Joe Crepúsculo: "Se puede bailar llorando y llorar bailando"
Su nuevo disco explora el poder curativo de los karaokes, las discotecas 'makineras' o las mañanas en bata

Joe Crepúsculo: "Me gusta mucho escuchar 'hard tecno' en bata"
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Madrid
Joe Crepúsculo dice que, después de su disco 10, perdió la cuenta de cuántos lleva. Una confesión que, después de hacer recuento, no parece tan descabellada porque, con 12 discos de estudio en 18 años (y dos más con versiones), Joël Iriarte se ha convertido en uno de los artistas más prolíficos del indie español. "Las plataformas te dicen que es bueno sacar muchas cosas, pero yo compongo al ritmo que me pide el cuerpo", asegura en la entrevista concedida a Fuego y Chinchetas con motivo de la publicación de Museo de las desilusiones.
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Su nuevo trabajo contiene 12 canciones en las que hay un poco de todo: baladas, medios tiempos, guiños makineros... Una mezcla en la que convergen influencias tan distintas como Luis Eduardo Aute, Genesis, Dire Straits o las discotecas de música mákina de los 90, pero siempre con el inconfundible toque de su voz y sus teclados.
"Siempre he intentado huir de los 80, pero cuanto más huía, más me acercaba", asegura. "Yo prefiero ver influencias de los 70, que seguramente provienen de las melodías de la música que escuchaban mis padres: Supertrump, Genesis, Pink Floyd... Pero, sobre todo, por mucho que lo vista de rave, de tecno o de rumba, no dejo de hacer música pop".
Bailar y llorar al mismo tiempo
Tras el aire siniestro del título del disco, sin embargo, se esconde un mensaje bastante más elaborado, con alusiones al amor, al lado más siniestro de la humanidad o a la ausencia de los que ya no están. "Mi madre era de Valverde de Llerena (Badajoz), cerca de la frontera con Sevilla", dice recordando su condición de charnego. La idea más potente de su nuevo trabajo, sin embargo, quizá tenga que ver con la asunción natural de lo que, a priori, parece contradictorio. Como Bailar y llorar, por ejemplo, que es el primer tema del álbum.
"Las personas somos tristes y alegres a la vez", explica. "Se puede bailar llorando y llorar bailando porque el baile no solo es terapéutico, sino que nos hace a todos iguales, como la muerte. Pero claro, para eso tienes que morirte... y antes de eso puedes bailar mucho. Yo me imagino la rave de fin de año que sale siempre en las noticias... Da igual de donde vengas. Todo el mundo está sudando... La música nos hace a todos iguales".
En Museo de las desilusiones también hay un nuevo himno pop: Enamorado de tu reverb. "Una canción que habla de que estoy enamorado de todo lo que te envuelve, pero que no eres tú", explica el músico catalán. "El reverb es como estar sin estar... No hay que confundirlo con el eco. Es como un flow... Pero eso se da mucho. Creo que es real y nos va a facilitar mucho las cosas".
Otra de las canciones más llamativas del disco es Club Gurú Punk, un divertido ejercicio de poesía discotequera que mira de reojo a los Efectos vocales de Nach y que, según cuenta, surgió de una conversación en Ibiza con Diego Pozo (El Ratón), de Los Delinqüentes. "La primera estrofa dice 'lLargas arcadas cada mañana tan mal / te mereces que te den leche de pez del revés / no todos somos orcos rotos con colocón / difícil dimitir sin bikini ni brindis ni gin. Es como descontextualizar el ambiente de discoteca".
"Prefiero cantar Eros Ramazzotti que Mi fábrica de baile"
Joe Crepúsculo tiene ideas muy divertidas y desacomplejadas sobre la música. Le encanta ir a karaokes, por ejemplo. "Creo que es la mejor manera de disfrutar de una tarde o de una noche porque puedes cantar, escuchar a los demás, hacer el ridículo. Está normalizado cantar mal en un karaoke. ¡Eso es una maravilla! Pero es que, además, así te enteras de qué canciones canta la gente. En las discotecas no pasa eso. Ahí escuchas lo que la discoteca quiere".

Pese a llevar casi 20 años en la palestra, Joe Crepúsculo sigue siendo un gran desconocido para buena parte del público y, gracias a eso, puede ir de incógnito a los karaokes. "Yo, a veces, lo doy todo y la gente ve que estoy muy a gusto. Pero muy pocas veces me reconocen. Además nunca hay canciones mías. Con un poco de suerte habrá algo de Motomami o de C. Tangana, pero yo prefiero cantar Eros Ramazzotti que Mi fábrica de baile".
Justo antes del Museo de las Desilusiones, de hecho, Joe Crepúsculo se dedicó a grabar distintas versiones de su gran hit, con colabos como la de Camellos, Aaron Rux, Instituto Mexicano del Sonido o Tomasito, entre otros. Un trabajo del que dice estar muy satisfecho: "Ha sido un homenaje a la gente que me ha conocido por esa canción y también a la canción misma. Quería darle vida y darle las gracias porque, al final, con este proyecto pensé que no iba a llegar a nada... y estoy tocando muchísimo".
'¡Hijoputa el que no baile!''
Joe Crepúsculo es un artista poco convencional, sin duda. Pero todo empieza a encajar al saber que durante su adolescencia frecuentaba las mismas discotecas makineras de Barcelona —Orbital, Chasis y Pont Aeri— a las que iban los skinheads (a menudo, armados con navajas), y que luego se movió hacia la zona indie de Poble Nou: "La música alternativa era una maravilla. Pasé del infierno al paraíso en la misma ciudad".

Joe Crepúsculo. / ALEXANDER GROSS

Joe Crepúsculo. / ALEXANDER GROSS
Ahora, en cambio, prefiere bailar sin salir de casa, en bata y con una taza de café. "Bailo muy mal, pero bailo mucho", explica. "He llegado a la conclusión de que me gusta escuchar hard tecno en momentos que no tienen nada que ver con salir y beber: por la mañana, en el gimnasio"...
El último de los momentos cumbre del disco se esconde en Fiesta de disfraces, cuando resume lo que siente en una frase que grita a pleno pulmón '¡Hijoputa el que no baile!': "Esa canción es un homenaje a la música de los 90, pero luego, en el directo, la gente reacciona cuando pides cosas... sobre todo lo pides con convicción. Esa frase es tan precisa y contundente, que pensé que podía servir".
La gira de presentación de Museo de las Desilusiones le va a llevar próximamente a Zaragoza (14/2), Barcelona (15/2), Oviedo (29/3), Gandia (25/4), Valencia (17/5), Madrid (24/5), Sevilla (24/10), Granada (25/10).

ÍÑIGO RENEDO, ELISA MUÑOZ Y LUISMI ORTIZ

Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...




