Amor, alcohol y otras drogas frente a la depresión capitalista
Alicia Borrachero nos presenta 'El efecto', una obra que reflexiona sobre cómo abordar la depresión y otros problemas de salud mental. Ana Torrent protagoniza 'Las amargas lágrimas de Petra von Kant', un texto sobre el desamor, la soledad y las relaciones tóxicas en un sistema falto de moral

La Hora Extra | Amor, alcohol y otras drogas frente a la depresión capitalista
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España es uno de los países con mayor tasa de consumo de ansiolíticos y antidepresivos del mundo y el segundo que más alcohol consume. Se ha normalizado curar con psicofármacos malestares emocionales, duplicándose su consumo en las jóvenes españolas. Menos química y más terapia, proponen nuestras invitadas de hoy. No podemos tapar siempre lo que nos pasa con pastillas, alcohol o tabaco. "Vivimos en la sociedad del tómate algo cada vez que estás mal, no tiene por qué ser una pastilla, puede ser una copa o un cigarro", advierte Alicia Borrachero. "Es normal sentirse triste o angustiada de vez en cuando, son momentos que todos atravesamos, pero en España se toman ansiolíticos como quien bebe un vaso de agua y se ha normalizado demasiado el beber todos los días, constantemente", añade Ana Torrent.
Las dos actrices protagonizaron Las criadas, una de las primeras obras que vimos después del confinamiento, aún con muchas restricciones a causa de la pandemia. Las dos nos visitan en La Hora Extra, cuatro años después, para hablar de amor y desamor, de depresión y soledad, de cine, series y teatro. ¿Estás enamorado o solo estás experimentando una descarga fuerte de dopamina? ¿Hay alguna diferencia? Estas son las preguntas que se hacen Connie y Tristán cuando descubren que están enamorados. El problema es que no saben si la conexión que sienten es real o si es la consecuencia de un nuevo antidepresivo. Es de lo que va El efecto, una obra de Lucy Prebble, una de las creadoras de la serie Succession, que dirige Juan Carlos Fisher (Prima Facie con Victoria Luengo o La madre, con Aitana Sánchez-Gijón).
El efecto está inspirada en hechos reales, en unos ensayos clínicos que se realizaron en Reino Unido en 2006, en los que voluntarios probaron nuevas drogas que les provocaron daños en sus órganos. El efecto es un experimento en el que participan dos jóvenes, Connie y Tristán, interpretados por Elena Rivera e Itzan Escamilla. Lo dirige el doctor Toby Sealey, Fran Perea, y Alicia Borrachero es la doctora Lorna James, psiquiatra, que les suministra las dosis y supervisa la evolución de un fármaco para curar la depresión. ¿Y si la depresión pudiera curarse con una pastilla, como quien se quita un dolor de cabeza? Borrachero es partidaria de ese trabajo a largo plazo, como el ir a un nutricionista o al gimnasio, la terapia.
El problema o dilema moral que presenta también esta obra es en qué manos estamos. Las del capitalismo, las del dinero, las de las farmacéuticas. "La depresión como enfermedad es buena para el negocio", dice la doctora James. Reflexiones que hemos compartido con la actriz, que trae la obra esta próxima semana a los Teatros del Canal.

Ana Torrent ha estrenado hace una semana Las amargas lágrimas de Petra von Kant, en Nave 10 Matadero, y ya tienen casi todas las entradas agotadas. Interpreta a Petra, una conocida y exitosa diseñadora de moda en esta adaptación teatral de la obra de Rainer Werner Fassbinder, que dirige Rakel Camacho. Una mujer recién divorciada de un hombre que no soportó que ella tuviera el éxito que él no alcanzó. Una mujer de la que todos se aprovechan, su hija y su madre, a las que mantiene; o Karin, una chica de la que se enamora, a la que ayuda a crecer profesionalmente hasta que esta la abandona. "Es una mujer que necesita ser amada, que tiene mucho miedo al rechazo, a quedarse sola y está realmente sola, a pesar de las que la rodean. Una mujer que es víctima y verdugo en este sistema que tan mal la ha tratado", explica Torrent de su personaje.
Las amargas lágrimas de Petra von Kant es una reflexión sobre las relaciones tóxicas, el abuso de poder, la opresión a la que nos somete el sistema capitalista, la soledad o el miedo a la vulnerabilidad. Asuntos que provocan que Petra consuma cada vez más y más alcohol, entrando en una espiral autodestructiva de la que hemos hablado también con la actriz. También y como con Borrachero, de sus papeles en el cine y en televisión, aunque "los grandes textos están en el teatro", advertía Alicia. Y en el teatro "tienes más control sobre tu trabajo, también más responsabilidad teniendo cada día a decenas o centenares de personas delante, en directo, es mucho más duro", añade Ana Torrent.

Vidal Escabia, el protagonista de la nueva novela de Enrique Vila-Matas, ha seleccionado setenta y un libros con la idea de escribir un canon que dé sentido a su vida. Canon de cámara oscura, editada por Seix Barral, es una invitación a reflexionar sobre el arte literario, la lectura y la escritura. Cuenta el escritor que su último libro nace de su necesidad de escribir y de un encargo que recibió de la revista literaria Ciervo para que eligiera sus libros de cabecera. Igual que la forma que tenía Godard de entender el cine, la nueva novela de Vila-Matas puede abordarse desde cualquier lugar. Es una historia inclasificable, quizá una de sus obras más difíciles de desentrañar, donde la trama, que protagoniza un androide que quiere componer el perfecto canon literario, sirve de excusa para hablar de asuntos que atraviesan su obra, como la necesidad de escribir lo imposible o el sentido de la literatura y su herencia.

