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Chile y el juicio a Pinochet (II): el empeño de un fiscal y un juez

Félix Martín, fiscal de 'Si amanece', abre el Juzgado de Guardia para narrar la detención y el juicio del dictador durante su adolescencia

Chile y el juicio a Pinochet (II): el empeño de un fiscal y un juez

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La semana pasada, en el Juzgado de Guardia, Félix Martín narró el desafío de un futbolista (Carlos Caszely) a Pinochet, el dictador que gobernó Chile después del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 hasta el año 1990. El gesto de no dar la mano al dictador cuando éste despedía a la selección nacional de fútbol rumbo del Mundial de Alemania de 1974, no solo fue una acto de heroísmo, sino también un ademán de dignidad de un ciudadano que no se amilana ante el poder del terror.

Esta semana, Félix Martín profundiza en cómo el artífice de ese régimen fue detenido por el empeño de un juez español, Baltasar Garzón, y con el instrumento de la jurisdicción universal. Pero, para ello, el punto de vista desde donde parte el fiscal es la óptica de un niño, en 1988, y, después, desde la óptica de un estudiante que se planteaba opositar a juez o fiscal en 1999. En ambos casos, su nombre es el mismo: Félix Martín.

Cabe recordar que, según cifras contrastadas por los organismos democráticos de derechos humanos, el régimen ejecutó o hizo desaparecer durante la dictadura chilena a más de 3.000 personas. A a estos se añaden los 40.000 individuos, aproximadamente, que fueron víctimas del régimen por agresiones, detenciones arbitrarias, agresiones sexuales, extorsiones, etc. El fiscal de 'Si amanece' lo define como "el terror al servicio del poder, en el supuesto nombre del orden".

La historia comienza a través de la sintonía de un programa de televisión que marcó al fiscal: 'Informe Semanal'. Concretamente, el retransmitido el sábado anterior al referéndum sobre la continuidad de Pinochet, celebrado el 5 de octubre de 1988.

El hoy fiscal, era un adolescente curioso que vivía por aquel entonces en Lerma (Burgos). Su madre le inculcó "los mejores valores imaginables" como buscar el conocimiento, defender la verdad, los inocentes y la justicia. Por eso, el pequeño Félix Martín leía el periódico, veía el telediario y seguía fascinado con lo que pasaba en el mundo. Era el momento de "la hermosa perestroika" de Gorbachov, por el que estaba fascinado.

¿Qué ocurrió el sábado previo al referéndum en Chile? Félix Martín se quedó conmocionado por el reportaje de 'Informe semanal', pues desconocía la encrucijada a la que se enfrentaba el país, del que solo conocía la figura de Allende y desconocía al completo el golpe de Estado. Para culminar aquella noche, tras el programa emitieron la película 'Desaparecido' (Costa-Gavras, 1982), de la que ya se habló la semana pasada. Fue aquel sábado cuando nació la pasión del fiscal por Latinoamérica, y Chile en particular, así como su simpatía por los movimientos en defensa de los derechos humanos. Quizá fue también el germen que impulsaría a Félix Martín a convertirse en fiscal.

La figura de Pinochet tras el referéndum de 1988

Augusto Pinochet perdió el referéndum del 5 de octubre de 1988, pero ¿qué ocurrió con él la siguiente década?

La comunidad internacional y, sobre todo, la sociedad chilena contuvieron la respiración después de que Pinochet perdiera. La presión internacional le hizo marcharse del poder, pero a medias. El dictador había diseñado un paraguas que garantizara a él y a sus compinches protección legal: elaboró una ley de amnistía por todo lo acontecido durante la dictadura, se autodesignó jefe de las fuerzas armadas hasta 1998 y, el día siguiente al referéndum, pasó a ocupar el cargo de senador vitalicio.

Félix Martín seguía atento a la realidad chilena al tiempo que inició sus estudios en Derecho. Pero llegó el día que detuvieron a Pinochet: el 21 de septiembre de 1998. El fiscal estaba estudiando la carrera en la Universidad de Málaga y lo vivió con gran emoción, ya que corroboraba que desde el Derecho se podía contribuir a construir un mundo más justo y más decente.

No obstante, para explicar la detención del dictador, cabe destacar a dos protagonistas reconocidos por su audacia e inteligencia. Estos son el fiscal Carlos Castresana, quien tuvo que enfrentarse a la oposición de sus superiores, y el juez Baltasar Garzón, que tuvo el tesón de intentarlo por todos los medios.

El 21 de septiembre de 1998, Pinochet viajó con uno de sus nietos a Londres para someterse a una operación. Garzón tuvo conocimiento de este hecho y dictó una orden de detención por su implicación en los delitos de genocidio, terrorismo internacional, torturas y desaparición de personas. ​Los cargos contra Pinochet incluían 94 denuncias de torturas a ciudadanos españoles y el asesinato, en 1975, del diplomático español Carmelo Soria.

