Gastro

Los dos alimentos comunes en una matanza que destrozan las propiedades del plato de lentejas

Estos productos pueden ser disfrutados ocasionalmente, no deben formar parte habitual de nuestra dieta

En la fotografía, un plato de lentejas con chorizo

En la fotografía, un plato de lentejas con chorizo

En una reciente intervención en el programa de Antena 3, "Y ahora Sonsoles", el reconocido nutricionista Luis Zamora ha abordado un tema que ha generado gran interés entre los amantes de la gastronomía española: el uso de chorizo y morcilla en las lentejas. Según Zamora, este es uno de los errores más comunes que se cometen en la cocina española, y tiene importantes implicaciones para la salud.

La Tradición y el Error

En muchas regiones de España, es una práctica habitual añadir chorizo y morcilla a las lentejas, especialmente durante los meses más fríos del año. Esta tradición culinaria, que tiene sus raíces en diversas prácticas locales, ha llevado a la popularización de recetas de legumbres con ingredientes de matanza en todo el país. Sin embargo, Zamora advierte que esta costumbre convierte un plato saludable en uno que no lo es tanto.

Impacto Nutricional

El principal problema, según Zamora, radica en que tanto el chorizo como la morcilla son carnes ultraprocesadas, ricas en grasas saturadas y calorías. Aunque estos embutidos aportan una cantidad significativa de hierro, su consumo regular no es recomendable debido a su alto contenido en grasas y su naturaleza procesada. Zamora explica que 100 gramos de lentejas estofadas con verduras aportan aproximadamente 127 kcal y 0,6 gramos de grasa saturada, mientras que añadir chorizo al plato incrementa estas cifras a 333 kcal y 10,1 gramos de grasa saturada.

Alternativas Saludables

Más información

Para mantener las lentejas como un plato saludable, Zamora sugiere optar por un sofrito típico de la dieta mediterránea, utilizando ingredientes como cebolla, ajo, pimiento y tomate, y añadiendo verduras como zanahoria, calabaza o patata. Estas alternativas no solo mantienen el plato bajo en calorías y grasas saturadas, sino que también aumentan su contenido en fibra y otros nutrientes esenciales.

Zamora subraya que, aunque la morcilla y el chorizo pueden ser disfrutados ocasionalmente, no deben formar parte habitual de nuestra dieta. Recomienda limitar su consumo a no más de una o dos veces al mes para evitar los efectos negativos asociados con las carnes procesadas. En su libro "El método Z para comer bien", Zamora destaca la importancia de una alimentación equilibrada y variada, centrada en alimentos frescos y naturales.

 
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