Luigi Mangione, ¿asesino o Robin Hood? (I)

El pasado 4 de diciembre, un suceso dio la vuelta al mundo. Un magnate de una de las principales compañías médicas norteamericanas había sido asesinado, tiroteado en la puerta de un hotel en el centro de Manhattan. En los días siguientes, de forma vertiginosa, seguimos el desarrollo y desenlace de la investigación que llevó a la detención —como presunto autor— de un joven de 26 años, Luigi Mangione.

Mangione responde a un perfil muy distinto de criminal: es atractivo, culto, pertenece a buena familia y, supuestamente, no habría actuado para conseguir un beneficio económico, sino como forma de denuncia del gran poder de determinadas corporaciones sanitarias norteamericanas.

A partir de aquí, su nombre y su imagen se han hecho virales en todo el mundo siendo presentado por algunos como un héroe del siglo XXI.

Qué duda cabe que Luigi Mangione tenía que pasar por el diván de Juzgado de Guardia.

En este primer episodio, nos adentramos en los hechos e indicios que hay contra Mangione e introducimos los debates que este asesinato ha traído consigo… Pero, empecemos, como hacemos casi siempre, con el fragmento de una película que Félix Martín vio hace mucho tiempo, American Psycho (2000), de la directora Mary Harrom y con Christian Bale y Willem Dafoe como intérpretes principales.

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El argumento es el siguiente. Patrick Bateman, un yuppie triunfador en Manhattan, es percibido por todos como un hombre bello, rico y que lo tiene todo. Pero él no se ve así. Para él su vida está vacía, lo que puede comprar con el dinero no le basta. Y ha empezado a desarrollar un peligroso instinto asesino, de modo que sus fantasías erótico-violentas pueden estar conduciéndole a un camino sin retorno.

Al fiscal de 'Si amanece', American Psycho (2000) le generó mucho desasosiego, dada la crudeza de la película, pero la ha escogido porque observa ciertos paralelismos entre Luigi Mangione y Patrick Bateman. Por ejemplo, la percepción de estos por los demás y cómo son realmente. O la tendencia de la sociedad a minimizar o exculpar a quien comete los hechos si es guapo, joven y de buena familia, como ocurre en ambos casos. En definitiva, que el clasismo también existe en el mundo criminal.

Félix Martín tiene en cuenta que los hechos son recientes (de finales de 2024) y que, por tanto, todavía no ha habido juicio que pruebe una supuesta culpabilidad de Mangione. No obstante, el fiscal decide abordar el revuelo que se ha generado en torno a su caso porque su figura resume todos los temas que sociológicamente y éticamente son relevante en estos momentos

Pero, ¿a qué temas se refiere exactamente?

Para responder a esta pregunta, Félix Martín recuerda cómo en los años 60 del siglo pasado, se usó la figura de Charles Manson para contar, por unos y otros, lo que supusieron esos años. En su opinión, con Luigi Mangione estamos asistiendo a la construcción de un antihéroe, una leyenda en directo en torno a un presunto criminal que va a servir de excusa para que unos y otros se posicionen en todos los debates y contradicciones de estos años.

Ante esta realidad, el fiscal de 'Si amanece' se plantea varias cuestiones: ¿influye la belleza de un presunto criminal en la percepción del crimen? ¿De qué manera el supuesto motivo del autor puede difuminar las consecuencias del mal? ¿Cómo sirven las redes sociales como instrumento para crear un clima de opinión favorable o desfavorable en relación a una persona? Lo más interesante de todo, según Félix Martín, es que si con Mason solo pudimos teorizar sobre lo que supuso su figura, todo en pasado; con Mangione estamos hablando de presente y de futuro y, por tanto, de cómo es nuestra sociedad y de cómo nos gustaría que fuera.

¿Qué hechos se atribuyen a Luigi Mangiore?

A Mangiore se le atribuye el asesinato con arma de fuego de Brian Thompson, consejero delegado de UnitedHealthcare, la división de seguros de una de las corporaciones sanitarias UnitedHealthcare Group y que posee mayor valor bursátil del mundo. Además, según datos recogidos por El País en 2023, la compañía empleaba o tenía afiliados a, aproximadamente, el 10% de todos los médicos de Estados Unidos.

Los hechos sucedieron a primera hora de la mañana del miércoles 4 de diciembre de 2024. El suceso se produjo cuando Thompson llegaba poco antes de las siete de la mañana al hotel Hilton de la Sexta Avenida (en pleno centro de Manhattan) para asistir a una conferencia con inversores de la compañía.

De repente, un hombre enmascarado abrió fuego a seis metros de distancia y disparó varias veces, primero por la espalda y luego de frente, alcanzando a Thompson. El autor de los disparos, parapetado tras una máscara negra y vestido del mismo color, primero se dio a la fuga a pie y, luego, en una bicicleta del servicio municipal —al que hay que estar suscrito, pues no son de uso libre—, en dirección a Central Park, a pocas calles del lugar del crimen, donde fue visto por última vez.

La policía, por el modo de actuación del autor, ya tenía claro desde el primer motivo que no se trataba de un asesinato por azar, sino la ejecución de un persona fríamente planeada.

¿Qué llevó a la Policía a detener a Mangione como presunto responsable de la muerte del ejecutivo?

Félix Martín destaca varios elementos de la investigación. En primer lugar, los hechos denotan una planificación perfecta del antes (preparación del crimen) y del durante (cómo hacerlo). Sin embargo, hay una ausencia de planificación clara del después, lo cual conduce a importantes errores. Esto se suma a la rápida actuación de las autoridades, ya que solo así se pueden aprovechar los errores de los autores de un crimen.

El primero de estos errores se plasmó cuando la policía consiguió averiguar en tiempo récord en qué hotel se había alojado el autor de los disparos. Mangione se registró con documentación falsa y, en todo momento, llevaba capucha y mascarilla puesta para que las cámaras del establecimiento no captaran su rostro. Y, aunque no ha trascendido cómo la policía obtuvo la información, Mangione se bajó la mascarilla para, probablemente, coquetear con la recepcionista. Las autoridades consiguen entonces una imagen del rostro del presunto asesino. Imagen que difunden pocas horas después de los hechos, al mismo tiempo que solicitan la colaboración ciudadana.

A esta, se suman las pruebas de la policía científica. Según informaciones del New York Times, los agentes pudieron coger huellas de una botella de agua y de una barrita de chocolatina que, supuestamente, había comido el autor de los disparos minutos antes de cometer los hechos. Además, la policía habría encontrado huellas dactilares en pruebas balísticas en la escena.