¿Tienen que ver los adolescentes la serie de Netflix? ¿Sería bueno que la vieran con los padres?

La semana pasada, ya dedicamos la sección del Juzgado de Guardia a la serie británica de la que todo el mundo habla: 'Adolescencia'. Disponible en Netflix, tiene como telón de fondo la detención de un adolescente de 13 años como sospechoso de haber cometido un delito de asesinato.

Además, el jueves anterior también repasamos de manos de Félix y de una antigua fiscal de menores, Belén, las semejanzas y diferencias entre lo que vemos en la serie y lo que pasaría en España ante un suceso similar.

Del mismo modo, la serie de cuatro capítulos permite vislumbrar muchos temas que merecen ser debatidos: la violencia en la adolescencia, el uso que hacen los adolescentes de las redes sociales, si es cierto que han aumentado las agresiones sexuales entre adolescentes y si la pornografía tiene alguna influencia en lo anterior.

Para retomar este tema, el fiscal ha decidido preguntarle a Adriana si ha visto la serie con su hija y si la recomendaría a otros padres con hijos de edades similares. Pero ¿qué piensa Félix Martín? ¿Es bueno que los padres vean la serie con sus hijos adolescentes?

Desde el conocimiento de la realidad criminal y la delincuencia en adolescentes, el fiscal sí que es partidario de abordar las causas y consecuencias que las provocan. Lo cierto es que la serie deja entrever muchas cosas en relación a las causas de esta delincuencia. Por ello, si los padres ven 'Adolescencia' con sus hijos, quizá se puede generar un debate muy enriquecedor para ambos.

Más aún, Félix Martín se plantea cuáles son las formas de responder ante este tipo de delincuencia. El fiscal opta por diferenciar dos opciones: la estrategia avestruz y la valiente. La primera consiste en meter la cabeza en la tierra y echar la culpa de todo a los propios adolescentes, cuyos defectos no son más que una traslación de nuestros defectos. Quejarnos, quejarnos y quejarnos.

La estrategia valiente, moderna es aquella que busca la complicidad y la responsabilidad de los adolescentes. Una visión educativa integral que incida en todos los ámbitos del individuo: familiar, educativo, afectivo-sexual y de comunidad. según el fiscal, es imperiosa la necesidad de someter a revisión con urgencia nuestro modelo social en pro de dotarles de los instrumentos precisos para su correcto desarrollo en la formación de su personalidad.

¿Qué efectos del uso de las redes sociales en adolescentes se perciben en la justicia?

Uno de los grandes temas que subyacen en la serie es el uso de las redes sociales en internet por parte de los adolescentes. Antes de internet, los padres tenían la seguridad de que sus hijos estaban protegidos en las cuatro paredes de su casa. Hoy en día, los progenitores no pueden tener esa seguridad si sus hijos tienen acceso a un ordenador o a un teléfono móvil.

Félix Martín destaca que la Fiscalía ha detectado un aumento importante de delitos cometidos por adolescentes en el entorno de las redes sociales y señala dos causas fundamentales. En primer lugar, los efectos negativos de la cultura de la inmediatez. Cada vez, estamos más conectados a una realidad virtual en la que nuestros deseos de obtener en tiempo real aquello que creemos necesitar se alimentan de forma permanente. Esto conduce a una cultura en la que se considera altamente positiva la velocidad. La cual provoca impaciencia por obtener lo deseado y frustración cuando no se consigue.

Y, en segundo lugar, el fiscal apunta a la sociedad adulta como partícipe de haber desprestigiado la cultura del esfuerzo. Por tanto, ¿qué está de moda? Según Félix Martín, el histrionismo, llamar la atención porque sí, la consecución de objetivos individuales y la secundarización de valores como la solidaridad o la empatía.

Esa falta de cultura del esfuerzo que fomenta la digitalización se traduce en nuestros jóvenes en una baja –cuando no nula– tolerancia a la frustración, convirtiéndolos en víctimas de la insatisfacción, del estrés y la ansiedad. Esto les avoca a la búsqueda casi constante de la gratificación instantánea.

Además, el contexto subyacente es un futuro nada halagüeño que los adultos dibujan, tanto en lo laboral como en lo medioambiental. Por ello mismo, Félix Martín se plantea hasta qué punto la reacción de los adolescentes de poca tolerancia a la frustración no es más una forma de reacción ante un mundo adulto que no les motiva ni les atrae.

Causa y efecto de los delitos en adolescentes

Ante este panorama, Félix Martín se pregunta cuál es la relación entre el contexto actual y la delincuencia de ahora en los adolescentes. Y señala que hay delitos que antes no se cometían: de odio, acoso escolar, agresiones sexuales grupales, etc. ¿Qué rasgos comunes tienen estos delitos?

Uno de los motivos a los que señala el fiscal es la falta de referentes adultos. Esa ausencia ha sido cubierta porque su ejemplo a seguir es la comunidad virtual, que no tiene reglas. Es más, en ocasiones, tienen la falsa creencia de que el espacio virtual es un entorno de escucha y resolución de problemas, haciendo de dicho marco su propio espacio vital.

Con tal de ejemplificarlo, Félix Martín recurre a sus compañeros especialistas en delitos cibernéticos, quienes pelean con uñas y dientes para cerrar páginas existentes en todo el mundo donde se dan consejos, entre otros, sobre cómo autolesionarse sin que sean detectados por sus padres.

Del mismo modo, el fiscal encuentra una sobredosis de distanciamiento con la realidad por parte de la población más joven. Un ejemplo sería la conversación que escuchó hace un par de días entre adolescentes de entre 17 y 19 años, quienes hablaba sobre un supuesto complot sobre la enfermedad del papa y que, en realidad, estaba muerto, según Tiktok.

El uso de las redes, además, les proporciona una sensación de distancia y seguridad. Es decir, aporta a los menores un sentimiento de falso empoderamiento y «desinhibición online», que se traduce en un aumento de la brecha empática con la víctima y un agravamiento de la violencia que se ejerce contra la misma. De este modo, las redes y canales de mensajería instantánea pueden convertirse en espacios propicios para la comisión de delitos contra la libertad, contra la integridad moral, delitos de odio, violencia psíquica, acoso etc.

Aquí se sitúa la confusión de los límites, que además no solo es achacable al agresor, sino también de la propia víctima. Esta es, según el fiscal de 'Si amanece', una de las claves más importantes para entender las raíces de la delincuencia juvenil.

En contadas ocasiones, el agresor adolescente agrede porque ese distanciamiento con la realidad es tan grande que desconoce los límites: poseer material pornográfico de niños no lo ve delito porque para él son imágenes que no conecta con niños de carne y hueso; o proferir un insulto racista a un compañero de clase no lo ve tal porque está viendo en su teléfono móvil un montón de vídeos sobre eso.

Ese mismo fenómeno de confusión de límites se produce muchas veces en las víctimas adolescentes que, inconscientemente, no ven el riesgo y realizan conductas virtuales que les coloca en situación de potenciales víctimas (ejemplo: niño o niña que se hace vídeos o fotos íntimas que comparte a desconocidos en las redes sociales).

En el fondo, ¿la realidad cuál es? Tanto víctima como agresor comparten la inmadurez en su desarrollo evolutivo. Y la consecuencia es la banalización del mal que se causa o del mal que se sufre.