Cómo dejar de 'comernos el coco'

El motivador de 'Si amanece', Francesc Miralles, reflexiona esta semana sobre cómo dejar de 'comernos el coco'. Hay varios motivos por los que, a veces, se nos quedan 'pegados' algunos pensamientos y empiezan a girar como si fuera un tiovivo: ansiedad, miedos, preocupaciones, etc. Son sensaciones, en general, que no sabemos resolver y que, justamente por eso, se quedan girando.

A estas, se les añaden las malas digestiones del pasado, la ilusión de que podemos controlar el futuro y prevenir sus peligros, los sentimientos de culpabilidad o, incluso, el rechazo hacia ciertas ideas que acaban fijándose aún más. Como decía C.G. Jung: «Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma».

No obstante, Nick Trenton da algunas claves sobre el tema en su libro Deja de pensar demasiado (2021). A este se suman Killingsworth y Gilbert, quienes en 2010 publicaron un artículo titulado Una mente errante es una mente infeliz. En él, se concluyó que el cerebro pasa tanto tiempo dándole vueltas a lo que no sucede como a lo que sucede.

¿Por qué nos comemos el coco?

Francesc Miralles confiesa lo siguiente: "Muchos nos hemos vuelto personas que piensan demasiado porque nos da la ilusión de que, así, estamos haciendo algo al respecto". De este modo, cuenta el motivador, parece que estar preocupados por la salud de uno mismo continuamente evidencia que se intenta llegar al fondo del asunto por el mero hecho de reflexionar sobre posibles causas y soluciones.

Pero, lo cierto es que, pensar demasiado a menudo no lleva a ninguna parte porque quien piensa en demasía queda atrapado en el ciclo de analizar, rechazar y reconsiderar diferentes posibilidades. Miralles pone el ejemplo de rascarse una picazón que no desaparece: puedes rascarte para sentir un alivio momentáneo, pero no hará que la picazón desaparezca, por muy bien que siente rascarse.

Pero ¿qué se puede hacer al respecto? En primer lugar, el motivador de 'Si amanece' recomienda distinguir lo externo de lo interno. Para ello, es importante diferenciar entre estrés y ansiedad. La psicóloga y doctora Sarah Edelman explica que el primero es algo del entorno, una presión externa sobre nosotros; mientras que la ansiedad es nuestra experiencia interna de esta presión.

Una vez se ha puesto el foco en este hecho, Miralles aboga por no realizar varias tareas a la vez, ya que "puede ser muy estresante. Y para quienes se sienten estresados, puede ser útil realizar una actividad alternativa incompatible con la causa del estrés (el estímulo). Es decir, hacer algo físico en lugar de estar sentado frente a una pantalla todo el día o salir a tomar el aire fresco y el sol en lugar de preocuparse por satisfacer esas ganas de darse un capricho.