Hasta dónde llegó la censura en China en los años 60 y 70: "Nadie sabía quiénes eran Los Rolling Stones"

La Revolución Comunista china culminó en 1949, cuando el bando de los simpatizantes del Partido Comunista de China liderado por Mao Zedong se impuso a los nacionalistas del Kuomintang o KMT (Partido Nacionalista Chino), poniendo fin a una guerra civil de dos décadas de duración. Ese mismo año se proclamó a República Popular China y continúa vigente en la actualidad.

Para conocer la vida cotidiana en la República, existen una serie de documentos y óperas que Nacho Ares, presentador del pódcast SER Historia, ha querido analizar junto a Juan Carlos Moreno-Arrones, Secretario de la Asociación Hispánica de China. A lo largo de varias décadas, el único entretenimiento disponible para los habitantes de China eran las óperas, con las que se trata de controlar el pensamiento de los espectadores.

Moreno-Arrones explica que, cuando el Partido Comunista llega al poder en el año 1949, China viene superar lo que muchos autores tildan del "siglo de la humillación", se toma la decisión de que "las artes deben estar al servicio del pueblo". Existe una importante masa de la población que continúa siendo analfabeta, sin tener acceso a los preceptos revolucionarios, por lo que la ópera se presenta como el formato perfecto para transmitir las ideas de orgullo nacional y convencer a la gente que la revolución es definitiva.

"Se producen ocho obras que son las que da luz la Revolución, siete que son representables y una que es musical. Durante décadas es lo único que se representa prácticamente en la totalidad del territorio chino", explica el experto.

Esta limitación para el acceso al entretenimiento hacía prácticamente inexistente la presencia de cultura extranjera en la China de mediados del siglo XX. El país asiático vive desde el comienzo del nuevo milenio una época de relativo aperturismo si se compara con los oscuros años posteriores al triunfo de Zedong, donde las óperas revolucionarias que ensalzaban los valores deñ Partido Comunista eran la única forma de cultura conocida.

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Tal era la situación que Nacho Ares ha contado la anécdota de que cuando el músico francés Jean Michel Jarre dio varios conciertos en China en 1981, la primera vez que se permitió a un artista extranjero dar una serie de conciertos en el gigante asiático. Se vendieron tan pocas entradas (la gente no lo conocía porque no consumía música extranjera) que el francés compró varias entradas y se las regaló a la gente en la calle para que pudieran ir.

Cuenta Ares que la mayoría de chinos en aquella época, al ser preguntados por la música más allá de su país, no conocían a casi ningún grupo de fuera. "Alguno decía Los Beatles o Mozart, pero nadia sabía quien eran Los Rolling Stones u otros grupos que en esa década de los 70 y 80 estaban brillando en el mundo", ha indicado el historiador.

La sociedad china estaba ceñido a un único entretenimiento que buscaba que no muriera en la sociedad ese espíritu revolucionario que permitió a los comunistas sacar adelante su revolución. "Hay una generación que está completamente marcada por las óperas revolucionarias. Es cierto que hoy los jóvenes lo han perdido, muchos lo conocen de oídas, pero no llevan a comprender el influjo que esto ha producido durante una generación", ha reflexionado Moreno-Arrones.

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Manuel de Falla

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