¿Piensan mejor las máquinas que los humanos?
Francesc Miralles, el motivador de 'Si amanece', aborda las incógnitas que plantean los avances de la inteligencia artificial

¿Piensan mejor las máquinas que los humanos?
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A raíz de dos noticias de actualidad, Francesc Miralles se plantea qué tan lejos llega la capacidad de pensamiento de las máquinas. ¿Piensa la inteligencia artificial (IA) mejor que el ser humano?
La primera de estas noticias fue publicada en La Vanguardia y aborda el concepto de 'hipnocracia', acuñado por el filósofo hongkonés Jianwei Xun. Este término, extendido en el mundo académico y periodístico, describe la nueva dictadura digital que utiliza los algoritmos para modular los estados de la conciencia social.
Su obra, 'Hipnocracia: Trump, Musk y la nueva arquitectura de la realidad', que estará disponible en español a partir del 30 de abril, ha sido calificada de 'libro del año'. Se publicaron entrevistas y reseñas positivas en medios italianos, franceses y suizos hasta que el pasado jueves la revista L’Espresso reveló, en exclusiva, en su portada que Jianwei Xun no existe.
Enseguida, Le Grand Continent –un medio francés del Groupe d’études géopolitiques con edición también en italiano y español– publicó la primera entrevista al responsable del avatar o simulacro, revelando que su publicación el pasado 26 de enero de un capítulo del libro, el del análisis del discurso de investidura de Trump, formaba parte de la estrategia del proyecto.
¿Quién eres?, le preguntan. Y responde: "Jianwei Xun es un dispositivo. La creación colaborativa nacida del diálogo entre una inteligencia humana —que lleva el nombre de Andrea Colamedici (…)— y ciertas inteligencias artificiales generativas, en particular Claude de Anthropic y ChatGPT de OpenAI".
Otra de las noticias que destaca el motivador de 'Si amanece' fue publicada por El País y dice así: 'Mi ‘psico’ es un robot: la IA emerge como alternativa para problemas de salud mental'.
Cada vez más personas recurren a los llamados therapy bots, herramientas de inteligencia artificial con teórica utilidad psicoterapéutica. Miralles añade que algunos generan respuestas totalmente imprevisibles y simulan cualidades humanas como la empatía o la compasión.
Desde que irrumpieran a finales de la pasada década, los therapy bots —robots virtuales programados con inteligencia artificial para fines psicoterapéuticos— han ido ganando terreno en la oferta de salud mental. "Una utopía hecha realidad o un aterrador presente distópico, según se mire", afirma el motivador.
Dos grandes preguntas rodean a estos 'psicobots' (por referirnos a ellos con un neologismo adecuado a nuestra cultura). Una atañe a su capacidad de adaptarse —con resultados imprevisibles— a la idiosincrasia de cada persona mediante la llamada IA generativa.
La otra abre el melón a cuestiones aun de mayor calado: ¿Resulta legítimo que emulen cualidades humanas? "Crear intimidad emocional haciendo que una máquina simule empatía o compasión es manipular a la gente", estima por videoconferencia Jodi Halpern, que dirige un grupo sobre ética y tecnología en la Universidad de Berkeley (EE. UU.). Un tercer interrogante sobrevuela el debate: ¿Podrán algún día estos vaporosos artilugios sustituir a los psicólogos de carne y hueso?
A pesar de su juventud, ya existen estudios solventes que han tratado de medir la eficacia de los psicobots. Un metaanálisis publicado en 2023 en Nature revisó los resultados de quince investigaciones realizadas con bots, que dan rienda suelta a la IA generativa y que ofrecen respuestas más previsibles.
Sus autores advirtieron sobre la dificultad de analizar una oferta tan heterogénea y en continua mutación, si bien concluyeron que, en general, este tipo de herramientas mitigan el malestar psicológico puntual sin mejorar significativamente el bienestar de los usuarios. Es decir, alivian a corto plazo, pero, al parecer, no sientan bases sólidas para una mente más sana.
Otro metaanálisis aparecido el pasado agosto en ScienceDirect —también muy cauto en sus conclusiones— detectó un cierto efecto positivo en personas con síntomas depresivos y apenas imperceptible en individuos aquejados de un trastorno por ansiedad.
A raíz del rápido desarrollo de la inteligencia artificial, Francesc Miralles se cuestiona el futuro de estas herramientas, su utilidad, su capacidad de liderazgo e, incluso, dónde queda el ser humano en esta nueva era digital: ¿Ha llegado ya el mundo 'futurista' que de la película 'Her' (Spike Jonze, 2014)?, ¿son algunas clases de IA más útiles que ciertas personas?, ¿iría mejor el mundo si en lugar de estar gobernado por humanos fuera regulado por una gran IA?, ¿dónde estaremos, en relación con todo esto, de aquí un año?