Enrique Vila-Matas presenta 'Canon de cámara oscura', el primer libro "hecho por un humano tratando de ser una inteligencia artificial", en Barcelona. EFE/Enric Fontcuberta / Enric Fontcuberta

Enrique Vila-Matas presenta 'Canon de cámara oscura', el primer libro "hecho por un humano tratando de ser una inteligencia artificial", en Barcelona. EFE/Enric Fontcuberta / Enric Fontcuberta
La historia gira en torno a Vidal Escabia, el protagonista, que ha seleccionado 71 libros en un cuarto oscuro de su casa y que cada mañana elige uno al azar para componer el canon, un canon desplazado, inactual, disidente de los oficiales. Un canon de fragmentos donde el autor también ha actuado al azar, convirtiéndolo en una especie de diario de sus lecturas durante el año y medio que tardó en escribir el libro. Juega con varias voces narrativas, pero siempre desde el punto de vista del replicante, del individuo que está fuera del del tiempo y del espacio. Dice Vila-Matas que no le interesa nada la inteligencia artificial, a pesar de que es una IA sin vida anterior, sin recuerdos, sin familia, la que se encarga de componer el canon. Asegura el autor que él se limita a expandir la realidad, una realidad que no es fija e inmutable, la que impide la posibilidad de la escritura, y que se ha vuelto más compleja que nunca.

Cubierta de 'Canon de cámara oscura', de Enrique Vila-Matas / Seix Barral

Cubierta de 'Canon de cámara oscura', de Enrique Vila-Matas / Seix Barral
El cómic es el gran protagonista literario de los primeros días de esta primavera de 2025. La semana pasada se ha celebrado la primera Feria del Cómic de Madrid y este fin de semana termina el Salón del Cómic de Barcelona. Aprovechamos estas citas para hacerles dos recomendaciones. La primera es la obra de Richard McGuire, el autor de la aclamada novela gráfica Aquí (Here), que Robert Zemeckis ha adaptado al cine el año pasado con Tom Hanks y Robin Wright y que ha reeditado Salamandra. El estadounidense ha estado esta semana en varias ciudades españolas hablando de esta obra que nos cuenta la historia de una familia dentro de un mismo salón de estar durante el paso de los años, desde la prehistoria hasta 2033. Con el dibujante ha estado Pepa Blanes.

Y en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona podemos disfrutar ya, y hasta el mes de noviembre, de una magnífica exposición dedicada a Chris Ware, uno de los autores más innovadores del cómic moderno, a quien los expertos han comparado con figuras literarias como Tolstoi o James Joice. Sus dibujos y viñetas emocionan porque abordan la existencia humana con gran profundidad. La exposición repasa la obra y el pensamiento artístico de un historietista fundamental, creador de numerosas portadas de The New Yorker. Dibujar es pensar, se titula la muestra, que ha visitado Soledad Domínguez de Radio Barcelona.

Los historietistas Graig Thompson, Kate Beaton, Jaime Hernandez y Chris Ware posan en la 43ª edición del Cómic Barcelona. EFE/ Alejandro García / Alejandro García

Los historietistas Graig Thompson, Kate Beaton, Jaime Hernandez y Chris Ware posan en la 43ª edición del Cómic Barcelona. EFE/ Alejandro García / Alejandro García
Las historias del creador norteamericano tienen muchas lecturas posibles, dependiendo del lector o incluso del formato en el que se publique la historia. Chris Ware explica que, aunque en la escuela de arte le decían que las historias había que planificarlas y dibujar teniendo claro cuál era el nudo y el desenlace, a él eso no le funcionaba. La exposición sigue de forma cronológica la trayectoria de Ware, desde su primera colección Acme Novelty, pasando por las historias del ratón Quimby o la serie casi biográfica de Jimmy Corrigan, donde Ware habla sobre la soledad, el abandono o las relaciones familiares complicadas, como la que él mismo tuvo con su padre, con el que apenas tuvo ningún contacto durante su infancia. "Me interesa hablar de las emociones humanas. De eso va el arte, de intentar comunicar una sensación o un sentimiento de algo que has experimentado a otra persona. Es lo que decía Tolstoi y lo que hizo, y yo trato de seguir esa idea porque es lo que yo busco en el arte, especialmente en los momentos de mi vida en los que me he sentido peor y he necesitado consuelo", nos cuenta.

Un visitante en una de las salas del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona -CCCB- que ha presentado la exposición "Chris Ware. Dibujar es pensar'. EFE/Alejandro García / Alejandro García

Un visitante en una de las salas del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona -CCCB- que ha presentado la exposición "Chris Ware. Dibujar es pensar'. EFE/Alejandro García / Alejandro García
Al artista, que desde hace 25 años colabora con la revista The New Yorker, para la que ha creado decenas de portadas, le apasionan los edificios antiguos, la nieve y el estilo de música Ragtime. No quiere saber nada en cambio de las políticas de Donald Trump, ni de las redes sociales ni tampoco de la inteligencia artificial generativa. Si alguien tiene que imitarlo, mejor que sea otro ser humano y por eso la ultima parte de la exposición invita al público a contribuir a dibujar una historia que conectará a dos vecinos de Barcelona, una señora mayor que vive sola y un joven inmigrante, cuyo único nexo de contacto a priori es una pescadería.

Un visitante en una de las salas del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona -CCCB- en la exposición "Chris Ware. Dibujar es pensar'. EFE/Alejandro García / Alejandro García

Un visitante en una de las salas del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona -CCCB- en la exposición "Chris Ware. Dibujar es pensar'. EFE/Alejandro García / Alejandro García