La pesadilla de Aubameyang en Barcelona: "Pasé muchas noches así, sin dormir en absoluto, solo pensando en esa mierda"

El paso de Pierre-Emerick Aubameyang fue corto pero intenso. Tras dejar huella en el Borussia Dortmund y en el Arsenal (de donde salió con polémica), el gabonés llegó en el mercado de invierno para reforzar a un Barça maltrecho por la salida de Messi y los resultados negativos. Tan solo estuvo seis meses en el club catalán, pero su doblete en un 0-4 en el Santiago Bernabéu todavía retumba en la mente de muchos aficionados. La situación económica en Can Barça le llevó a regresar de forma temprana a la Premier League, esta vez bajo el ala de Tüchel —al menos durante un partido— en el Chelsea, para posteriormente acabar vistiendo la camiseta del Olympique de Marsella en su vuelta a los orígenes por la Ligue 1 y ahora la del Al-Qadisiyah de Arabia Saudí. Sin embargo, su paso por la Ciudad Condal también quedó marcado por el robo con violencia que sufrió en su casa, el cual, como detalla en una entrevista en The Athletic, le sigue afectando a su familia.

La noche del 28 de agosto de 2022 unos ladrones entraron en su casa de Castelldefels. Su hijo le alertó de que unos hombres habían entrado en el hogar y pronto se escondieron. "Entraron desde fuera, donde mi mujer estaba fumando con mi prima y su novio. Se lo llevaron (al novio de la prima) y entraron en casa. Mi mujer gritaba. Tenían una pistola. Cogí una botella grande y subí al piso de arriba para enfrentarme a ellos", recordó el futbolista. Cinco encapuchados y uno con una escopeta. "El de la pistola me dijo que me agachara. Le dije que no, que me dijera qué querían. Me pidió que me sentara después de hablar. Le contesté que no y empezó a pegarme. Quise pelear, pero un tipo bajó y se llevó a mis hijos y a mi cuñada. En ese momento, no pude hacer nada. Si haces algo mal, les puede pasar algo. Atravesamos la casa y les di lo que querían, para que pudiéramos estar bien", siguió. Aubameyang acabó con la mandíbula rota por un golpe con la culata del arma y ellos se llevaron las joyas que guardaba en una caja fuerte.

Desde ese momento todo cambió. Sus hijos sufrieron un largo proceso que les impedía dormir solos, lo que le acabó afectando en su rendimiento deportivo. "Si estuviera solo, no habría problema. Puedo soportarlo, ya que mentalmente he estado preparado para todo en la vida, gracias a mis padres. Pero cuando tienes mujer e hijos, es diferente. Después de aquello, los niños me dijeron: 'Papá, no quiero ir al colegio, tengo miedo de que pase algo allí'. Durante un año, mi pequeño me dijo: 'No puedo dormir solo'. Fue una gran lucha. Lo tienes siempre en la cabeza. Siempre pensaba en esto. Pasé muchas noches así: sin dormir en absoluto, solo pensando en esa mierda. Tienes pesadillas. Soy un tipo que, si no duermo bien, no voy a dar lo que se espera de mí, no voy a estar a mi mejor nivel... Cada vez que los niños están solos, tienen miedo", explicó durante la entrevista. La casa en la que sufrieron el robo aún sigue siendo de su propiedad, pero su familia no quiere volver a Barcelona por lo que pasó. "Cometí un error al no hablar con nadie. Si hubiera tenido a alguien con quien hablar, un terapeuta o un psicólogo, quizá me habría ayudado. Pero no quería hacer nada. A decir verdad, estaba perdido", añadió.

"No estaba preparado por lo que pasó en Barcelona"

Aquel suceso estuvo cerca de afectar su salida al Chelsea, donde finalmente recaló y donde le esperaba Thomas Tüchel, único culpable de su fichaje. Sin embargo, aquel técnico no se parecía en nada al que dejó en Dortmund. Debutó con los blues en el que recuerda como el "peor partido de su vida", pero el entrenador alemán no era el mismo con el que años atrás había mantenido una estrecha relación. Al día siguiente le despidieron. Su carrera en Stamford Bridge no fue muy exitosa ya que no fue inscrito en la Champions —"fue muy irrespetuoso" e intentaron cederle a la MLS, tampoco Frank Lampard, sustituto de Tüchel. tampoco le pudo ayudar y la política de fichajes no acompañó. "No sentí ninguna conexión en absoluto. Los aficionados querían al Auba que vieron con el Arsenal. En aquel momento, yo no estaba preparado para eso y no tuve la oportunidad. Yo tampoco estaba preparado por lo que pasó en Barcelona. Fue un año caótico, pero me vino bien porque necesitaba un descanso y, al mismo tiempo, no querían jugar conmigo", recordó.

Ese fue su último paso por Londres, donde antes sí que llegó a triunfar. 92 goles en 163 partidos con el Arsenal. Una época empañada por sus problemas con Arteta, con quien llegó a discutir por llegar tarde a un entrenamiento. Aubameyang intentó ayudar a su madre llevándola de Laval a la capital inglesa y no viajó por la noche y lo hizo a la mañana siguiente. "No les avisé de que perdería el vuelo porque estaba preocupado por unos asuntos con mi madre. Fui directamente a la reunión de equipo. Todo fue normal. Después, Arteta me dijo 'ven conmigo'. Aquí me empezó a gritar y a decirme que no podía hacer esto, que yo era el capitán, que no era aceptable... Dijo que yo le había clavado un puñal por la espalda y no es cierto", detalló en The Athletic. Pese a que sabía que no había actuado del todo bien, el delantero quedó defraudado con el técnico español ya que sabía por lo que estaba pasando. "Esperaba que me ayudara, no que me matara", lamentó. No fue la única indisciplina que cometió ya que se retrasó antes de un derbi londinense, pero, según explicó, fue por un accidente ocurrido cerca de su casa. Arteta le avisó que no jugaría. "Se me saltaron las lágrimas. Al día siguiente tuvimos una reunión y me levanté delante de todos para pedir perdón. Él también vino a mi casa a hablar, porque no quería que esto fuera un caos. Le dije: ‘Todo va a salir bien’. Pero desde entonces no fue lo mismo", dijo. Acabó renovando y siguiendo un año más. Pero todo estaba roto.

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