sensación de control sobre la situación", escribe en su libro 'Cuatro mil semanas: gestión del tiempo para mortales'.

En contraposición, Burkeman señala que "si eres una persona que hace esperar a los demás, esa también es una forma de mostrar tu poder, de intentar dictar el curso de los acontecimientos". Las personas que están antes donde se ha quedado esperan conseguir una eficiencia máxima a su tiempo, lo que podría "reflejar una dificultad para aceptar las limitaciones inherentes a la existencia humana", por el hecho de querer tener un control absoluto de las situaciones.

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DeLonzor comentó que estos hábitos "se desencadenen fisiológica o psicológicamente", habiendo sido "aprendidos en la infancia o haberse vuelto innatos", como cualquier otros. Así que, según lo que comentan los expertos, parece complicado quitarse este tipo de rutinas, ya sea de una u otra condición, por lo que es mejor no desesperar y tener la mayor paciencia posible. Al final, lo importante es disfrutar de la compañía de los demás y que todo salga correctamente.