Un mes después, el 29 de octubre, Pinochet fue trasladado a un exclusivo hospital psiquiátrico al norte de Londres, bajo custodia policial, y los días siguientes se fueron sumando nuevas denuncias de familiares de asesinados y detenidos desaparecidos, entre ellos Isabel Allende, hija del presidente Allende. A la petición de extradición del Gobierno español, se sumaron la de los gobiernos suizo y francés.

La detención del dictador en primera persona

Ante la incógnita sobre cómo vivió el propio dictador su detención, el fiscal de 'Si amanece' cuenta que Pinochet era un hombre que no entendía lo que le ocurría: "Su soberbia era mayúscula".

La traductora que compartió horas con él explica cómo comentaba con sus allegados que no alcanzaba a comprender cómo no podía arreglarse lo suyo cuando, en el pasado, había sido un ser todopoderoso cuyo palabra era ley. Consideraba que estaba siendo sometido a una injusticia que no tiene nombre. Su corte de aduladores le tenía que ocular que a las puertas de la mansión donde estaba arrestado, centenares de personas clamaban por su extradición a España.

De hecho, en la prensa de la época se contó que cuando la traductora le comunicó el 16 de octubre de 1998 que quedaba arrestado por orden del juez Baltasar Garzón, tan solo acertó a decir "ese marxista de mierda".

¿Qué hitos fundamentales tuvo el procedimiento?

Félix Martín recuerda tres acontecimientos emocionantes durante esas fechas. El primero sucedió el 30 de octubre de 1998, cuando la Audiencia Nacional decidió por unanimidad respaldar a Garzón y a Castresana, además de señalar que España era competente.

El segundo ocurrió el 24 de marzo de 1999, cuando la cámara de los Lores de Gran Bretaña decidió si procedía conceder la extradición a España. Este momento culmen para Félix Martín consistió en la decisión del Comité de la Cámara de los Lores (Tribunal Superior de Gran Bretaña) de extraditar al dictador por las acusaciones de delitos de tortura y conspiración de tortura, cometidos después del 8 de diciembre de 1988. Además, se determinó que Pinochet no poseía inmunidad.

Sin embargo, pese a las limitaciones temporales impuestas por los lores, que únicamente permitieron enjuiciar a Pinochet por torturas ocurridas del 1988 en adelante, la acusación logró contar con decenas de terribles casos acaecidos a partir de esa fecha.

En toda esta jugada, el fiscal subraya algunas presiones conocidas en favor de Pinochet que fueron recibidas de parte del Vaticano, George Bush padre, Margaret Thatcher y el Dalai Lama.

Del mismo modo, Félix Martín no quería acabar el programa sin destacar varias cosas que sacaron a la luz el procedimiento y que denotan de forma descarnada la maldad, la oscuridad de Pinochet y del régimen que encarnaba. Una de estas es el hecho de que la defensa no clamaba la inocencia de Pinochet, sino su inmunidad. En ningún momento discutió que ordenó matar, torturar o hacer desaparecer seres humanos. Ni siquiera sus abogados lo negaron, aunque sí intentaron camuflarlo. A esto se añade que el juez embargó cuentas que tenía Pinochet en Suiza y Luxemburgo.

El tercero y último momento que quiere recordar el fiscal es el 2 de marzo del 2000. Ese día, en el Ministro del Interior, Jack Straw decidió liberar a Pinochet, declarando que a juzgar por sus recientes exámenes médicos, no estaba en condiciones de ser juzgado. Las últimas semanas, aparentemente, se le veía muy debilitado y en silla de ruedas. Ese mismo día, Pinochet tomó un avión de la Fuerza Aérea de Chile.

Hay una imagen que simboliza uno de sus últimos actos de soberbia. El expresidente Frei, que gobernó entre 1994 y el 2000, pidió a la sociedad chilena un recibimiento discreto, pero no fue así. Le recibieron con honores militares. En un último acto de soberbia, nada más pisar suelo chileno, se levantó de la silla de ruedas y caminó ayudado con un bastón, con agilidad. Era su manera grosera de decir que se había reído de la Justicia y se había salido con la suya. ¿Fue así?

Tras tres días de su retorno a Santiago, el 6 de marzo del 2000, el juez chileno Guzmán solicitó formalmente quitarle la inmunidad para ser juzgado por el caso de la Caravana de la muerte (se investigaban 93 asesinatos). A partir de aquí, se abrieron un montón de causas contra él y gente próxima a él. Pinochet murió el 3 de diciembre de 2006. La Justicia no consiguió llevarle a juicio, pero sí cumplió otra función: que resplandeciera la verdad y mostrar la imagen de lo que fue un dictador y un asesino de su pueblo.

 

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