Del talismán de Ancelotti a los pálpitos de Flick: las supersticiones de los entrenadores que se convirtieron en Champions
Flick decidió poner de titular a Coman por un pálpito y fue el que marcó el gol de la final de la Champions

Hansi Flick saluda a Kingsley Coman durante un partido / Pool

Jeremy de León no cuenta para Raúl González Blanco en el Real Madrid Castilla, pero siempre era un fijo en las convocatorias de Ancelotti en la Champions League. Tan solo ha jugado 37 minutos esta temporada, y solo 8 partidos en la pasada (desde que llegó del Castellón), pero el puertorriqueño se convirtió en el talismán del técnico italiano para los partidos clave del primer equipo. Le funcionó contra el Manchester City, también contra el Bayern de Múnich, y cómo no, en la final contra el Borussia Dortmund.
El caso de Jeremy de León llamó mucho la atención en la pasada campaña y se convirtió en un amuleto para Carlo Ancelotti para levantar la 15º orejona. Pero el italiano no es el único que tiene supersticiones para los partidos. Además del mítico traje negro de Diego Pablo Simeone, en El bar de Sique Rodríguez desvelaron otro ritual que tiene el técnico del Barça Hansi Flick: guiarse por sus pálpitos.
"Flick toma decisiones en función del pálpito que tiene, no por una cuestión racional", señaló Sique Rodríguez. En su libro En el momento: Sobre el éxito, la belleza del juego y lo que realmente importa en la vida, el ahora técnico del Barça explicó que en la final de la Champions que disputó como entrenador del Bayern de Múnich ante el PSG en la burbuja de Lisboa en 2020 decidió hacer un cambio en el once por este motivo.
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Kingsley Coman fue titular en vez de Ivan Perisic "porque simplemente tuvo un pálpito". Flick pensó que tenía que poner al francés en vez del titular habitual e hizo ese cambio para el partido que se disputó en el Estadio da Luz de Portugal. Aquella noche Coman marcó el único gol de la final y el Bayern fue campeón de la Champions League.
Flick, enamorado de Cruyff
Johan Cruyff cambió el Barça con su llegada en el 73: dio optimismo, modernidad y una mayor calidad y euforia. Un modelo que el club catalán adoptó y que a día de hoy mantiene y ha ido perfeccionando con la llegada de Guardiola y ahora Flick, quien se ha mostrado como un enamorado de ese ADN. "Él creía que la escuela alemana tácticamente estaba muy desarrollada, daba mucha importancia al equipo, pero le faltaba una cosa que tenía la escuela holandesa: la voluntad por desarrollar y dejar crecer el talento individual", dijo Sique Rodríguez durante el programa. Es precisamente eso lo que le convirtió en un cruyffista y en un seguidor de la escuela holandesa.